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Fallece el exministro de Trabajo socialista Luis Martínez Noval

Fue diputado durante 20 años y portavoz del grupo socialista en el Congreso de los Diputados

El exministro de Trabajo Luis Martínez Noval.
El exministro de Trabajo Luis Martínez Noval. BERNARDO RODRIGUEZ (EFE)

El ex ministro de Trabajo y ex secretario general de la Federación Socialista Asturiana (FSA-PSOE) Luis Martínez Noval falleció ayer en el Hospital Universitario Central de Asturias, a consecuencia de las graves heridas que se produjo en la cabeza en la mañana del viernes a resultas de una caída accidental en las proximidades de su domicilio, en Oviedo. Operado de urgencia el viernes, Noval no logró superar las lesiones cerebrales.

Martínez Noval (Infiesto, Asturias, 1948), casado y padre de dos hijos, economista y ex profesor asociado de Teoría Económica de la Universidad de Oviedo, era en la actualidad consejero de Hidroeléctrica del Cantábrico (filial española del grupo energético portugués EDP) y miembro de un comité de expertos independientes que desde finales del año pasado asesoran en materia económica al presidente socialista de Asturias, Javier Fernández. A ambas responsabilidades accedió tras cesar en septiembre de 2012 como vocal del Tribunal de Cuentas, del que formó parte, por elección del Congreso de los Diputados, desde 2001.

Liberado de las limitaciones partidistas que le imponía este cargo, Martínez Noval recuperó el año pasado su actividad progresista y socialdemócrata y se integró en un colectivo de economistas, autodenominados «fabianos», que propugna la aplicación de una política económica de estímulo frente a las terapias anticrisis fundamentadas de forma exclusiva en la austeridad extrema, los recortes sociales y los ajustes presupuestarios.

Martínez Noval, funcionario en excedencia de la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Oviedo, se afilió al PSOE en 1977. Dos años después asumió la secretaría de Estudios y Programas de la comisión ejecutiva de la Federación Socialista Asturiana (FSA-PSOE), en 1981 accedió a la vicesecretaría regional y en abril de 1988 fue nombrado secretario general de los socialistas asturianos con el respaldo del entonces sector guerrista, que era mayoritario en la región.

Martínez Noval compatibilizó esas responsabilidades orgánicas con la vida parlamentaria como diputado nacional en el Congreso. Obtuvo escaño por vez primera en las elecciones generales de octubre de 1982, en las que el PSOE se vio catapultado al Gobierno con una holgada mayoría absoluta. En la cámara baja fue coordinador de la comisión de Economía y Hacienda del grupo parlamentario socialista hasta que el 1989 el presidente del Gobierno, Felipe González, lo designó ministro de Trabajo y Seguridad Social en 1989. Su nombramiento fue recibido con una ovación por sus ex compañeros de claustro y los alumnos de Ciencias Económicas de la Universidad de Oviedo cuando la noticia, que acababan de difundir las emisoras de radio, fue conocida mientras se celebraba un acto académico en el aula magna de la Facultad.

Martínez Noval desempeñó la responsabilidad ministerial hasta julio de 1993. Su relevo se produjo semanas después de que se le hubiera diagnosticado una leucemia, por la que fue sometido a severos tratamientos y a un autotrasplante de médula ósea en el Hospital Clínico de Barcelona en mayo de 1994. Hasta su hospitalización mantuvo su actividad política, participó en la campaña electoral de 1993 y renovó como secretario general del PSOE asturiano para un nuevo mandato en abril de 1994.

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A partir de su salida del Gobierno formó parte de la comisión ejecutiva federal del PSOE (1994-1997) y continuó como diputado en el Congreso hasta 2000: presidió la Comisión de Política Social y Empleo del Congreso hasta 1996 y durante el primer Gobierno del PP (1996-2000), fue portavoz del PSOE en la Comisión de Economía y Hacienda.

En las elecciones de ese año ya no repitió como cabeza de lista por el Principado y unos meses más tarde, en noviembre, también renunció a la secretaría general de los socialistas asturianos, cargo en el que le sucedió el actual presidente de Asturias, Javier Fernández.

Noval nunca aspiró a ser candidato a la presidencia de Asturias, pese a ser el máximo responsable del partido durante doce años, y ni siquiera accedió a ello cuando el sector mayoritario del socialismo asturiano se lo demandó con más insistencia, en 1995.

Persona austera, seria, reservada y prudente, Martínez Noval fue una de las figuras más respetadas en la política asturiana y, aun cuando su gestión al frente del partido en Asturias se produjo en un periodo de tensiones internas y de fuerte división en el socialismo regional entre varias fracciones -que no se superaron hasta su relevo por Javier Fernández-, siempre logró el reconocimiento tanto de sus afines como de quienes se encuadraban en las tendencias opositoras internas, por más que en sus intentos de mediación y de pacificación tuvo resultados escasos.

Por su forma discreta de actuar, más propenso al trabajo orgánico que a la notoriedad mediática, y por su propensión a buscar puntos de encuentro más que a extremar los antagonismos, su figura fue siempre ecléctica, y mientras en Asturias era tildado de afín a Alfonso Guerra, en Madrid se le consideraba el hombre de Felipe González en el Principado. De él se dijo que viajaba a Madrid como billete guerrista y retornaba a Asturias con tique renovador.

Este dualismo quedó de manifiesto el 19 de mayo de 1997 cuando en un encuentro de secretarios regionales del PSOE, se alineó con los defensores de la continuidad de Guerra en la dirección nacional del partido sin renunciar por ello a su reconocida admiración por González. Lo mismo ocurrió en 1998 cuando José Borrell, candidato socialista a la presidencia del Gobierno, lo propuso como portavoz parlamentario adjunto pese a que en las primarias había apoyado a su contrincante Joaquín Almunia, quien lo ratificó luego en esa misma función.

De su etapa como ministro de Trabajo, los sindicatos subrayaron su capacidad de diálogo y de búsqueda del entendimiento, aunque eso no le eximió de afrontar bajo su etapa ministerial, el 28 de mayo de 1992, la segunda de las huelgas generales que padecieron los Gobiernos de Felipe González.

En el 35º Congreso del PSOE (julio de 2000), que eligió secretario general a José Luis Rodríguez Zapatero, Noval abandonó la comisión ejecutiva federal socialista, que fue sometida a una amplia renovación.

Propuesto por el partido ese mismo año como vocal del Tribunal de Cuentas, renunció desde entonces a toda actividad política. Jamás volvió a expresar en público una opinión o pensamiento ideológico mientras permaneció en ese órgano y siempre mostró su desacuerdo con quienes no acataban de forma escrupulosa esa limitación en los órganos institucionales que requieren una posición apartidista.

Sólo a partir de septiembre pasado, tras abandonar el Tribunal, volvió a difundir ideas y análisis económicos desde una concepción keynesiana y fabiana, fiel a sus convicciones de centro izquierda. Antes, en octubre de 2005, se doctoró en Ciencias Económicas con una tesis en la que sostuvo que los sistemas públicos de pensiones proporcionan más garantías para el cotizante que los planes privados.

Casado con una profesora titular del departamento de Administración de Empresas y Contabilidad de la Universidad de Oviedo, y padre de dos hijos, Luis Martínez Noval había tenido su último percance de salud en junio de 2008 cuando sufrió un accidente cardiovascular en Cracovia (Polonia) cuando participaba en un congreso del Tribunal de Cuentas europeo.

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