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Griñán pacta con Rubalcaba dar estabilidad al PSOE

Ambos dirigentes almorzaron en Sevilla y acordaron reforzar la ejecutiva y el grupo parlamentario

Lourdes Lucio
José Antonio Griñán y Rosa Aguilar en enero de 2011.
José Antonio Griñán y Rosa Aguilar en enero de 2011.PÉREZ CABO

El viernes 8 de marzo, cuando las redes sociales bullían por la decisión del PSOE de presentar una moción de censura en Ponferrada (León) con el apoyo de un condenado por acoso sexual, Alfredo Pérez Rubalcaba y José Antonio Griñán celebraban un almuerzo, a solas, en la casa particular del presidente de la Junta en Mairena del Aljarafe (Sevilla). Cuentan que a esas horas ambos eran ajenos al incendio que el caso Ponferrada estaba generando en Twitter.

La presidenta del PSOE de Andalucía, Amparo Rubiales, fue una de las más activas y horas después la respaldó la número dos del Gobierno andaluz y secretaria general del PSOE de Sevilla, Susana Díaz. En el momento en que se sumó Díaz, quedó claro que Griñán estaba que trinaba con la moción de censura, pese a que él es también presidente de la ejecutiva federal.

De lo que hablaron Rubalcaba y Griñán en ese almuerzo poco ha trascendido, pero parece claro que el líder del PSOE andaluz y el mayor referente socialista al frente de una institución le ha garantizado todo su apoyo en un momento crítico para el principal partido de la oposición. Unos hablan de “apuntalar” a Rubalcaba y a la ejecutiva federal; otros, de “reforzar”; y otros, de “ensamblar” esfuerzos ante una fragilidad interna nunca vista antes en el PSOE. Entre ambos sellan un acuerdo con duración indeterminada en el que no se contempla la celebración de primarias para elegir al candidato en las próximas elecciones generales. Los andaluces pretenden abrir ese melón en 2014, antes o después de las elecciones europeas.

Tras el congreso federal de Sevilla —en el que Griñán apoyó a la candidata perdedora, Carme Chacón— las relaciones entre el presidente andaluz y el secretario general federal no han sido fáciles. Las quejas desde Andalucía por la falta de eco a las iniciativas del Gobierno de PSOE e IU en la comunidad han sido frecuentes. También se ha criticado a Rubalcaba por su “enroque”; se le ha pedido que haga una oposición más contundente y que dé más juego en la ejecutiva federal. En cierta manera, estas críticas realizadas en el otoño pasado, aunque revestidas siempre con palabras de apoyo al secretario general, también contribuían a debilitarlo.

"Esto es una sangría continua, imposible de taponar", dice un diputado

Pero la salud del PSOE es ahora, según opinan los dirigentes andaluces consultados, mucho peor que hace tres meses. No sólo por el desplante del PSC al PSOE sobre el derecho a decidir en Cataluña. Ni por el órdago de los socialistas gallegos para elegir mediante primarias a su secretario general, en contra de la opinión de Ferraz. Ni siquiera por apoyarse en un acosador sexual para obtener una alcaldía. Sino porque el PSOE, afirman, nunca ha estado tan débil como ahora en su historia. “Esto es una sangría continua casi imposible de taponar”, asegura un diputado andaluz, preocupado por la falta de anticipación de los socialistas en prácticamente todos los temas y frentes.

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A Griñán no le interesa un partido más descuajeringado de lo que está y su apuesta en estos momentos pasa por dar estabilidad a Pérez Rubalcaba. El presidente de la Junta está convencido, además, de que si el PSOE de Andalucía “mueve un dedo, tumba al partido”.

La solución coyuntural —algunos hablan de último cartucho de recomposición— pasa por reforzar las competencias orgánicas de la vicesecretaria general, Elena Valenciano, alguien 100% de la confianza de Rubalcaba que actuaría de puente con las distintas federaciones.

El PSOE andaluz cree que "si mueve un dedo, tumba al partido"

Oficialmente, en el PSOE andaluz niegan que estén pidiendo una remodelación amplia de la ejecutiva federal, que debería ser aprobada en un comité federal si se quiere evitar, como se pretende, un congreso. Sin embargo, esa decisión siempre estará en manos de Rubalcaba, al que algunos le reprochan su “vértigo” a la hora de aceptar la renuncia de Óscar López como responsable de Organización por el fiasco de Ponferrada. “Lo que se trata es de fortalecer lo que tenemos con lo que tenemos”, asegura un dirigente.

Pero ese cambio en la dirección federal, aceptado por Rubalcaba, no quedaría ahí. También entraría en liza otra pieza clave como es el grupo parlamentario socialista. Y ahí entra en juego la cordobesa Rosa Aguilar, fichaje estrella del primer Gobierno de José Antonio Griñán y ministra del último de Zapatero. Implacable portavoz de Izquierda Unida en el Congreso durante el Gobierno de Felipe González, es la apuesta de los andaluces para reforzar al grupo parlamentario.

Estos cambios se verán en el pleno de la ejecutiva federal del próximo jueves día 21. Dos días antes, el vicesecretario general del PSOE andaluz, Mario Jiménez, ha convocado una reunión con 25 diputados y 10 senadores andaluces en Madrid.

Rosa Aguilar es la apuesta de los andaluces para reforzar el grupo parlamentario en el Congreso

El pacto ente Griñán y Rubalcaba, que algunos califican de tregua, otros de entente y otros de acuerdo, no implica ningún compromiso de futuro. Griñán ha dicho en varias entrevistas cuando se le ha preguntado que ya decidirá cuándo se convoquen en su momento elecciones primarias a quién apoya. “Yo apoyo ahora a Rubalcaba. Que sea el futuro, no lo sé”, dijo a EL PAÍS en junio pasado. Ahora mismo, los andaluces no ven ninguna alternativa ni sólida ni líquida y creen que hay sectores del rubalcabismo que intentan mover la silla al secretario general precipitando la convocatoria de primarias. Ningún nombre sale de la boca de los dirigentes andaluces, lo que hace pensar a los críticos a Griñán que este está pensando sustituir a Rubalcaba, aun cuando el andaluz lo ha negado muchas veces y ha asegurado que su futuro está en Andalucía.

Lo que sí es evidente es que Carme Chacón ha dejado de ser el referente de Griñan y los suyos. Dicen que han pasado página. “No veo que pueda encabezar nada. Nadie se presenta a una segunda vuelta cuando ha perdido”, asegura una persona que la defendió a muerte en el convulso congreso federal.

Los andaluces pasan la página de Chacón

El PSOE de Andalucía, la federación con más militantes, se partió en dos en el 38º congreso federal celebrado en Sevilla un mes antes de las elecciones autonómicas de marzo. Unos apoyaron a Alfredo Pérez Rubalcaba y otros, a Carme Chacón. Aunque algunos dirigentes vivieron este episodio sin dramatismo, fueron los menos, y el proceso de elección de delegados abrió muchas heridas en las agrupaciones provinciales, en las que ya había muchas tensiones internas por causas locales. Griñán afronto unas elecciones autonómicas con un partido muy descosido. Aunque perdió en las urnas, pudo seguir gobernando contra pronóstico gracias a un pacto con IU.

Casi un año después de esa cita congresual y de las elecciones, los andaluces que apoyaron a Chacón han pasado página. Desde Griñán, que acuñó el término de “neutralidad activa” aunque fue un abanderado de la barcelonesa, hasta Susana Díaz, la hoy consejera de la Presidencia y líder del PSOE de Sevilla que, como responsable entonces de la secretaría andaluza de Organización, se dedicó con todas sus energías a sumar delegados chaconistas en todas las provincias.

“Olvidaos de Chacón”, sugería la semana pasada un dirigente andaluz cuando se le preguntó por la relación con la diputada del PSC. Precisamente es su militancia en el Partit dels Socialistes de Catalunya y la decisión de este partido de apostar por el derecho a decidir de Cataluña en una hipotética consulta soberanista por lo que algunos consideran que Chacón se encuentra en una situación muy difícil para saltar de nuevo a la palestra.

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