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El juez considera auténticos los correos aportados por Diego Torres

Los correos electrónicos fueron impugnados por uno de los abogados de la causa

“Su autenticidad mayoritariamente no ha sido puesta en duda por los en algunos casos aludidos y otros intervinientes”. Con estas palabras, el juez del caso Urdangarin, José Castro, ha decidido este miércoles que los más de dos centenares de correos electrónicos filtrados en cuatro remesas por Diego Torres, el antiguo socio del duque de Palma, son válidos y no serán expulsados de la causa. El juez los considera ciertos porque proceden de los servidores del Instituto Nóos. Quedan, pues, como elemento documental en la causa. Los correos recogen la correspondencia profesional y particular del yerno del Rey, en su ámbito comercial y familiar.

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La defensa de Iñaki Urdangarin anunció en su día que impugnaría la inclusión de los correos e hizo un prólogo a la declaración del duque de Palma del pasado sábado para advertir que este no respondería a ninguna pregunta sobre su contenido. Sin embargo, llegado el momento, el yerno del Rey contestó a decenas de cuestiones que le planteó el fiscal Pedro Horrach, a pesar de una interrupción expresa del letrado Mario Pascual. “¡No contestes, Iñaki!”. En la práctica, el yerno del Rey vino a validar los correos que su defensa refutaba.

El secretario de las infantas, el imputado extesorero del Instituto Nóos, Carlos García Revenga, también intervino contra la validez en la causa de la correspondencia electrónica. Anunció una querella criminal por revelación de secretos por la divulgación de los correos que le envió Iñaki Urdangarin. Otro letrado, Javier Saavedra, que representa a Robert Cocky, el supuesto hombre de paja de la trama de cobro en el exterior de Urdangarin, reclamó al juez José Castro que se investigase el “origen” de los mensajes.

El magistrado entiende que los correos son verdaderos y que “no ha lugar la investigación, en tanto que tales correos tienen como nota común que su envío y recepción se ha producido en el entorno del Instituto Nóos y de la Fundación Cultura Deporte e Integración Social”.

Los mensajes proceden del servidor madre de la empresa de los imputados y son comunicaciones cruzadas entre sus rectores: Diego Torres e Iñaki Urdangarin. Los correos electrónicos “han venido al pleito de la mano” del responsable del Instituto Nóos, insiste el juez, receptor de las cartas de Urdangarin o de las copias informáticas en las que están incluidas.

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En los últimos correos aportados por Torres al juez Castro se acumulan referencias que sugieren que la Casa del Rey, a través del secretario de la infanta Cristina, Carlos García Revenga, de la propia Infanta o del Monarca, pudo conocer y tutelar de alguna forma los negocios privados del duque de Palma. García Revenga tenía la última palabra en todo, según afirmó Diego Torres ante el juez.

El Rey, en dos casos, comunicó aparentemente que había tratado con empresarios interesados en patrocinar un proyecto de Urdangarin y Torres, el Desafío Ayre, una frustrada iniciativa española para la Copa América de vela.

El poso de los correos da pistas de las lucrativas gestiones de Urdangarin, aún después de ser teóricamente apartado por el Rey, a través del conde Fontao, de la cabecera de los negocios de Nóos, en 2006. Las fechas de los mensajes abarcan hasta dos años después del aparente veto real. En uno de los mensajes de 2007, Urdangarin da cuenta de un proyecto lucrativo relacionado con la Copa de América y la Comunidad Valenciana: “Hemos conseguido que el Rey se viera con Pedro [...] Tengo un mensaje de parte del Rey y es que le ha comentado a Cristina para que me lo diga, que llamará Camps a Pedro”.

Además, mientras Urdangarin se embolsaba con Torres hasta 5,8 millones de euros por cinco contratos, a dedo, para otros tantos eventos de los Gobiernos de la Comunidad Valenciana y de Baleares, ambos del PP, entre 2004 y 2006, negoció —según los correos electrónicos— un pacto de colaboración económica con una amiga de Don Juan Carlos, la princesa Corinna zu Sayn-Wittgenstein. Esta persona ofreció a Urdangarin un cargo institucional en España en la fundación Laureus, en cuya cúpula está ella misma. El cargo le dejaría al yerno del Rey un salario anual superior a los 200.000 euros. Esa negociación salarial nunca llegó consumarse.

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