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HASIER ARRAIZ | Dirigente de Sortu

“La confrontación armada no ha sido buena para nadie”

“La historia dirá si ETA ha ayudado o perjudicado a la izquierda ‘abertzale”

Mikel Ormazabal
Hasier Arraiz, en San Sebastián, tras la entrevista.
Hasier Arraiz, en San Sebastián, tras la entrevista.JAVIER HERNÁNDEZ

La entrevista con Hasier Arraiz (Vitoria, 1973) se realizó ayer en un hotel de San Sebastián a la misma hora que en Vitoria se estaba celebrando un homenaje del Parlamento vasco, del que es miembro, al socialista Fernando Buesa, asesinado por ETA en 2000. Hoy será elegido presidente de Sortu.

Pregunta. ¿Por qué ha elegido las entrevistas y no el homenaje?

Respuesta. Mi prioridad ahora es el congreso de Sortu.

P. ¿Hubiese asistido?

R. Formo parte de EH Bildu en el Parlamento y las decisiones que toma el grupo también me conciernen.

P. ¿Acudirá alguna vez a un acto de este tipo?

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R. Sí. Mis pasos a nivel personal van a ir en consonancia con las posiciones políticas del partido. Hemos sido claros: no hay ningún problema en seguir dando pasos en el reconocimiento, respeto y reparación a todas las víctimas. No habrá ningún impedimento.

P. Hoy se pone fin a 10 años de ilegalización de Batasuna. ¿Qué ha cambiado en su seno? Siguen las mismas personas.

R. Esas personas han sido los principales responsables del cambio estratégico que se ha dado en la izquierda abertzale. También hay que tener en cuenta que en los últimos años no ha podido haber relevos generacionales tranquilos por la estrategia represiva del Estado. Ha sido el Estado el que ha decidido cuándo se producían esos cambios.

P. Sortu da importancia al concepto de desobediencia civil. ¿Cómo se va a manifestar?

R. La desobediencia civil es un instrumento más en nuestra acción política, como la labor institucional o el movimiento popular. Creemos que se dan las condiciones para un cambio positivo y radical en el actual modelo político y social. Mediante la desobediencia civil queremos que el ciudadano pueda participar activamente en ese cambio.

P. ¿Cuáles han sido las aportaciones de los presos en el debate de Sortu?

R. Hemos tenido enormes dificultades para que hayan podido enviar sus aportaciones. Sobre el contenido, el colectivo de presos muestra especial preocupación por el proceso de resolución del conflicto. La forma de pensar que existe en las cárceles en bastante similar a la de fuera.

R. Usted fue a la cárcel en 2007 tras caer la cúpula de Batasuna. ¿Cómo fue la experiencia?

P. Es una vivencia muy dura. La cárcel, como sistema, es una auténtica máquina de triturar personas. Con todo, nosotros éramos unos privilegiados, porque teníamos a gente esperándonos fuera. En los dos años y medio que estuve en prisión, me sentí querido. Soy una persona con suerte.

P. Le acusaron de integración en banda armada. ¿Tuvo alguna conexión con ETA?

R. Se han cumplido 10 años de la operación contra [el periódico en euskera] Egunkaria y sus responsables hablaban de la doctrina del “todo es ETA”. Esa doctrina ha funcionado hasta hoy, y nosotros hemos sido víctimas de ello. Hay aparatos del Estado que continúan en el todo es ETA: el euskera es ETA, nuestro proyecto político es ETA…

P. Se les pide una condena y la disolución de ETA.

R. Hoy, la actividad armada de ETA es pasado. En lugar de aprovechar esta interesante oportunidad para construir un escenario de paz, todo lo que oímos son mensajes de hace cinco o diez años. Resulta paradójico que ETA quiera desarmarse y que la otra parte no dé ninguna facilidad, cuando sería la más beneficiada. Tenemos la sospecha de que hay determinados sectores a los que no les interesan los pasos que puedan dar la izquierda abertzale y ETA. Yo diría incluso que les molesta.

P. ¿El desarme no debería ser un paso unilateral de ETA?

R. Si da ese paso, se dirá que no es total, que no vale, que es insuficiente. ETA ha dicho que está dispuesto a hacerlo de forma ordenada y verificada. ¿Qué problema hay para aceptarlo?

P. ¿Qué tendría que hacer el Gobierno español?

R. Abrir un diálogo con ETA para acordar su desarme y desmantelamiento militar de modo ordenado y verificado.

P. ¿Sería a cambio de algo?

R. No. Sortu nunca ha dicho eso, y creo que ETA tampoco.

P. ¿Crear un Estado vasco independiente supondría acabar con el conflicto del que habla?

R. No van unidos. La resolución no vendrá el día que se reconozca a Euskal Herria como nación y pueda ejercer su derecho a decidir. Se acabará cuando España y Francia acepten respetar la voluntad popular.

P. En Cataluña no hablan de conflicto político.

R. Son situaciones diferentes con un problema común. Vascos y catalanes tenemos enfrente a dos Estados con un déficit democrático importante: no nos reconocen como naciones con derecho a decidir. Pero es verdad que llevamos procesos distintos.

P. Sí, porque en Cataluña no ha existido ETA.

R. Estoy de acuerdo. La crudeza de la confrontación armada no ha sido buena para nadie. A Sortu no le gusta, ni se recrea en ese tipo de situaciones. Todos tenemos que valorar lo que la otra parte ha sufrido. También es de justicia valorar el sufrimiento de la izquierda abertzale y otros sectores sociales, como el caso de Egunkaria o el de Joxe Arregi, que murió por torturas. Eso hirió y dolió a muchos sectores de la sociedad vasca.

P. Se les pide autocrítica.

R. Observamos que solo hay autocrítica en la izquierda abertzale, como si el resto no hubiese tenido ninguna responsabilidad en lo que ha pasado. No ocultamos la nuestra, pero otros también tienen su cuota.

P. Txeroki solo ha lamentado el daño causado por ETA a las víctimas sin responsabilidad en el conflicto. ¿Lo comparte?

R. Eso lo hizo el IRA y se recibió positivamente, pero si lo hace ETA, no. ETA dice que en su estrategia militar ha causado un daño a un sector al que no querían dañar. No cabe duda de que a otro sector sí quería causarle daño. Por eso cometían los atentados.

P. ¿En qué ha ayudado o perjudicado ETA en el logro de los fines de la izquierda abertzale?

R. Lo dirá la historia. Es pronto para valorar si ha sido bueno o malo para el movimiento de liberación vasco.

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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