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Urdangarin despidió empleados, contrató préstamos y fijó precios en Nóos

En el instituto se plantearon dar de alta a la infanta Cristina como trabajadora, según los 'e-mail'

“Acuérdate de hablar con Iñaki de si al final a Cristina la damos de alta o no.” Se trataba de contratar a la hija del Rey como trabajadora del Instituto Nóos, con cotización en la Seguridad Social. Al final solo figuró como directiva —y no en nómina— entre 2003 y 2006 del negocio que montaron su marido Iñaki Urdangarin y Diego Torres. El 17 de enero de 2003, al nacer Nóos, el gestor que tramitaba los contratos y pagos de los trabajadores, Luis, de la firma JCR asesores, escribió a Diego Torres preguntándole acerca de la eventual entrada en plantilla de Cristina de Borbón. El dato se conoce por la documentación y los correos electrónicos que Torres aportó a la causa días atrás.

Torres y Urdangarin, con sus esposas Ana María Tejeiro y la Infanta, controlaron Nóos con la ayuda del secretario de las infantas, Carlos García Revenga, que era el tesorero. En la misma hoja donde se plantea la duda sobre la cotización de la Infanta constan los salarios y retenciones de un ejecutivo de Nóos (Pedro P), al que se fijan unos ingresos netos de 641,55 euros aunque se anota que la Seguridad Social (44,45 euros) “en principio se paga en B”. En otros apuntes constan impagos de facturas a colaboradores, por miles de euros por los atrasos de la Generalitat Valenciana.

En la relación de correos electrónicos y documentos firmados y atribuidos a Iñaki Urdangarin constan numerosas pistas y notas documentales que evidencian desde un principio que el yerno del Rey fue un ejecutivo comprometido en Nóos. Era la cabeza visible y el principal motor de su actividad. Por sus muchas relaciones empresariales y su papel en la vicepresidencia del Comité Olímpico Español, el yerno del Rey trasladó dudas al comité de ética del COI (Comité Olímpico Internacional)

Urdangarin en Nóos no fue una figura decorativa. Gestionó contratos laborales, firmó despidos —de una familiar suya apellidada Blanch Urdangarin—, abrió cuentas corrientes, firmó pólizas, negoció los contratos de locales para Nóos y se carteó con empresarios inmobiliarios de Mallorca para cerrar la compra de pisos en Palma. Con el empresario Sebastián Escarrer de Sol Melià, patrocinado de eventos, trabó relaciones privadas y le pidió recomendación ante el que era alcalde de Calvià, Carlos Delgado, hoy consejero balear de Turismo

Además el esposo de la infanta tramitó acuerdos de colaboración de entre 34.800 euros hasta 181.000 euros —la primera cantidad fue la que se cobró para filmar un vídeo para Seat-Sport— , y con Telefónica, donde finalmente trabajó como consejero. Abertis y Repsol estaban en la tarifa de los 100.000 euros.

Las mejores firmas internacionales recibieron la invitación a cooperar económicamente con los proyectos con Nóos. En los últimos correos electrónicos se ven los negocios logrados (o gestados) con Rolex, Ford, Skoda, Nissan, BBVA, DKV, Volswagen, William, Sgae, Louis Vuitton, Toyota, Sol Melià, Madrid 16, CAM, Unicaja, entre numerosas grandes compañías que en los cinco años de actividad plenas de Nóos contribuyeron a incrementar con unos cuatro millones de euros las arcas del instituto. Torres y Urdangarin se embolsaron 2,3 millones del Gobierno de Baleares y 3,5 de la Generalitat Valenciana.

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“El sueño de la vida de Iñaki”

En la causa se ha conocido la reciente declaración, como testigo, de Javier Nieto Santa, un empresario barcelonés que figuró como presidente de la FDCIS (Fundación Deporte, Cultura e Integración Social). Fue la concreción de una idea de Iñaki y Torres con la que se pretendía, en 2007 y 2008, borrar el rastro de la presencia del duque en la pasarela de los negocios, tras el veto impuesto por el Rey en marzo de 2006.

La fundación FDCIS era "el sueño de la vida de Iñaki", según concretó al fiscal Nieto Santa que se reunió con el yerno del Rey y Diego Torres, en distintas ocasiones. Pero el ente, dijo Nieto, “nunca tuvo actividad” aunque recaudó –él dijo desconocerlo- unos 400.000 euros, en parte derivados al exterior. Esa fundación estableció vínculos comerciales con una sociedad De Goes, de la red de supuesta evasión del grupo. El mejor negocio de la fantasma FDCIS fue el cobro de 144.000 euros, a 6.000 euros al mes, de la empresa pública de la candidatura de Madrid, M16 por temas intangibles e inconcretos.

El objetivo de “anticiparse a cualquier inquietud y sospecha”, se anota en un correo de agosto de 2004, por parte de Mario Sorribas, mano derecha del duque, en una nota de filosofía y estrategia de Nóos. En el escrito de nuevo aparece citado el secretario de las infantas, Carlos García Revenga, -con quien se establece una cita. En muchas referencias, García Revenga queda fijado como el consultor del duque, la autoridad en su despliegue como conseguidor.

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