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Los partidos incurren en contradicciones al explicar detalles del supuesto espionaje

Camacho anuncia querellas contra quien diga que fue cómplice de la grabación de su comida con la exnovia de Pujol

Àngels Piñol
Fachada del restaurante donde se grabó la charla de Camacho.
Fachada del restaurante donde se grabó la charla de Camacho.TONI GARRIGA (EFE)

El caso del espionaje está provocado que los partidos implicados caigan en contradicciones como en el caso del PP, presunta víctima de las escuchas, o el del Partit dels Socialistes, bajo sospecha desde que José Zaragoza, diputado en el Congreso y exsecretario de Organización, reconoció que había encargado trabajos a los detectives. Alicia Sánchez-Camacho, presidenta del PP catalán, está en el ojo del huracán desde que trascendió que su comida con Victoria Álvarez, la examante del hijo de Jordi Pujol, fue registrada. La popular anunció este martes que se querellará contra quien diga que fue cómplice de la grabación.

Camacho ha matizado ya dos veces su versión de los hechos: el 11 de febrero, cuando estalló el escándalo, dijo no recordar si había recomendado a la examante de Jordi Pujol Ferrusola denunciar el supuesto blanqueo de dinero que cometía. Dos días después, el día 13, en el Parlament, precisó que había tenido acceso al contenido de la grabación y que en realidad ofreció a Álvarez acompañarla a la Fiscalía para denunciar la evasión de capitales, pero que ésta rechazó la invitación por miedo. Ese día, el PP presentó una denuncia en la Jefatura de Policía contra el espionaje y una demanda por atentar contra el derecho al honor, que instruye el juzgado número 21 de Barcelona. Fuentes populares aseguraron el lunes que este juez había admitido la demanda y aceptado dos de las medidas cautelares que incluía: que Método 3 presentara el libro de registros donde constara el trabajo de espiar a la popular y la prohibición de la difusión de la grabación.

El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) negó en un comunicado que el juez hubiera vetado la divulgación de las escuchas. Fuentes del PP aclararon que la confusión se produjo porque el juez sí aceptó la prueba anticipada de solicitar el libro de registros pero solo lo admitió a trámite y, por tanto, no se pronunció, sobre la difusión de la conversación.

Jaume Collboni, portavoz socialista, negó el día 11 con rotundidad que su partido tuviera relación con Método 3. Dos días más tarde, Pere Navarro, líder del PSC, lo ratificó en el Parlament. Una hora más tarde, Zaragoza, en la sede del PSC, ofrecía una rueda de prensa en la que admitió haber hecho cuatro encargos a Método 3 pero no relacionados con el espionaje. Navarro tuvo que advertir luego que si se confirmaba que alguien estaba involucrado en el espionaje debía abandonar la política.

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