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BEATRIZ TALEGÓN | Secretaria general de la Unión Internacional de Jóvenes Socialistas

“En la izquierda nos hemos hecho chiquititos, carecemos de ideología”

La dirigente juvenil abroncó a los asistentes a la última reunión de la Internacional Socialista Sostiene que los partidos han entrado en un "círculo vicioso" en el que eluden la autocrítica

Beatriz Talegón.
Beatriz Talegón.

El vídeo con su discurso ante la reunión de la Internacional Socialista (IS) la semana pasada en Portugal causa furor en las redes sociales. En él, Beatriz Talegón (Madrid, 1983), secretaria general de la Unión Internacional de Jóvenes Socialistas (IUSY, en sus siglas en inglés), abronca sin piedad a sus mayores de la familia socialdemócrata por convocar el cónclave en un hotel de cinco estrellas, por ignorar la voz de la calle y por maltratar a las organizaciones juveniles de sus partidos. Ella, licenciada en Derecho y afiliada al PSOE desde 2006, vive ahora del sueldo que le paga la IUSY, después de ocupar otros cargos políticos. Antes, trabajó ocasionalmente como profesora de música en escuelas. A punto de cumplir los 30 años, se muestra orgullosa de haber "removido conciencias".

Pregunta. ¿Su mensaje pretendía ser crítico o autocrítico?

Respuesta. Era una crítica de los jóvenes a los mayores, pero también una autocrítica a nuestra propia familia socialista.

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P. ¿Le dijeron algo los mayores de la Internacional Socialista tras escuchar su discurso? ¿Lo encajaron bien?

R. Nos felicitaron. Y después del discurso, por primera vez en la historia de la UIJS y de la IS, nos sentamos juntos en la misma mesa. Estuvimos tres horas reunidos de forma muy constructiva. Creo que ese discurso ha removido ciertas conciencias y ha puesto de manifiesto la necesidad de que a los jóvenes nos den espacio para trabajar y aportar al proyecto socialdemócrata.

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P. ¿Le ha llamado algún alto cargo del PSOE?

R. Me han felicitado muchos compañeros del partido, que se sienten orgullosos de ver cómo la gente joven da la cara sin miedos, con espíritu crítico pero constructivo.

P. Pero las críticas que lanzó usted al funcionamiento interno de los partidos eran muy duras. ¿Los cargos que le felicitaron no se sentían aludidos?

R. Bueno, yo creo que cuando reconocen esa crítica de alguna manera se despersonaliza el mensaje. Son las estructuras las que no funcionan bien, los sistemas de trabajar, los métodos de comunicación... No se señala con el dedo a nadie, se está haciendo una crítica a la manera de trabajar y a cómo hemos caído en un círculo vicioso en el que no nos decimos las verdades a la cara. Aquí no estamos acostumbrados a la crítica ni a decirnos la verdad a la cara.

P. Cuando dice “aquí”, ¿se refiere a los partidos socialistas?

R. No, a los partidos políticos en general. He recibido muchos mensajes de gente del PP, de IU, del PCE, del 15-M... que consideran que ya va siendo hora de que podamos decir las cosas a la cara y sin miedo.

P. ¿Le llamó Alfredo Pérez Rubalcaba, Elena Valenciano o alguien de la ejecutiva del PSOE?

R. No, los jefes no. Aunque coincidí ayer con Eduardo Madina en un programa de radio y me felicitó también.

P. Dijo en su discurso: “No hagáis que los jóvenes nos avergoncemos”. ¿Se avergüenzan del PSOE los jóvenes del PSOE?

R. No tanto del PSOE cuanto de la clase política en general. Nos gustaría que los políticos fueran más claros y más coherentes. Lo que reclamamos los jóvenes es que la gente que nos representa nos represente de verdad, sean del partido que sean, que asuman que trabajan para toda la sociedad.

P. ¿Usted no es clase política?

R. Yo también me dedico a la política, efectivamente, pero tengo mi trayectoria y desde que empecé he sido muy coherente. Tampoco me parece bien ese discurso de que todos los políticos son iguales o todos los partidos son iguales. No lo son. Hay muchísima gente honrada y coherente, son la mayoría. Tenemos que dignificar la labor política.

P. ¿El problema es ideológico, de desconexión del proyecto socialista con la ciudadanía, o de falta de coherencia de las personas que dirigen los partidos?

R. Hay una falta de coherencia en general, la ciudadanía no se siente representada, y eso afecta a todos los partidos. Es una cuestión de política, no de personas concretas. En general, ahora mismo en todas partes carecemos de una ideología concreta, la gente no distingue entre los partidos, se tiende a recolectar el voto de centro. En la izquierda nos hemos hecho chiquititos, no hemos dado un golpe en la mesa para recordar cuáles son nuestros valores y la gente a la que representamos.

P. Dijo también: “La gente en la calle pide democracia, libertad, fraternidad, educación pública, sanidad pública, y nosotros no estamos allí”. Pero el PSOE sí pide todo eso. ¿Cuál es el problema según usted, que lo pide sin creérselo o que falla en la acción política?

R. Bueno, yo me refería a las revueltas en las calles. El 15-M, los indignados... ahí no ha habido una presencia real de los socialistas. Teníamos que haber dado esa batalla.

P. Sigo. Dijo usted: “No nos queréis escuchar”. ¿El PSOE no escucha a los militantes de las Juventudes, los utiliza solo "para colgar carteles", que es el ejemplo que usted puso?

R. En la Internacional Socialista, para mí es evidente que ocurre eso. En cuanto al PSOE... El PSOE es mucho más que Rubalcaba y Valenciano, es el ámbito local, las agrupaciones... Y en las agrupaciones hay que hacer una apertura mayor y dar más voz a los jóvenes.

P. ¿Los partidos políticos siguen siendo el cauce para la acción política, o pueden ser superados por los movimientos ciudadanos, que les han llevado la delantera en muchas ocasiones durante esta crisis?

R. Creo totalmente que el partido es el cauce para poder hacer las cosas de forma organizada. No porque muchos hagan más ruido van a tener más peso. Pero los partidos tienen que modernizarse y hacer caso a los mensajes que vienen de la calle.

P. ¿Es partidaria de bajar el sueldo a los políticos?

R. No. Creo que en general todo el mundo en España debería recibir sueldos más altos. El político debe estar bien remunerado. Pero sí creo que solo debe haber un salario. Y limitar los mandatos para que nadie se apoltrone.

P. ¿Cuánto cobra usted?

R. Unos 2.500 euros brutos al mes, que en Viena, que es donde trabajo en la oficina de la Unión Internacional de Juventudes Socialistas, es un salario bastante bajo.

P. Dijo: “Me sorprende que pretendamos hacer la revolución desde un hotel de cinco estrellas”. ¿Dónde tendría que haberse reunido la Internacional Socialista para debatir?

R. Pues en un lugar al que cualquier votante socialista o cualquier ciudadano de a pie pueda [habitualmente] acceder: hay polideportivos, teatros, salas de reuniones...

P. ¿Por qué ha hecho usted ahora esta crítica tan fuerte a los partidos socialistas y no la hizo, por ejemplo, cuando el PSOE estaba en el Gobierno? Fue en ese momento cuando, según consideran muchos de sus exvotantes, el PSOE traicionó algunos de sus principios.

R. Bueno, yo en aquel momento estaba de concejal en un pueblo de Guadalajara y dimití. Obtuve una beca de la universidad y monté las Juventudes Socialistas de España en Europa [de la que fue secretaria general durante tres años]. Es decir, yo cuando vi que no había manera de cambiar las cosas me marché.

P. ¿Cuándo fue eso?

R. En 2008.

P. ¿Dimitió por eso, por la deriva del partido?

R. Sí, bueno, concretamente donde yo estaba no me sentía acorde con la manera interna de funcionar de la agrupación en la que yo estaba.

P. Un excargo de Juventudes en Valencia ha hecho circular una carta en la que dice que él abandonó el PSOE en 2009 por esa deriva ideológica del partido y que entonces usted lo tachó de “desleal”. ¿Es cierto?

R. No, es falso. Dice que yo dejé unos comentarios en su página de Facebook, pero no los muestra. Dice que los borré, pero yo no he borrado nada. No conozco de nada a este chico.

P. La crítica que hace usted ahora es muy profunda, y el panorama que dibuja, desolador. ¿En ningún momento se ha planteado dejar la militancia en el PSOE, o al menos el cargo?

R. Por supuesto que no. Lo que yo digo está dentro de nuestro ideario. La sensación de frustración sí existe a veces. Piensas que podrías emplear tu energía en otra cosa. Pero luego piensas que, sí te marchas, lo dejarás en manos de quienes lo van a terminar de destrozar.

P. ¿Votó en el último congreso federal del PSOE, el que enfrentó a Rubalcaba y Carme Chacón?

R. Decidí no ir. Podría haber ido como invitada. Pero no me parecía bien el enfoque: que la familia socialista se dividiera en dos y hubiera que elegir entre uno u otro.

P. ¿No le parecen bien las primarias?

R. Las primarias me parecen muy sanas siempre y cuando sean proyectos con equipos detrás, no un líder a la cabeza al que haya que apoyar a toda costa en contra del otro.

P. ¿No habría votado a ninguno de los dos, entonces?

R. No, a ninguno. Me llamaron por los dos lados para apoyarles y no apoyé a ninguno.

P. ¿Usted se presentaría a unas primarias?

R. Si hay equipo e ideas, claro que sí. Todo militante debería presentarse a las primarias.

P. Va a haber unas dentro de un año y medio. ¿Se plantea presentarse?

R. Por supuesto que no me lo planteo. Estoy totalmente dedicada a la Unión Internacional de Jóvenes Socialistas. Es donde estoy.

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