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El sector de Mayor Oreja busca el apoyo de Aznar contra el PP vasco

El expresidente apadrinará en Madrid el archivo Ordóñez

María San Gil en la presentación del archivo Ordóñez.
María San Gil en la presentación del archivo Ordóñez.JUAN HERRERO (EFE)

“Prefiero estar en la soledad que mal acompañado”, aseguró en una reciente entrevista radiofónica Jaime Mayor Oreja en referencia a su posición dentro del PP y su relación con la cúpula de la formación en Euskadi.

El sector que, indirectamente, representa el portavoz del PP en el Parlamento Europeo y exministro del Interior busca sin embargo recabar nuevos apoyos a sus planteamientos. Una postura cercana a la de la anterior líder de los populares vascos, María San Gil, y muy crítica con la política penitenciaria promovida por el Gobierno de Mariano Rajoy y los intentos de convivencia con la izquierda abertzale, aun en el ámbito de la gestión municipal.

Dos días después del estreno en San Sebastián del archivo documental del concejal del PP Gregorio Ordóñez, asesinado por ETA hace 18 años, la fundación FAES anunció ayer que José María Aznar apadrinará en Madrid el próximo lunes —junto a Ana Iribar, viuda del edil, y la exalcaldesa de Lizarza Regina Otaola— una nueva presentación de este trabajo.

Este anuncio se produce, además, justo después de que las víctimas del terrorismo de Euskadi aplazaran su congreso en una tensa asamblea convocada por la presidenta de Covite, el colectivo que preside Consuelo Ordóñez, hermana del concejal asesinado por ETA, criticada, entre otras cosas, por pedir abiertamente el voto para UPyD en las pasadas elecciones vascas.

Los ataques del entorno de Mayor Oreja a la dirección encabezada por Antonio Basagoiti, a la que llegó a bautizar como “PP pop”, arrecian de forma especial en los momentos de tensión entre distintos sectores de las víctimas y hasta se intensificaron después del cese definitivo de la violencia anunciado en octubre de 2011. “Siento una inmensa preocupación al escuchar al responsable de la oposición y previsible futuro recambio para este país. Me preocupa qué va a pasar con los terroristas que cumplen condena”, advirtió entonces Iribar. Tras algunas manifestaciones del presidente del partido en Gipuzkoa, Borja Sémper —que incluían en una entrevista la frase “Bildu no es ETA”— y del alcalde de Vitoria, Javier Maroto, en la vieja guardia de los populares ha habido quien ha intentado sembrar discordia con la dirección nacional.

“Tenemos la misma posición”, aclara de nuevo un miembro de la ejecutiva en Euskadi, quien añade que “más allá del trazo grueso, en Madrid son conscientes de que sobre esa cuestión hay determinados grupos mediáticos y sectores que desde hace tiempo y de manera interesada han puesto al PP vasco bajo sospecha”. Por esta razón, este dirigente sostiene que “siempre” habrá un entorno que “va a tratar de retorcer la interpretación buscando tonteos que no se corresponden con la realidad”, en alusión a la relación cotidiana con Bildu.

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Otro dirigente popular de primer nivel en el País Vasco lamenta estas acusaciones al señalar: “Daba por hecho que la capacidad de reflexión en voz alta a los miembros del PP vasco se nos permitía sin que nos llamaran traidores”.

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