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El hombre que se llevó la caja a Suiza

Bárcenas ha estado más de 20 años llevando la contabilidad del PP Mucha información y todos los ingresos y gastos pasaban por sus manos, incluidos los sueldos

María Fabra

Si dos negaciones son una afirmación, Luis Bárcenas ha chantajeado al PP. “Bárcenas no me chantajea”, aseguró Mariano Rajoy en julio de 2009. “No hemos aceptado ningún chantaje ni amenaza”, afirmó la actual secretaria del PP, Dolores de Cospedal.

Luis Bárcenas Gutiérrez (Huelva, 1957) trabaja para el Partido Popular incluso desde antes de ser Partido Popular. Ha visto pasar por la dirección de esa formación política a Manuel Fraga, a Antonio Hernández Mancha y a José María Aznar. Ha sobrevivido a todos y, hasta ahora, nadie le había negado tan claramente.

A los pocos años de empezar a trabajar con la contabilidad popular, de la mano de Ángel Sanchís, también sobrevivió a otro escándalo de corrupción: el que hundió a su antecesor Rosendo Naseiro, en 1990. Entonces, la ilegalidad de las grabaciones telefónicas que dieron origen a la investigación por financiación ilegal del PP impidió que aquel tesorero se sentara en el banquillo. Ahora, él es el imputado en otra causa, Gürtel, que afecta al mismo PP que, desde hace solo unos días, pretende arrinconarle.

Luis Bárcenas es licenciado en Ciencias Empresariales. Su trabajo en el partido se ha centrado en el control de las cuentas, los contratos y la supervisión de todos los números de la organización. La dimisión de Naseiro y su habilidad con las cifras le llevaron a que su trabajo y su peso interno fuera en aumento y al alza. Su labor como gerente le sirvió para ocupar un puesto en los círculos más estrechos pero de mayor rango entre la cúpula directiva del PP.

Mucha información y todos los ingresos y gastos pasaban por sus manos, incluido su sueldo, uno de los más altos del partido (cerca de 200.000 euros brutos anuales).

En 2004, después de más de 20 años en la contabilidad del partido, cuando Aznar aún presidía el PP y Mariano Rajoy ocupaba la secretaría general, Bárcenas aceptó un puesto institucional y resultó elegido senador por Asturias, cargo que revalidó en las elecciones de 2008. Fue ese mismo año, 2008, cuando Rajoy, en el congreso de Valencia, le ascendió de gerente a tesorero. Pero el puesto apenas le duró un año.

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Ya te he dicho que yo le he llevado a Bárcenas, a su casa y a Génova, 1.000 millones de pesetas por adjudicaciones de obras de la época de [Francisco Álvarez] Cascos”, se le oyó decir al cabecilla de la trama Gürtel, Francisco Correa, en una de las grabaciones de la investigación cuyos resultados comenzaron a conocerse a principios de 2009.

Pese a la presión externa, Bárcenas consiguió mantenerse en su cargo durante unos meses. Solo la entonces presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, se atrevió a poner algún pero a su permanencia. El tesorero siguió serio, e impecablemente vestido, ocupando su despacho en la sexta planta de la sede del PP, en la calle de Génova. Quizá el mismo al que, hasta esta misma semana, la dirección del partido le ha permitido el paso.

En julio de 2009 presentó su renuncia temporal, acechado ya por la investigación del caso Gürtel. Nadie en el PP dijo una palabra más alta que otra y el partido le mantuvo el despacho y le siguió pagando su defensa en el caso.

Pero ya comenzaron a destaparse las sospechas. “¿Ha abierto una investigación para saber si el tesorero se llevó nueve cajas de documentos del partido?”, le preguntaron entonces a Rajoy. “No me consta que se las haya llevado. Si me pregunta si se las ha llevado, yo no lo sé, lo que digo es que no me consta”, contestó Rajoy en su estilo habitual.

Educado y en ocasiones altivo, como ha llegado a mostrarse en alguna de sus comparecencias ante los jueces ante los que ha tenido que declarar, Bárcenas ha permanecido intocable hasta esta misma semana, cuando la misma investigación del caso Gürtel ha desvelado que el extesorero tenía cuentas en Suiza, en las que llegó a acumular hasta 22 millones de euros.

Y eso que las acusaciones sobre el extesorero ya le señalaban como el responsable de conectar a Correa con el organigrama del Partido Popular, con el fin de obtener contratos de Administraciones; también como receptor de varias cantidades y responsable de la supuesta financiación ilegal del PP valenciano.

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