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Rajoy lanza gestos con el AVE pero Mas recuerda los agravios a Cataluña

El presidente pide que el tren sirva para “unir territorios” El líder de CiU se queja de que Cataluña es la comunidad con menos obra pública

Era un acto de enorme contenido político y simbólico, y tanto Mariano Rajoy como Artur Mas lo han aprovechado. Aunque cada uno para posiciones opuestas. Mientras el presidente del Gobierno ha utilizado la inauguración del AVE a Girona y Figueres, que abre la puerta a la conexión con Francia, para tratar de lanzar un mensaje de acercamiento a los nacionalistas catalanes –“El AVE es una vía de entendimiento, y solo estas vías nos hacen capaces de llegar más lejos, Cataluña debe seguir siendo polo y pilastra de España, como dejó dicho Jaume Vicens Vives”- Mas contestó con un mensaje muy duro en el que, entre líneas, seguía insistiendo en la idea de la independencia: “En este momento de debates de muchas características entre Cataluña y el resto del Estado, esta conexión con Europa muestra la aspiración europea de Cataluña. La unidad de mercado no la hemos de buscar en los Estados tradicionales sino nosotros a escala europea”.

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Esta idea de los “Estados tradicionales” es muy clara. Pero por si fuera poca muestra del distanciamiento, y pese a ser un acto en teoría casi protocolario, Mas fue muy duro: “Cuando determinados medios presentan casi como un privilegio para Cataluña esta infraestructura, como una Cataluña muy bien tratada, quiero recordar que este el territorio con menos dotaciones de infraestructuras públicas. Es el que más contribuye y el que tiene menos inversión pública, que compensamos con privada”. En esta línea se expresó más duramente el alcalde de Girona, el convergente Carles Puigdemont, quien denunció las "heridas demoledoras" que han dejado los cuatro años de obras. "La alegría de hoy no es completa. La espera ha durado demasiado", señaló Puigdemont.

Mas dijo que la llegada del AVE a Figueres, que recordó llega 20 años después del primer AVE a Sevilla, es un “acto de justicia con Cataluña”. Y entre los dos, Don Felipe, Príncipe de Girona, que pronunció la mitad del discurso en catalán, también intentó tender puentes e insistió en la idea que más interesa al Gobierno: la de que este tipo de infraestructuras, pagadas por el Estado, son “un paso más de vertebración de España”.

Durante todo el trayecto –los tres iban sentados frente a frente en el tren con la ministra de Fomento, Ana Pastor- y el acto en Girona, todos mantuvieron ante las cámaras una imagen de normalidad. Rajoy y Mas charlaron amablemente en varias ocasiones delante de la prensa. Sin embargo, en los discursos quedó muy claro que ese acercamiento que Moncloa parece buscar está muy lejos o al menos esa imagen no le interesa a Mas en este momento.

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