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Aguirre pide una investigación internacional de la muerte de Payá

La presidenta del PP de Madrid entra en la cárcel para visitar a Carromero

La presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, junto a la vicesecretaria de Organización del PP madrileño, Gádor Ongil, en la entrada de la cárcel de Segovia.
La presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, junto a la vicesecretaria de Organización del PP madrileño, Gádor Ongil, en la entrada de la cárcel de Segovia.Juan Martín Misis (EFE)

La presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, pidió ayer una investigación internacional sobre la muerte del opositor al régimen cubano Oswaldo Payá, que falleció en un accidente junto con el también disidente Harold Cepero, al salirse de la vía el vehículo en el que viajaban. El accidente se produjo el 22 de julio pasado y conducía el dirigente de Nuevas Generaciones madrileño Ángel Carromero.

Aguirre, que logró entrar ayer en el Centro Penitenciario de Segovia y entrevistarse con Carromero durante cerca de una hora —algo que no pudo hacer el día que lo trasladaron tras su llegada a Madrid, por carecer de autorización, al no haberlo solicitado el recluso— dijo que la muerte de Oswaldo Payá, el opositor número uno a la dictadura castrista, no puede quedar sin investigación. “Yo solicito una investigación internacional sobre su muerte (…) y confío en que se investigue como se merece, cuando acaben estos 54 años de tiranía”, dijo.

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Entre el frío y la emoción de la visita, a Esperanza Aguirre se le veían ojos vidriosos, mientras se mostraba convencida ante los periodistas de que a Carromero le han torturado durante su detención en Cuba y subrayaba que le encontró “muy, muy, muy tocado". A lo que agregó: "Aunque creo que le he aportado apoyo y él lo ha agradecido (…) cuando ordene su cabeza, que está pasándolo muy mal, hablará con todos”.

De todo lo que ha hablado con Carromero, Aguirre solo estaba autorizada a relatar que, hasta el día 14 de noviembre, el dirigente de Nuevas Generaciones apenas había podido salir de la celda una vez cada 15 días, aparte de lo que, a juicio de la expresidenta de la Comunidad de Madrid, “tuvo que sufrir” en Bayamo, a 750 kilómetros de La Habana. “Estuvo con una vía [puesta en vena], una sedación o como le quieran llamar, yo digo torturado, durante 14 días nada menos”, sentenció Aguirre.

Además, el interno le contó a su visitante que cuando llegó a la cárcel segoviana y habló con los otros reclusos que le acompañan en el módulo de ingresos, conoció que en España el sistema de presos incomunicados les permite salir dos horas, una vez al día, advirtiendo la diferencia entre regímenes políticos. Aguirre aseguró que no conocía personalmente el viaje de Carromero a Cuba pero, si sabían de su existencia otros miembros de Nuevas Generaciones del PP, dentro de un plan de apoyo a la disidencia cubana emprendido por la Liga Juvenil de la Democracia Cristiana sueca, cuyo presidente, Jens Aron Modig, era el cuarto ocupante del vehículo siniestrado.

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Carromero, su familia y sus compañeros de partido están seguros de que su paso al tercer grado penitenciario será inminente, aunque dificultado por los días festivos, una vez que lo dictamine el Ministerio del Interior, tras escuchar a la junta de clasificación del centro. Aguirre se encargó de aclarar que Carromero no es un delincuente, que contaba con carné de conducir, que no se lo retiraron hasta el 5 de octubre, y que el accidente no es un delito doloso, aparte de que no han denunciado las familias de los fallecidos. Para Aguirre, Carromero está condenado por la “dictadura comunista cubana”. “Yo no reconozco justicia ninguna en la isla de Cuba, que es una tiranía, que hoy cumple 54 años, de estar oprimiendo a todo un pueblo, lo que pasa es que la sentencia [cuatro años de cárcel por homicidio imprudente] la hemos tenido que aceptar para que pisara tierra española”, dijo.

Por su parte, el portavoz de la familia y diputado del PP, Pablo Casado, explicó a este periódico que las pruebas con que cuenta el abogado de la defensa demuestran que no hubo exceso de velocidad y que Carromero, en ningún caso, conducía por encima de los 70 kilómetros por hora. El abogado del recluso insistirá ahora en la tesis de que su defendido respetó la velocidad y que la zona no contaba con la señalización adecuada, por lo que se precipitó por un terraplén. Casado sostiene que los informes de los peritos sobre la base de varias fórmulas internacionales ponen de manifiesto que la velocidad era adecuada, aunque no han podido acceder a los restos del automóvil.

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