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Gobierno y oposición terminan el año en un pleno de total enfrentamiento

La herencia recibida del PSOE y la acusación al Ejecutivo de romper la cohesión social, marcan el debate parlamentario

Rajoy, ayer en el Congreso.
Anabel Díez

Último pleno de control al Gobierno de 2012 en el que se han mantenido los perfiles de los últimos diez meses. Los sucesivos recortes, el aumento de impuestos, las dudas sobre qué modelo sanitario y educativo acabará imperando en España y la incertidumbre sobre las pensiones, llenaron un pleno de control al Gobierno áspero, duro y de total enfrentamiento entre todos los grupos de oposición y los miembros del Gobierno.

Antes de la sesión de control, con preguntas e interpelaciones al Gobierno, hubo un largo debate sobre los últimos consejos europeos, en el que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, aseguró que “la decisión sobre el rescate, está tomada”: no lo pedirá. Aunque como nada es irreversible, apostilló que si hiciera falta lo pediría. En efecto, para el líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, nada es inmutable y por eso anunció que cuando el PSOE “vuelva a gobernar”, revocará la reforma laboral y devolverá la sanidad a prestación y derecho universal y público, sin restricciones ni condiciones.

Mientras se desarrollaba el pleno del Congreso las manifestaciones en la calle de diversos colectivos continuaban las protestas iniciadas hace días. Por un lado, los científicos, que no tienen lugar en España y tienen que emigrar. Los médicos y personal sanitario, por otro, que mantienen la presión para que el Gobierno de Madrid no privatice la gestión de seis hospitales y 28 centros de salud. El conflicto de la sanidad ha entrado de lleno en el Parlamento. “Tanta gente que está en la calle no puede estar equivocada señor presidente”, le dijo como resumen el coordinador general de IU, Cayo Lara, en una intervención tan dura como correcta.

Cada portavoz parlamentario cogió una parte del malestar ciudadano para pedir explicaciones al Gobierno. Rubalcaba; Josep Antoni Duran Lleida (CiU); Aitor Esteban (PNV), debutante como portavoz en sustitución de Josu Erkoreka; Cayo Lara (Izquierda Plural); Rosa Díez (UPyD); Alfred Bosch (ERC); Olaia Fernández Dávila (BNG); y los representantes del Grupo Mixto, a excepción de UPN y Foro Asturiano, fueron directamente a por el presidente del Gobierno, en términos muy duros. Aunque se trataba de hablar de los consejos europeos, la mayoría aprovechó tener ante sí al jefe del ejecutivo para hacer un repaso nacional. En este pleno se han confirmado todas las tendencias. Rubalcaba y Rajoy no se dan tregua, aunque Rosa Díez tampoco afloja ni un minuto su persecución dialéctica al presidente del Gobierno. La noche anterior los periodistas parlamentarios, en votación con papeleta y en urna, premiaron a Díez con el galardón de “Azote del Gobierno”. Ayer se volvió a reafirmar el azote.

El duelo entre la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría y la portavoz socialista, Soraya Rodríguez, semana tras semana, continúa y ayer fue especialmente intenso. La representante de la oposición atribuyó al gobierno del PP “vanagloriarse del sufrimiento de la gente”. “Gobernar no es repartir dolor y es lo que han hecho ustedes en este año; no reformas, sino recortes que están llevando a la ruptura de la cohesión social y a romper los consensos básicos constitucionales respetados en los últimos 35 años”. La vicepresidenta la observaba con gesto de pocos amigos y en su turno acusó a los socialistas de “sobreactuar”. “Ha tenido usted que salir del Ministerio para saber qué pasa en la calle”, respondió la vicepresidenta, en esta ocasión con menos ganas que en otra ocasiones de dar la réplica a Rodríguez. “Hay que cambiar muchas cosas porque durante muchos años en España no se ha hecho nada”, dijo la vicepresidenta con la dosis de recuerdo de la herencia recibida, sobre la que se extendieron el resto de los ministros interpelados. Así lo hizo la titular de Sanidad, Ana Mato; la de Trabajo, Fátima Báñez, y el titular de Hacienda, Cristóbal Montoro. Reúnanse con los jueces, con los médicos, con los profesores, aconsejaban, entre otros colectivos también citados, los miembros de la oposición. “Hay que escuchar a todo el mundo pero atender también el interés general”, se justificó Sáenz de Santamaría.

Diga lo que diga la oposición, el debate siempre termina con la herencia dejada por el PSOE y así lo hizo Rajoy que con cierta teatralidad le pidió a Rubalcaba que cuando vuelvan a gobernar, después, no dejen las cosas como las han recibido los populares. Aplauso intenso de la bancada popular que incitó al presidente a seguir con la representación y levantarse y saludar a los suyos, con inclinación de cabeza como gesto de agradecimiento. Después, el presidente salió al pasillo y departió en un corrillo con diputados nacionalistas del PNV y CiU.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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