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Rajoy estudia facilitar la investidura de Mas para evitar el pacto con ERC

Rajoy persigue el acuerdo hasta el final: “Ahora toca hablar”, dice sobre Cataluña El Gobierno quiere la abstención de PP y PSC en el debate que haría presidente al líder de CiU

Casi nadie en La Moncloa lo ve fácil. El Gobierno da por hecho que Artur Mas se va a entregar en brazos de ERC. Sin embargo, mientras no se consume ese acuerdo, que tanto preocupa al presidente, según ha confesado, el Ejecutivo va a mover todas sus piezas para intentar evitarlo. La puerta para Mas está abierta, y de ahí el gesto de Rajoy de llamarlo por teléfono tras las elecciones, según fuentes gubernamentales. Desde entonces, el Ejecutivo trabaja más con Josep Antoni Duran, su interlocutor habitual, para intentar recuperar los puentes. Aunque todos los consultados admiten que las distancias siguen siendo enormes.

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La operación sería aparentemente simple. El Gobierno cree que se podría con una cierta facilidad fraguar un acuerdo que consistiera en que Mas fuera investido con la abstención de PSC y PP. Así no necesitaría los votos de ERC. Sin embargo, además de que no está nada claro que los socialistas catalanes aceptaran ese acuerdo, la condición que plantea Mariano Rajoy para dar paso a esa operación es casi imposible de cumplir para Mas: renunciar a la consulta soberanista, o al menos no ponerle fecha. A cambio, eso sí, tendría una estabilidad parlamentaria como la que tuvo en los últimos dos años gracias a los votos del PP, una tranquilidad que ERC no le da. Claro que para el PP también supondría un trago enorme esa abstención después de todo lo que Alicia Sánchez Camacho, líder del PP catalán, ha dicho de Artur Mas. De hecho, ella ya ha anunciado que su formación votará en contra de la investidura, aunque eso podría modificarse.

El Gobierno lanza mensajes contradictorios. Por un lado, Rajoy se ha esforzado desde las elecciones catalanas en olvidar sus durísimos mensajes de campaña, en los que llegó a acusar a Mas de no tener “agallas” para enfrentarse a la crisis. Al presidente le preocupa mucho que Cataluña frene la ola de recortes que le exige Bruselas, y sobre todo la imagen de inestabilidad que puede perjudicar a la prima de riesgo española y a su propia credibilidad política en Europa.

Sin embargo, mientras el presidente lanza esos mensajes de reconciliación, su Gobierno aprueba una ley de educación que ha abierto una enorme brecha en Cataluña y ha vuelto a unir a los partidos contra el PP. José Ignacio Wert, el ministro de Educación, se ha enfrentado abiertamente al Gobierno catalán, aunque también parece dispuesto a rebajar ese soufflé.

En medio de estos mensajes contradictorios, el presidente lanzó ayer de nuevo un guante a Mas. “Cataluña no puede distraer sus energías ni equivocarse en las prioridades, porque la prioridad aquí es luchar con todas las fuerzas contra la crisis”, arrancó. Y remató:

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“Nosotros siempre hemos estado dispuestos al diálogo y seguimos estándolo. Y creo que ahora lo que toca es hablar y fijar objetivos comunes”.

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