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Rajoy salva el envite soberanista de Mas y prepara la siguiente batalla

El PP cree que Mas “hizo el ridículo” y el presidente le ganó el pulso clave Cospedal: “Era un plebiscito, ha sido un fracaso, el PP no va a pactar con CiU” Los populares tratarán de evitar que CiU pacte con ERC “Sería un desastre Sánchez Camacho aspiraba a ser la segunda; es la cuarta aunque logra subir

Carlos E. Cué

Solo dos días después de la manifestación del 11 de septiembre, a la que él no acudió, Artur Mas fue a Madrid. Después de un desayuno en un conocido hotel, en el que lanzó un discurso independentista sin pronunciar esa palabra maldita, el presidente catalán comentaba en corrillos con varios dirigentes de CiU: “No podemos dejar este proceso en manos de ERC, no podemos permitir que el pueblo de Cataluña se lance en sus manos en un momento así”. Mas decidió ponerse al frente de la manifestación para evitar lo que pasó ayer, que los votos se los llevara ERC. Y Mariano Rajoy, después de muchas dudas, y muchos silencios que desesperaban a su partido, decidió hace un mes convertir las elecciones catalanas en un mano a mano con Mas. Era un juego arriesgado.

Rajoy se mojó en campaña, acudió cuatro veces a Cataluña, se tiró a la yugular de Mas, le acusó de chantajearle y de llevar al pueblo catalán a la división y a una aventura. Y una vez más, como sucedió en las elecciones gallegas, el superviviente Rajoy consiguió ganar anoche ese órdago contra Mas. Ahora se prepara para la próxima batalla, la posibilidad de un pacto CiU-ERC y que se plantee un referéndum que está decidido a parar.

El presidente solo tenía un objetivo: impedir que CiU obtuviera la mayoría absoluta. Para lograrlo, echó tanta carne en el asador que incluso abandonó su habitual tono tranquilo para machacar en los mítines al “irresponsable” Mas, del que llegó a decir que no tiene “agallas” para afrontar la crisis. En la última semana, la más dura, Rajoy incluso permitió que el Gobierno alentara el informe policial sin autor conocido contra Mas. Ese pulso durísimo lo ganó Rajoy. Por eso la cúpula del PP vivió una noche de euforia contenida. El presidente vuelve a salvar una bola de partido, y ahora tiene dos años sin elecciones para acometer más recortes y negociar el posible rescate sin temer consecuencias políticas inmediatas.

Los populares tratarán de evitar que CiU pacte con ERC “Sería un desastre

El panorama no está despejado. El Parlamento catalán está dominado por los independentistas y sobre todo por los que están a favor de un referéndum, lo que anticipa graves problemas políticos para Rajoy en los próximos meses a los que se suman la mayoría soberanista en el País Vasco. Mas dijo anoche que la consulta sigue adelante. Pero esto era una batalla a todo o nada entre Rajoy y Mas, y claramente el que ha perdido es el catalán.

Algún dirigente incluso se animó a hacer un análisis contundente contra Mas. “Mas ha hecho el ridículo. Antes era un frívolo, ahora un irresponsable”. “Ahora dirán que hay una mayoría soberanista. Eso ya existía, si se sumaban los votos de CiU y ERC, pero Mas no convocó las elecciones para que subiera ERC, las convocó para lograr una mayoría absoluta y se ha metido un batacazo”, sentenciaban fuentes del PP. En esta interpretación, “Mas ha decidido radicalizar la política catalana y el resultado es que los electores votan al original, ERC, y no a la copia, Mas”.

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“Mas hizo de estas elecciones un plebiscito, dijo que su objetivo era una mayoría absoluta. Estas elecciones no eran necesarias, la convocatoria ha sido un fracaso”, sentenció Dolores de Cospedal, la secretaria general. Para ella, hay además otra lectura muy favorable para Rajoy. “El PP ha logrado el mejor resultado de su historia en Cataluña cuando el Gobierno está tomando medidas muy difíciles, impopulares. En toda Europa los gobiernos pierden elecciones regionales por las decisiones difíciles, pasa en Alemania o en Francia; y en España eso no pasa porque los españoles saben cuál es la situación”.

Algunos incluso planteaban en privado que Mas debería pensar en dimitir. Sin embargo, otros planteaban que habría que abrir una puerta a Mas para que vuelva a una posición más moderada y no se lance en los brazos de ERC. “Mas debe tomar nota, un pacto con ERC sería un desastre, un tiro en el pie”, señalaba uno. Sin embargo, en público, Cospedal cerró la puerta: “No vamos a poder realizar ningún pacto con Artur Mas ni con CiU. El PP no puede apoyar un programa que quiere la separación de Cataluña”. ¿Pero podrían abstenerse para evitar que pacte con ERC y se radicalice? se le preguntó. “CiU está ya radicalizado. Esto de que el PP tenga que pactar para que Mas no se alíe con ERC y se radicalice... no sé cómo se podría radicalizar más”.

Sánchez Camacho aspiraba a ser la segunda; es la cuarta aunque logra subir

A esa euforia por las consecuencias políticas del resultado, que debilita a Mas, un claro rival para Rajoy y un problema mayúsculo en las últimas semanas, se sumaban los datos del PP catalán. No eran tan buenos como se esperaba, pero mejoran los últimos, los de 2010, que ya fueron los mejores de la historia del PP catalán, por encima de los míticos de Alejo Vidal Quadras.

Ciutadans ha triplicado escaños. Al PP, dicen en su dirección, se le ve demasiado de derechas, y los votantes descontentos del PSC se van a Ciutadans. Esto también es un mensaje para el PP de toda España: Ciutadans en Cataluña, UPyD en toda España, especialmente en Madrid, puede quitarle votos. De hecho, Rajoy ya lo sabe y con nadie se enfrenta en el Congreso de manera tan virulenta como con Rosa Díez.

La aspiración del PP, que según Alicia Sánchez Camacho estaba al alcance de la mano, era conseguir ser el segundo partido catalán. Y eso quedó muy lejos. Sin embargo, la victoria sobre Mas era de tal calibre que anoche nadie en el PP quería ponerle peros.

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