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¿Quién se comió al mafioso Milan Jurisic y arrojó sus huesos al río Manzanares?

El juez Fernando Andreu viaja a Belgrado a interrogar a dos miembros de los Tigres de Arkan Ambos están encarcelados por el asesinato del exprimer ministro serbio Zoran Djindjic Los sicarios, enfrentados, tienen versiones distintas sobre el crimen caníbal de su compinche Jurisic murió a martillazos y sus asesinos ingirieron su carne y tiraron los restos al río

Foto del archivo policial de Luka Bojovic.
Foto del archivo policial de Luka Bojovic.

Fue uno de los asesinatos más atroces de los últimos tiempos, pero no se conoció hasta seis años después. A Milan Jurisic, miembro del clan Zemun —el grupo mafioso serbio heredero de los sanguinarios paramilitares conocidos como los Tigres de Arkan y cuyos miembros asesinaron al exprimer ministro serbio Zoran Djindjic en 2003—, lo mataron en 2006 en su casa de Madrid a martillazos. Después lo desollaron, trocearon su cuerpo y tiraron parte de sus restos por el inodoro. Luego trituraron la carne restante y, en un macabro ritual, sus asesinos la cocinaron y se la comieron, no sin antes hacerse una careta con la piel de su cara y con su pelo. Sus huesos aparecieron en el fondo del río Manzanares a finales del pasado marzo.

Del crimen no se tuvo noticia hasta febrero, cuando la policía detuvo en un restaurante de Valencia al líder del clan criminal, Luka Bojovic, junto a dos de sus más estrechos colaboradores, Vladimir Mijanovic y Vladimir Milisavjevic. En los registros posteriores a esos arrestos, entre un inmenso arsenal, los agentes encontraron una carta en la que se relataba al detalle el asesinato de Jurisic y se acusaba de este a otro miembro de la banda, Sretko Kalinic, apodado La Bestia, actualmente encarcelado en Serbia por asesinar a dos de los testigos protegidos que esclarecieron en magnicidio de Djindjic.

El juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu viaja hoy a Belgrado para tomar declaración a Kalinic. Tras conocer la carta intervenida a Bojovic, La Bestia —implicado en otros asesinatos caníbales y ahora amenazado de muerte por sus compinches— denunció a la fiscalía serbia que ese escrito era falso. Que, en realidad, el crimen había sido ordenado por Bojovic y perpetrado por su mano derecha, Milisavljevic.

Andreu también interrogará en Serbia a otro de los miembros del clan Zemun. Se trata de Milos Simovic, también sicario de la organización. Al contrario que Kalinic, Simovic sostiene que el líder del grupo, Bojovic, no tuvo nada que ver con la horrenda muerte de Jurisic; que fue La Bestia, como se sostenía en la carta encontrada en Valencia. Pero ambos están enfrentados desde hace años. Hasta el punto de que Simovic habría intentado supuestamente asesinar a su excolega en Zagreb (Croacia) en 2010. También está encarcelado como conspirador de la muerte de Djindjic.

Los investigadores no descartan que la carta que acusaba a Kalinic pueda ser una coartada de Bojovic para evitar que les achacaran el asesinato de Jurisic. El líder del clan Zemun, uno de los delincuentes más peligrosos de Europa, vivió en España los últimos 10 años. Cuando lo detuvieron junto a sus amigos, evocó el pasado paramilitar de su grupo y gritó en perfecto castellano: “¡Nosotros somos soldados!”.

 

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