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Rajoy elude el debate sobre recortes en Cataluña para hablar de independencia

El presidente se tira al cuello de Mas: “No tuvo agallas y buscó un enemigo”

Carlos E. Cué

Cataluña ha sido el laboratorio para los recortes sociales en España. Casi todo empezó allí y después se exportó. Con el apoyo del PP, Artur Mas, que empezó eliminando el impuesto de sucesiones —ayer mismo insistía en que no lo recuperará— ha llevado a cabo profundos recortes, sobre todo en sanidad —11% menos de gasto en dos años, con un aumento del 43,1% en las listas de espera, y cierre de más de medio centenar de ambulatorios y servicios de urgencias—, educación —12% menos de gasto, 3.500 profesores menos y cierre de seis escuelas y un aumento del 66,7% de las tasas universitarias— y servicios sociales. Sin embargo, ese asunto, central en la política catalana hasta hace unos meses, solo es protagonista en las campañas del PSC o de ICV.

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No solo Artur Mas lo ha dejado de lado para hablar en exclusiva de su proyecto soberanista. También el PP lo ha apartado. Mariano Rajoy cumplió ayer su segunda jornada de inmersión en la campaña catalana, esta vez en Tarragona, y de nuevo, como el día antes en Lleida, concentró todo su discurso en hablar de la unidad de España, del error de la apuesta por la independencia y en múltiples ataques a Mas. Pero de los recortes catalanes, ni una palabra.

Solo Alicia Sánchez Camacho, su candidata, hizo una mención paralela: prometió que si gobernara eliminaría el euro por receta, precisamente el mismo que acaba de implantar otra comunidad del PP, Madrid.

Rajoy tiene clarísimo que en esta campaña no le conviene hablar de recortes, sino luchar contra Mas en su propio terreno, reivindicando “sin complejos” la españolidad de Cataluña y tratando al president como un irresponsable que en vez de enfrentarse a la crisis lleva a su comunidad hacia el desastre. Ayer lo dejó muy claro: esto no va de ideologías ni de economía, sino de luchar contra el independentismo. Y el PP, asegura, es el único que puede frenarlo. “El día 25 no se vota una política económica concreta. Pido el voto para los que se sienten catalanes y españoles. Votar por la Cataluña de todos, por el amor compartido de Cataluña y España, no es de izquierdas ni de derechas. Pido el voto de quienes viven un catalanismo integrador. El 25-N hay que votar por lo que nos une. Para una Cataluña como punto de encuentro”.

Rajoy: “El día 25 no se vota una política económica. Pido el voto del catalanismo”
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Si hace dos semanas el presidente recuperó en Barcelona la idea de la España plural, en la que ayer insistió —“Que nadie imponga a nadie sus ideas porque España es plural y Cataluña también es plural”—, ahora ya se anima incluso a reivindicar el catalanismo político. Pero el mitin de Tarragona, interrumpido brevemente por un par de manifestantes que le gritaron “No es una crisis, es una estafa” estaba pensando para lanzar ataques durísimos a Mas, más duros incluso de lo habitual. Rajoy ya ha decidido tirarse al cuello del president, en una estrategia de choque para robarle la mayoría absoluta pero sobre todo para dejar en segundo plano a otros contendientes, en especial al PSC.

Rajoy llegó a decir que Mas no ha tenido “agallas” para aguantar las decisiones difíciles de una crisis y se ha buscado un enemigo exterior. Ya incluso utiliza directamente la palabra “chantaje” para explicar lo que hizo el president en La Moncloa al exigirle que aceptara el pacto fiscal. “No hagáis caso a los que quieren dividir, a los que buscan enemigos exteriores, a los que dicen que hay desafección. No es verdad, ese el argumento de quien no tiene cuajo ni agallas para aguantar”, al frente de un gobierno en crisis, aseguró Rajoy ante un auditorio entusiasta. Si el día anterior no llenó del todo en Lleida, ayer sí lo logró.

“El buen gobernante no rompe la baraja. Su obligación es abordar los problemas y no salir corriendo hacia ninguna parte”, remató el presidente en un ataque a Mas que se recrudece mientras se acerca la jornada electoral.

Quién te vio y quién te ve, PSOE

El mitin en un pabellón del puerto de Tarragona le sirvió también a Mariano Rajoy para lanzarse contra los socialistas. El PP aspira, por primera vez en su historia, a ser el segundo partido de Cataluña por el hundimiento del PSC. Y Rajoy se lanzó a buscar esos votos: “Hoy unos improvisan proyectos de última hora para ocultar su falta de proyecto nacional, quién te vio y quién te ve, PSOE”, señaló en referencia a la apuesta por el federalismo de Alfredo Pérez Rubalcaba, que intenta frenar la ola independentista en Cataluña. Rajoy hace así campaña en Cataluña pero de paso trata de desacreditar a su gran rival, Rubalcaba.

Los populares aspiran a robar votos no solo del PSC, también de CiU, en especial de Unió. Alicia Sánchez Camacho fue clarísima: “Convoco a todos los que votaron a CiU. Aunque no crean que el PP es el mejor les pido que reconozcan que ahora tienen que votarnos para evitar la división entre los catalanes. Y a los votantes socialistas que están huérfanos, aquí hay un partido serio que va a evitar la ruptura de Cataluña con España”.

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