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Cristina Fernández excusa ir a la cumbre de Cádiz por la duración del vuelo

La presidenta argentina sufrió una bajada de tensión arterial hace una semana

Francisco Peregil
La presidenta de Argentina, Cristina Fernández firma autógrafos en la Casa Rosada.
La presidenta de Argentina, Cristina Fernández firma autógrafos en la Casa Rosada.EFE

La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, sufrió el pasado 30 de octubre una bajada de tensión que le obligó a cancelar su agenda durante 24 horas. A consecuencia de aquella situación, su equipo médico habitual adquirió una relevancia diplomática fuera de lo común cuando difundió un comunicado en el que desvelaba una de las grandes incógnitas de la agenda internacional inmediata de Argentina. ¿Asistiría la presidenta a la cumbre de Cádiz de los próximos días 16 y 17? ¿Habría foto de ella junto al rey Juan Carlos? Durante esos dos días, en que se festejará el 200 aniversario de la Constitución liberal de 1812, podría quedar reflejada la ascendencia de España en Iberoamérica. Consciente de la importancia de la cita y también de los intereses económicos que unen a España y Argentina, el Gobierno de Mariano Rajoy se había esforzado en iniciar una nueva etapa de diálogo tras los desencuentros por la expropiación de Repsol el pasado 16 de abril. Varios secretarios de Estado argentinos participaron en algunas reuniones preparatorias de la cumbre. Parecía una buena señal, pero Fernández seguía sin pronunciarse. Hasta que el pasado jueves sus médicos dijeron no. La causa oficial es que para “evitar un esfuerzo adicional en la agenda de actividades de la señora presidenta” se ha “desaconsejado su concurrencia”. En su lugar podría acudir el vicepresidente, Amado Boudou, quien se encuentra sometido a una investigación judicial por supuesto tráfico de influencias.

Los doctores Luis Buonomo y Marcelo Ballesteros ya le prescribieron a la presidenta 24 horas de reposo el 30 de octubre ante un cuadro de “hipotensión arterial leve”. Fernández, que se había levantado algo débil y con mareos, permaneció en la residencia oficial de Olivos. Pero tras el descanso de rigor, retomó su actividad y acudió en los últimos ocho días al menos a cinco actos públicos donde pronunció cinco discursos.

Las dos últimas alocuciones las pronunció Fernández el mismo jueves en que los médicos desaconsejaban el viaje. En ninguna de ellas Fernández aludió a la cumbre. Entre tanto, los médicos difundían un comunicado en el que hablaban del desajuste horario a causa de las “40 horas de vuelo” y el jet lag que supone el viaje para estar 36 horas en Cádiz.

Los esfuerzos diplomáticos del Gobierno español para conseguir la mayor afluencia posible a la cumbre de Cádiz llevaron incluso a pedir al presidente de Paraguay, Federico Franco, que se abstuviera de acudir. Franco accedió al poder en junio tras la destitución en menos de 48 horas de Fernando Lugo. Tras ese hecho, que Fernández calificó como “golpe suave”, la mayoría de los jefes de Estado de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y del Mercado Común del Sur (Mercosur) se negaron a reconocer la legitimidad de Franco. Y la asistencia de algunos de ellos a Cádiz quedó supeditada a la ausencia del presidente paraguayo. El Ejecutivo español se empleó a fondo para convencer a Franco de que no viniese.

Más de seis meses después de la expropiación del 51% de Repsol, el Gobierno argentino no logra encontrar capital extranjero para invertir en los yacimientos de la zona de Vaca Muerta; las ganancias netas de YPF en el primer trimestre tras la expropiación cayeron un 51%; y lo que la compañía llama “confiscación” está a punto de llegar a los tribunales internacionales, tras concluir el plazo de seis meses que la ley fija para un acuerdo amigable.

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Sobre la firma

Francisco Peregil
Redactor de la sección Internacional. Comenzó en El País en 1989 y ha desempeñado coberturas en países como Venezuela, Haití, Libia, Irak y Afganistán. Ha sido corresponsal en Buenos Aires para Sudamérica y corresponsal para el Magreb. Es autor de las novelas 'Era tan bella', –mención especial del jurado del Premio Nadal en 2000– y 'Manuela'.

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