El PP pasa al ataque y acusa a Mas de ser “un peligro para la democracia”

El Gobierno lleva ya un mes, desde la precampaña de la elecciones vascas, exhibiendo su discurso más duro contra el nacionalismo. El presidente, Mariano Rajoy, se reserva los mensajes más dialogantes. Pero el PP, ya en plena campaña y enfrascado en contestar a Artur Mas, ayer sostuvo sin matices que el presidente de la Generalitat es “un peligro para la democracia”. Carlos Floriano, número tresde los populares, fue más lejos y habló incluso del “pensamiento totalitario” de Mas.

En opinión del vicesecretario de Organización y Electoral, la actitud del mandatario autonómico y su aspiración de convocar una consulta sobre la independencia “se ha convertido en un riesgo para Cataluña y para los ciudadanos de Cataluña”. “Creemos que es un peligro para los derechos de los ciudadanos catalanes y para la democracia misma, porque democracia sin leyes, sin constituciones y sin soberanía popular no es democracia”, insistió en una comparecencia en la sede nacional del partido, antes de agregar que duda que la UE vea con buenos ojos esa intención de “actuar por encima de la Constitución, las leyes y los tribunales”.

Mientras, el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, reivindicó ayer en El Prat (Barcelona) ante unas 150 personas el espíritu de la transición de “hablar, acordar y renunciar”. También recordó en varias ocasiones que nueve de cada diez catalanes votaron la Constitución de 1978, una proporción superior a la del resto de España. Para Gallardón, no fracasa el modelo constitucional sino “el Gobierno de CiU por no enfrentarse con la realidad y plantear una ruptura que va contra la historia”, informa Pere Ríos.

Y mientras, la ofensiva del PP tuvo un capítulo más en Barcelona. FAES, la fundación del partido, presidida por José María Aznar, presentó en la capital catalana un extenso documento (91 páginas) con una clara intención política: “El mito fiscal, razones para un debate”, se titula. En él, políticos como Gabriel Elorriaga y economistas como Juan José Rubio Guerrero y Santiago Álvarez García se dedican a tratar de desmontar la tesis de que Cataluña está sufriendo un expolio fiscal, uno de los argumentos principales del nacionalismo catalán.

En el plano político, Elorriaga denuncia que “la posición a la que se ha visto arrastrada la sociedad catalana es la consecuencia de un juego profundamente irresponsable entre unas fuerzas locales obsesionadas por controlar el espacio político, una pugna en la que se han rebasado todas las barreras de la sensate”.

En el plano económico, Rubio y Álvarez aseguran que “es la capacidad de pago y no la residencia el factor que determina la carga tributaria que soportan los contribuyentes” y argumentan que el pacto fiscal que propone Mas “abriría un proceso de fragmentación fiscal que comprometería la propia viabilidad de las funciones económicas del Estado y violaría el principio de igualdad y solidaridad interterritorial consagrado en la Constitución española”. Por el contrario proponen “una simplificación del sistema que garantizase la posición relativa de cada comunidad autónoma en financiación per cápita y una revisión de los elementos que regulan el grado de nivelación horizontal y vertical, así como una revisión de los factores de coste que el sistema reconoce”.

Ángel de la Fuente, economista del CSIC, estudia las llamadas balanzas fiscales y señala que “ni el sistema impositivo y de protección social español ni nuestro modelo de financiación territorial difieren de los existentes en los países de nuestro entorno”. “Cataluña encaja perfectamente en el patrón de redistribución territorial que se observa en Estados Unidos cuando la abstraemos del tamaño de la Administración Central y trabajamos con el gasto que 'vuelve' a cada territorio por euro o por dólar de impuestos soportados”, remata.