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el debate sobre el independentismo

Rajoy recupera la “España plural” y se lanza contra Mas

Mas “juega con los sentimientos, lleva a un dilema imposible”

Carlos E. Cué

El PP es el mayor partido de España, tiene más poder que nunca, domina el Congreso con una clara mayoría absoluta y algunos dirigentes se regocijan —otros están preocupados— por la debilidad del PSOE. Pero sigue teniendo los mismos agujeros negros de siempre: Euskadi y Cataluña. Mariano Rajoy, el mismo líder del PP que en 2006 promovió la recogida de cuatro millones de firmas por toda España contra el Estatut, acudió este sábado a Barcelona, por primera vez desde la crisis independentista abierta con la manifestación del 11 de septiembre, con la firme intención de darle la vuelta a ese rechazo de la mayoría de los catalanes al PP. Y para ello no dudó incluso en venderse como un hijo de la “España plural”, ese concepto por el que la derecha machacó a Zapatero.

“Yo soy gallego y amo a Galicia. Pero también amo a Madrid, donde crecen mis hijos. Y a Cataluña, donde nacieron. [La esposa de Rajoy dio a luz a sus dos niños en la clínica Dexeus de Barcelona, un hospital privado]. Llevo muy dentro la España plural porque es lo que he vivido desde la infancia. En esa pluralidad, a ninguno se nos pide que abandonemos lo que somos. Uno puede ser catalán y español, y lo puede sentir en la lengua que quiera porque ser bilingüe es ser doblemente afortunado”, clamó el presidente en el discurso de más calado que ha realizado sobre Cataluña, a ratos apasionado, en un intento de presentarse como hombre dialogante, muy alejado de su predecesor, José María Aznar.

El PP, donde muchos dirigentes admiten en privado que Artur Mas le está ganando la partida a Rajoy sobre todo porque este último ha esperado mucho para hablar, aspira a impedir en lo que queda hasta las elecciones del día 25 que CiU saque la mayoría absoluta. Incluso confían en que el hundimiento previsto del PSC les coloque como segundo partido en Cataluña, superando a ERC, lo que sería un enorme éxito y acabaría con esa idea de Cataluña como agujero negro del PP.

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No parece fácil lograr ese ascenso del PP, aunque todas las encuestas le dan pequeñas mejoras. Pero Rajoy lo va a intentar y para ello tiene que hacer olvidar el pasado del PP y sobre todos los mensajes más anticatalanistas de muchos dirigentes. Por eso el presidente pidió al PP catalán que lance “mensajes conciliadores”. Es evidente que el presidente quiere gustar a Cataluña. Pero para lograr ese buen resultado tiene que frenar a Mas, lanzado en las encuestas. Rajoy le lanzó durísimos ataques. Tanto fuentes del Gobierno como de CiU dicen que los puentes entre ellos están rotos, al menos hasta las elecciones.

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El PP ha optado por la estrategia de buscar el voto de Unió o de los convergentes no independentistas dibujando a Mas como un irresponsable que, incapaz de hacer frente al coste político de los recortes, se ha “inventado un enemigo exterior” para poder “cambiar la baraja” y hablar de sentimientos en vez de economía. Frente a eso, Rajoy apela al “seny [sentido común] de los catalanes” para que no sigan al president “en una huida a ninguna parte solo para tener más votos”.

Esa idea de irresponsabilidad de Mas, que se habría “rendido” frente a la crisis, fue constante. “Ahora estamos perdiendo el tiempo, con elecciones, discusiones. Es preocupante que un líder juegue con los sentimientos y anuncie que dedicará toda una legislatura a arrastrar a siete millones de ciudadanos a un dilema imposible. Es muy triste que proclame que se saltará la ley a la torera. Sustituye sus obligaciones por visiones quijotescas contrarias al curso de la historia”.

Rajoy lanzó un discurso de entrega y respeto total a Cataluña —“los españoles nos sentimos orgullosos de los catalanes, su historia, sus tradiciones son un patrimonio para España. Porque somos españoles nada de lo catalán nos es ajeno”— y avisó, en línea con Aznar, de que la actitud de Mas está provocando ya “discusiones entre compañeros de trabajo y amigos de siempre”. Y eso sí, dejó claro que está abierto a negociar la financiación pero no habrá referéndum ni independencia: “Yo no me voy a saltar la ley. Aquí no va a haber fracturas, ni divisiones ni peleas. Cataluña es España y España es también de los catalanes. Separados perdemos todos”.

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