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Miles de personas protestan junto al Congreso en el debate de Presupuestos

La izquierda parlamentaria y el 25-S coinciden en rechazar las cuentas públicas del PP. Seiscientos policías vuelven a blindar la Cámara baja

Foto: overonaelpais | Vídeo: LUIS SEVILLANO

Por cuarta vez en un mes, miles de manifestantes se dieron cita ayer para rodear el Congreso de los Diputados, coincidiendo con la primera jornada del debate sobre los Presupuestos Generales del Estado de 2013, que a juicio de la Coordinadora 25-S generan “opresión y miseria”. En esta ocasión, la convocatoria no fue comunicada a la Delegación del Gobierno en Madrid, que ha abierto un expediente para sancionar con 6.000 euros al convocante que informó del 25-S.

La policía intervino desde el primer momento, identificando a los manifestantes que se habían dado cita a las 17.30 en la Cuesta de Moyano, cerca de Atocha. “Es una manifestación no comunicada”, les explicaba un policía. La escena fue grabada por múltiples medios de comunicación presentes. Muchos de los periodistas portaban cascos para protegerse de posibles enfrentamientos. Andrés Horcas, de 64 años, operario del Ayuntamiento de Torrejón, asistía a la escena con los nervios a flor de piel. “Con esta represión uno se tiene que armar de valor para asistir a estas concentraciones. Me da mucha pena el porvenir de este país”.

Parte de los manifestantes, menos numerosos que en anteriores concentraciones alrededor del Parlamento, celebraron asambleas sobre los Presupuestos y sobre cómo iniciar un proceso constituyente, uno de sus objetivos. También prendieron de las vallas carteles con frases como “que la Constitución no se puede cambiar cada 25 años es como creer que la Tierra es de los muertos”. Poco antes de las 21.00 horas, un joven con un pañuelo palestino se encaramó a una de las vallas que rodean el Congreso. Los propios manifestantes le convencieron de que se bajara con un “nos comprometes a todos”, informa F. J. Barroso. Después, los manifestantes iniciaron un cordón para rodear el Congreso por las callejuelas cercanas al edificio, aunque la policía frustró sus intenciones. 

En el hemiciclo, el debate de los Presupuestos del Estado avanzaba lentamente, con réplicas y contrarréplicas entre los portavoces de la oposición y el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, al tiempo que los manifestantes se acercaban hacia el Congreso. Según la coordinadora, a las 10 de la noche quedaría desconvocada la protesta.

Una protesta para la que todo estaba preparado con el fin de que nadie pasara de la plaza de Neptuno, protegida con un fuerte vallado metálico, como primer parapeto, tras el cual estaban desplegados policías a pie, a caballo, con perros, y tanquetas. Quizá los manifestantes no sabían que el debate iba a prolongarse hasta la noche porque todos los grupos de la oposición presentaron enmiendas a la totalidad, con el vano intento de que los Presupuestos volvieran al Gobierno.

Por tanto, la demanda del movimiento 25-S contra los Presupuestos de 2013 coincidía con lo que ocurría en el debate parlamentario, en el que 11 partidos políticos intentaban echar abajo las cuentas del Estado elaboradas por el Gobierno del PP. El debate continuará hoy por la mañana con las intervenciones pendientes. Después se producirá la votación, en la que el Grupo Popular solo con sus votos convertirá en fracaso el intento de la oposición de que el Gobierno retire las cuentas “por injustas e ineficaces”.

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“¿Por qué hay tanta gente protestando y movilizándose contra los Presupuestos, si son los más sociales de la democracia?”, le preguntó al ministro de Hacienda el portavoz de Izquierda Plural, Cayo Lara, que subió a la tribuna cuando los manifestantes estaban ya muy cerca de la plaza de Neptuno. En la calle y en el Parlamento es donde quieren estar algunos de los portavoces políticos que subieron a la tribuna y vivían con desasosiego el contundente dispositivo policial que rodeaba el Congreso de los Diputados.

El lenguaje de los portavoces de la izquierda parlamentaria no era muy distinto del que se podía escuchar en las proclamas de los manifestantes, a excepción de las descalificaciones globales a todos los políticos. “Hay muchísima gente pasándolo muy mal, así que es normal y comprensible que se manifiesten; qué menos”, señalaba el diputado socialista Rafael Simancas. Esta comprensión del diputado madrileño se extendía a buena parte de su grupo parlamentario, de donde no brotó ni una sola palabra de reproche hacia los manifestantes.

Los socialistas no salieron a la calle, pero sí lo hicieron los parlamentarios de Izquierda Plural (IU, ICV y Cha). Los reproches hacia los manifestantes llegaron de las filas del Partido Popular y del Gobierno, sobre todo por haber decidido esta segunda edición de Rodea el Congreso sin pedir autorización administrativa. “Es inaceptable que se quiera intimidar al Congreso”, afirmó el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, a lo que los diputados de la izquierda respondieron que no sienten intimidación alguna.

El recordatorio del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, de que “el Congreso es inviolable”, justificaba el despliegue policial, considerado “adecuado” por el presidente de la Cámara baja, Jesús Posada. Los manifestantes contaron con la comprensión de la izquierda. “¿Cómo no va a salir la gente a la calle si ustedes, señores del Gobierno, están echando gasolina, empobreciendo a la gente?”, clamó Cayo Lara. Gaspar Llamazares acabó sumándose a los manifestantes.

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