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El Gobierno se enfrenta al nacionalismo

Mariano Rajoy advierte: “No aceptaré separatismos, es un disparate” José Manuel García Margallo asegura que "la imagen del Camp Nou perjudica a España” El PP carga contra las manifestaciones por los recortes

El Gobierno y el PP, que hasta ahora mantenían un cierto perfil bajo frente a la ofensiva soberanista catalana y la ola de protestas sociales, cambiaron ayer la estrategia. Empezando por el presidente del Gobierno, que lanzó un discurso muy duro en San Sebastián contra los nacionalismos separatistas. Pero no fue el único. Otros miembros del PP además extendieron esa contraofensiva a los manifestantes que el fin de semana volvieron a salir a la calle contra los recortes.

En plena campaña electoral, Rajoy subió el tono en el País Vasco en un mensaje que incluía a los nacionalistas de esta comunidad, pero tenía un claro destinatario: Artur Mas, presidente de Cataluña. El clima político entre esta comunidad y el resto de España no para de calentarse mientras el CIS detecta que no solo está creciendo el independentismo en Cataluña, como se decía en las anteriores encuestas, sino que además suben en el resto de España las personas que defienden una recentralización, lo que apunta a un choque de trenes.

En el mismo día en que uno de sus ministros con más peso político, Alberto Ruiz-Gallardón, estaba en Barcelona lanzando mensajes a los empresarios catalanes para que frenen a Mas, Rajoy, hiló el discurso más duro con el nacionalismo, al que vinculó a un panorama de inestabilidad permanente. “Proponer hoy separaciones y quedarse fuera de todo, de España y de Europa, en la nada, no es ni siquiera una opción ideológica, es un disparate de colosales proporciones y va como un torpedo contra la línea de flotación de lo que hay que hacer para superar la crisis”, sentenció el presidente, quien acusó a los nacionalistas de iniciar “un viaje a ninguna parte”. De hecho, fue muy claro: “Poner encima de la mesa la independencia significa quedarse fuera de todo. Por eso no lo podemos aceptar de ninguna de las maneras y proponemos dedicar todas las energías a combatir la crisis”.

El presidente recupera el discurso que lanzaba en la oposición

Rajoy recuperó un discurso de defensa de la nación española que sí lanzaba en la oposición, sobre todo en la época del Estatut, cuando recogió firmas contra él, y últimamente había dejado aparcado. Sentenció que “no hay en Europa un país que lleve más tiempo viviendo juntos que los españoles”. “Las fronteras tienen los días contados y hay algunos que no se han enterado”, remató.

Otros miembros del Gobierno y del PP fueron más allá e incluyeron en sus contrataques las reivindicaciones independentistas en el Camp Nou durante el Barça-Madrid o las protestas en la calle contra los recortes, apoyadas por el PSOE, o las amenazas de los sindicatos de convocar una huelga general. El mensaje era muy claro y parecía fruto de una estrategia, porque se repetía en ministros y dirigentes del PP: todo esto, insistían, empeora la imagen de España y perjudica la salida de la crisis.

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El ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, José Manuel García-Margallo, consideró por ejemplo que lo ocurrido este domingo durante el partido entre el FC Barcelona y el Real Madrid en el Camp Nou, donde se mostró una bandera catalana gigante y hubo gritos a favor de la independencia de Cataluña. En su opinión, esto perjudica a la marca España y da “mala imagen” en el extranjero.

El PSOE insta al titular de Exteriores a preocuparse por la imagen del Ejecutivo

Pese a que el número tres del PP, Carlos Floriano, quisiera matizar más tarde que “hubo quienes gritaron pero hubo muchos que no gritaron” y que “hubo mucha gente que se siente culé o barcelonista y no se siente identificada con el mensaje separatista”, el titular de Exteriores insistió en que en el estadio se transmitió “una imagen de desunión en vez de una imagen de esfuerzo compartido”.

“Se traslada una imagen de división interna en un momento de convulsión como el que estamos viviendo, en un momento en que todos los países del mundo están compitiendo por unos capitales escasos. Basta repasar los periódicos extranjeros para ver que la imagen de España no es buena y no se corresponde con la realidad. La opinión de esos periódicos influye en las inversiones, la deuda pública y las empresas españolas”, aseguró el ministro.

Días después de que el candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Mitt Romney, mencionara a España como ejemplo a evitar y de la publicación en The Economist de un artículo titulado “El misterioso Mariano”, Floriano, que aseguró que el texto de The Economist demuestra “un profundo desconocimiento” de la realidad y refleja una imagen que “no se corresponde con la realidad”, vinculó el mensaje de deterioro de la imagen hacia el exterior a las protestas sociales y a las manifestaciones sindicales.

El portavoz del PP arremetió contra los sindicatos: “España no está para huelgas generales ni para pancartas. “En los 100 primeros días de gobierno ya han hecho una huelga general y ahora amenazan con otra”, agregó.

El PSOE replicó al ministro de Exteriores que quien da mala imagen de España no es el independentismo catalán, sino el Gobierno de Mariano Rajoy. “Toda la prensa internacional está hablando y especulando sobre qué hace el señor Rajoy, y cómo el señor Rajoy está trasladando la imagen de nuestro país fuera de nuestro país”, dijo el número tres de los socialistas, Óscar López, tras la reunión semanal de la dirección. López instó a Margallo a preocuparse “un poco más” por la imagen que está dando el Gobierno allende las fronteras y menos por el desafío del Ejecutivo catalán. Además, López afirmó que Rajoy ha “maquillado” las cifras de los Presupuestos y que nadie se las cree fuera de España, informa Vera Gutiérrez Calvo.

Mientras, el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, calificó de "chantaje inaceptable” que los sindicatos planteen convocar una huelga general el próximo 14 de noviembre si Rajoy no convoca un referéndum sobre su política. En una entrevista en la cadena Cope, González ha recordado que “la voluntad de los ciudadanos se ha manifestado hace poco en las urnas” y recalcó que esa es la única manera de expresarse “en un sistema democrático”.

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