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Un compromiso escrito y un único pago permitirán elegir al candidato del PSOE

La dirección envía a las federaciones su propuesta de primarias ‘a la francesa’

Firmar “un compromiso o una declaración de principios” que acredite que se es simpatizante del PSOE y pagar “una cuota de inscripción” —que se fijaría en torno a uno o dos euros— bastará para participar en las primarias abiertas que el primer partido de la oposición celebrará para elegir candidato a las próximas elecciones generales, allá por 2015 si no se adelantan. Así figura en la propuesta sobre “nueva regulación para la selección de candidatos” que la dirección federal ha entregado a todas las federaciones socialistas y que previsiblemente será aprobada hoy en la Ejecutiva del PSOE, aunque podría incorporar cambios. El texto definitivo, incluido en un documento más amplio sobre organización y estrategia, deberá ser debatido y ratificado en la Conferencia Política del próximo noviembre.

La decisión de adoptar el sistema de primarias abiertas o a la francesa —en el que participan los militantes pero también los simpatizantes— para la elección del candidato a presidente del Gobierno fue tomada en el 38º Congreso Federal que el PSOE celebró el pasado febrero en Sevilla, y que aupó a la secretaría general a Alfredo Pérez Rubalcaba frente a Carme Chacón. Entonces quedó en el aire cómo se regularía ese compromiso, y qué se entendería por simpatizante con derecho a voto. Eso es lo que concreta este borrador que, por otra parte, establece un límite que ya se apuntó en febrero: las primarias abiertas serán solo para elegir candidato en elecciones generales, no en autonómicas.

El PSOE tiene cerca de 220.000 militantes —que son los que hasta ahora participaban en las primarias cuando se convocaban— y un censo de 280.000 simpatizantes. Pero la figura del simpatizante es relativamente vaga. De hecho, cuando en febrero se aprobaron las primarias abiertas se dijo directamente —en la ponencia y en la nota de prensa— que serían abiertas “a los ciudadanos”, es decir, a cualquiera que lo desee (y por ejemplo podrían desearlo quienes luego vayan a votar las listas socialistas en las elecciones). El PSOE tuvo siete millones de votantes en las últimas elecciones generales, en noviembre de 2011.

Abrir la participación hasta ese punto tiene un riesgo: que se infiltren en el proceso votantes que en realidad no simpatizan con el PSOE pero que quieren influir en el resultado de las primarias; un riesgo que el Congreso Federal de los socialistas sopesó y decidió asumir por primera vez. Hay también voces críticas dentro del partido, dirigentes que consideran que elegir al candidato por primarias (abiertas o no) no es en sí mismo un mecanismo más democrático que otros, y sí más arriesgado. Felipe González y Alfonso Guerra, por ejemplo, se manifestaron hace meses en contra de las primarias, incluso antes de que se propusiera abrirlas a simpatizantes.

El documento que verá hoy la Ejecutiva federal proclama que “las primarias abiertas son una ventana de oportunidad para ampliar la base social del PSOE al abrir la participación a sectores sociales progresistas que de otra manera no participarían en la vida política del partido”. A continuación, establece los requisitos para participar en esas nuevas primarias; el censo electoral, dice el texto, se conformará “sobre la base del censo de militantes y afiliados” y “sobre la base del censo de simpatizantes que: firmen un compromiso y/o una declaración de principios; se inscriban dentro de un plazo definido previamente” y “formalicen el pago de una cuota de inscripción”.

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Fuentes del PSOE explican que ese pago único sería simbólico —calculan entre uno y tres euros—. Y que la declaración de principios —que en teoría no compromete jurídicamente a nada— contendría unos compromisos genéricos con las políticas progresistas. Pero se deduce que el interesado quedaría desde ese momento registrado como simpatizante del PSOE.

El texto señala, por otro lado, que los requisitos para ser candidato serán fijados “en la normativa que desarrolle el proceso de primarias abiertas”; no queda claro si serán, por tanto, requisitos nuevos frente a los actuales.

La propuesta solo habla de primarias abiertas para elegir al candidato a presidente del Gobierno; no dice nada de las elecciones autonómicas. El secretario de Organización, Óscar López, afirmó tras el congreso de febrero que la posibilidad de extender esa fórmula de elección interna a las autonómicas “se estudiaría”, pero fuentes del PSOE apuntan a que la tesis mayoritaria ahora es no hacerlo, ante la dificultad de llevar a cabo el proceso, con garantías de limpieza, en federaciones donde las bases son poco numerosas.

El modelo que va a adoptar el PSOE es muy similar al que aplicó el Partido Socialista francés (PS) en octubre de 2011. En aquellas primarias abiertas —en las que François Hollande ganó a Martine Aubry— participaron 2,9 millones de franceses, cuando el número de militantes del partido era de unos 200.000, informa Miguel Mora. Es decir, votó un volumen de personas 14 veces superior a la militancia del PS. Para participar solo era necesario firmar una declaración afirmando ser simpatizante de la izquierda y abonar una cantidad mínima de un euro. Ambas medidas ayudaron a reducir el riesgo de un hipotético voto infiltrado de la derecha, que los expertos consideraron muy marginal.

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