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Bono comparte confidencias “sin ajustar cuentas”

El diario del exministro desvela reflexiones privadas de personajes de la política española Pujol al autor: “Cataluña nunca ha participado de los cuatro siglos de decadencia de España"

Anabel Díez
José Bono, en su vivienda de Olías del Rey (Toledo).
José Bono, en su vivienda de Olías del Rey (Toledo).CRISTÓBAL MANUEL

Día a día, desde el 8 de abril de 1992 el político socialista José Bono ha escrito sus experiencias, sus conversaciones, sus desencuentros y confidencias con los personajes que han protagonizado la política española. Le animó a hacerlo el presidente del PSOE, Ramón Rubial, en el viaje de prueba del AVE de Madrid a Ciudad Real, después de que Bono le contara el encontronazo que había tenido en la ejecutiva del PSOE con el entonces número dos del partido, Alfonso Guerra, que marcó la ruptura entre ambos para siempre. El libro, o diario, como el autor lo define, llega hasta 1997, después de que Felipe González perdiera las elecciones y se abría el camino de su sucesión. Otros dos tomos, previstos para los dos próximos años, reflejarán su etapa de ministro de Defensa y, el último, su tiempo como presidente del Congreso y el final del gobierno de Zapatero. Pero la etapa escogida refleja las cuitas internas del PSOE, la etapa de los GAL y la sempiterna tensión con los nacionalistas. “Hago una crónica de la realidad como defensa de la política, hecha por seres humanos con errores e imperfecciones”

El libro Les voy a contar, que edita Planeta, estará en las librerías el 25 de septiembre, y no supone “un ajuste de cuentas con nadie”, según el autor. Ahora bien, muchos de los citados probablemente hubieran preferido que sus reflexiones o comentarios no salieran a la luz. Felipe González es la figura que sobresale por encima de todos los personajes de esta obra, porque Bono no tiene dudas de que el expresidente “es seguramente el político más importante de España del siglo XX”, ha dicho a EL PAÍS, en la ronda de breves conversaciones que ha tenido con los medios de comunicación. Pero en su afán de “fidelidad con la realidad” desvela comentarios de González que al expresidente pueden incomodar. Por ejemplo, Bono deja claro que González nunca tuvo mucha fe en Raimon Obiols, actual eurodiputado, en su etapa de líder y candidato del PSC a la Generalitat de Cataluña. “Felipe habla de la indefinición de Obiols, que padece el síndrome del eterno candidato que sabe que nunca ganará las elecciones. Tienes tú – me dice- como castellano o como manchego, más posibilidades de presidir Cataluña que él”.

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De Cataluña hay pasajes muy significativos de estos años que recoge Bono. Sus conversaciones con el entonces presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, marcan la línea constante de incomodidad con la solución a la que se llegó en la transición. Así Pujol lamenta ante Bono, presidente de Castilla–La Mancha, el 23 de noviembre de 1996, cuando José María Aznar llevaba muy pocos meses en la presidencia del Gobierno después de desbancar al PSOE tras 14 años en el poder, haber aceptado “el café para todos”, es decir igualar, poco a poco, a todas las autonomías en competencias. Cuenta Bono que Pujol le dijo: “Cataluña es diferente y mientras España ha tenido cuatro siglos de decadencia, Cataluña no ha participado en esa decadencia y ahora que España va bien no puede darse un trato incómodo a Cataluña”. Con pocos meses de gobierno del PP ya se veía que Pujol estaba satisfecho. “He obtenido mucho menos de los socialistas que del PP... Buena parte de lo que el PP me ha dado es la financiación que me había prometido el PSOE”, concluye Bono, según recuerda de su conversación con Pujol.

Este primer tomo termina con una apreciación de Alfredo Pérez Rubalcaba en 1999, cuando todo eran especulaciones sobre quien sería el sucesor de Felipe González, que, finalmente fue Joaquín Almunia. Toda la ejecutiva socialista viajó a Bilbao el 25 de mayo de ese año para asistir a un homenaje a Ramón Rubial, presidente del PSOE, fallecido meses antes. Rubalcaba avanzaba por el pasillo del avión de vuelta a Madrid y comentó, según Bono: “Me dan ganas de quedarme en el aeropuerto porque si se produce un accidente yo sería el único sustituto de todos vosotros”. Rubalcaba fue candidato 12 años después.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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