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Tribuna
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Oportunidad

Las instituciones y la ley deben dar a cada propuesta su oportunidad de éxito o de fracaso

En las últimas horas se habla y se escribe sobre oportunidades, históricas o no, que se ganan o se pierden. La reunión mantenida entre el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el presidente de la Generalitat, Artur Mas, da para muchos titulares de prensa e, inevitablemente, el paso más sosegado del tiempo nos ayudará a valorar sus efectos y las reacciones que se desprendan. Ha sido una oportunidad para el diálogo y desde Foment del Treball —la organización empresarial catalana, que tengo la responsabilidad de presidir— confiamos en que no sea una última oportunidad para el consenso.

Los empresarios catalanes que representa Foment reiteramos la necesidad de vehicular todas las legítimas propuestas políticas por la vía del diálogo y la búsqueda de todos los consensos posibles. Es, de nuevo, la oportunidad que afortunadamente nos brindan los mecanismos democráticos de nuestra sociedad y es obligación de todos aprovecharla.

Foment del Treball sostiene que es necesario un nuevo modelo de financiación para Catalunya que cumpla con la responsabilidad y el compromiso de solidaridad interterritorial, pero que corrija el desequilibrio fiscal que evidencian los últimos datos oficiales publicados por la Administración central (más de 8 puntos del PIB). Una propuesta a esta necesidad de cambio de modelo de financiación es la que aprobó la mayoría del Parlamento de Cataluña el pasado mes de julio con el mandato para el Gobierno de la Generalitat de abrir una negociación con el Gobierno de España. Podríamos discutir si es oportuna la propuesta y si es oportuno el momento para plantearla. Argumentos hay desde todos los puntos de vista. Lo que está claro es que legítimamente una institución democrática, como es un parlamento, puede plantear una propuesta como expresión de una mayoría y es un acto responsable respetarla. Las instituciones democráticas y la ley deben dar a cada propuesta su oportunidad de éxito o de fracaso.

Hoy, las empresas catalanas y todas las españolas seguimos trabajando. La situación económica es muy compleja y las dificultades son muchas, todos lo sabemos. Pero todas las empresas seguimos trabajando para continuar haciendo realidad tantas cosas: proyectos personales, proyectos colectivos, empleo, prosperidad, dinamismo, reputación, cohesión social. Las empresas, los empresarios, no debemos dar lecciones de nada a nadie: somos partícipes de este feliz y oportuno gran consenso histórico que se llama sociedad democrática y que se otorga un espacio de convivencia orgullosamente apelado Estado de derecho. Somos parte de estos acuerdos de mayorías y respetos de minorías. Por lo demás, hoy, las empresas catalanas y todas las españolas seguimos trabajando, porque hoy es un día en que, como siempre, no podemos perder ni una oportunidad.

Joaquim Gay de Montellà es presidente de Fomento del Trabajo.

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