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Cataluña y Andalucía lanzan un SOS ante su asfixia financiera

La Generalitat pedirá otro crédito de urgencia si el fondo de rescate no está listo este mes La Junta reclama 1.000 millones a cuenta de los ingresos por impuestos

La asfixia financiera es total y los Gobiernos autónomos ya no tienen reparo en decirlo abiertamente: si no se activan mecanismos urgentes para inyectar dinero del Estado a las autonomías, algunas de ellas se quedarán sin líquido en la caja... en las próximas semanas. Cataluña, la comunidad más endeudada de España, que hace solo siete días cifró en 5.023 millones el dinero que pedirá al Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) —el fondo estatal de rescate— y advirtió de que lo necesitaba con urgencia, dio este lunes una muestra más de impaciencia: anunció que pedirá otro tipo de ayuda si el FLA no está listo este mismo mes. Andalucía, la comunidad más poblada, que sigue sin decidir si acude o no al rescate, presionó también para lograr una inyección inmediata: un anticipo de 1.000 millones, pero no del FLA, sino sobre lo que Hacienda tendría que ingresarle en concepto de recaudación por impuestos. Lo necesita este mismo mes y para afrontar todo tipo de pagos: deuda, proveedores, gastos corrientes...

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El ministro de Economía, Luis de Guindos, dijo el pasado viernes que “una parte importante” de los 18.000 millones con los que el Gobierno va a dotar al FLA estaría lista “en los próximos días o semanas”. Pero ese parece un plazo demasiado amplio para Cataluña, que no hace más que repetir que necesita el dinero ya. “Nos preocupa mucho que el fondo pueda no cerrarse en septiembre. O se hace en septiembre o el Tesoro debe articular algún sistema puente que permita ir de septiembre a octubre”, dijo este lunes en TV3 el consejero catalán de Economía, Andreu Mas-Colell (CiU), dando una vuelta de tuerca más a su petición de fondos.

Después de que en el mes de julio la Generalitat no pudiera asumir las facturas de los proveedores en materia sanitaria y de servicios sociales, el Ejecutivo de Artur Mas se ve ahora acuciado por los vencimientos de la deuda que tendrá que afrontar en octubre, y que en el conjunto del segundo semestre suman 5.575 millones de euros.

Mas-Colell espera con urgencia la ayuda del Fondo de Liquidez; y eso a pesar de que considera que no será el mejor tipo de mecanismo para aliviar las necesidades de tesorería de las comunidades autónomas, porque es un sistema limitado a este año y Cataluña prevé que en 2013 haya también necesidades adicionales de financiación, al mantenerse la crisis y el cierre de los mercados financieros donde captar recursos. El consejero dejó caer que confía en otro tipo de instrumento si el FLA no acaba de funcionar: “Espero un mecanismo más cercano a los hispanobonos: un fondo apoyado por emisiones normales del Tesoro”, dijo.

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Sobre si Cataluña cumplirá o no el 1,5% del déficit a final de año, condición indispensable para acogerse al rescate del Estado, Mas-Colell no fue claro. No tiene certeza de que pueda conseguirlo. Según sus cálculos, dependerá de que se consigan los 720 millones de euros previstos con las privatizaciones de dos empresas públicas, y de los resultados que den los nuevos recortes aprobados por el Estado en materia sanitaria y educativa. En todo caso, el consejero catalán opinó que Rajoy “se ha quedado corto” con sus medidas en el ámbito de la sanidad.

Sin llegar a concretar, el responsable de las finanzas de la Generalitat auguró nuevos recortes en Cataluña y en el resto de comunidades para el próximo ejercicio, cuando las administraciones autonómicas tengan que cerrar sus cuentas con un déficit de solo el 0,7%. “Me temo que todo apunta en esa dirección”, señaló, tras ser preguntado sobre un posible nuevo paquete de ajustes.

La situación dramática de las arcas catalanas llega en el peor momento para el Gobierno de Artur Mas. El Ejecutivo comienza a notar el desgaste de dos años consecutivos de recortes, que no han logrado solucionar los problemas de liquidez. Por ello se ve obligado a acudir a la tutela del Estado cuando precisamente negocia salirse del régimen común de financiación, reclamando lo que llama “el pacto fiscal” (un sistema diferenciado de financiación para Cataluña, como lo tienen País Vasco y Navarra).

Convergència i Unió está haciendo equilibrios con la manifestación independentista de la Diada del 11 de septiembre, que pretendía convertir en un arma para negociar el pacto fiscal. Ni Mas —que se verá el día 20 con Mariano Rajoy en La Moncloa— ni Mas-Colell acudirán a la marcha, pero sí las cúpulas de los partidos, una manera de estar en la manifestación sin romper los puentes de diálogo con el Gobierno central.

Las nuevas previsiones de recortes añaden otras complicaciones a Mas. El presidente puede configurar mayorías parlamentarias con el PP y con ERC: tras optar en dos ocasiones por los populares, la apuesta por el pacto fiscal le había alejado de Alicia Sánchez-Camacho y acercado a los republicanos. Sin embargo, el partido independentista decidió congelar la mano tendida a Mas hasta que el Gobierno detalle las condiciones del Fondo de Liquidez en el Parlamento autónomo. Y ERC añade que no aceptará una nueva oleada de recortes. La situación se le complica día a día a CiU en el momento en el que pretendía tener más fuerza.

Mas-Colell propone un “sistema puente” para poder afrontar octubre

La situación de asfixia de Cataluña, como la de la Comunidad Valenciana, ya se habían traducido en cifras la semana pasada: el Gobierno catalán pidió 5.023 millones al fondo de rescate y el valenciano anunció que necesitaba, como mínimo, 3.500 millones. Andalucía sugirió entonces que tampoco le quedaría otro remedio que acudir al FLA —porque los bancos han cerrado el grifo y ya no le dan créditos—, pero no llegó a pedirlo. Este lunes la Junta seguía deshojando la margarita y, sin embargo, no pudo esperar más y en el primer día hábil de septiembre puso sobre la mesa una solicitud urgente de dinero: 1.000 millones de euros este mismo mes para afrontar pagos.

El Gobierno andaluz tiene que devolver a los bancos, antes de fin de año, 679 millones; pero fuentes de la Junta admiten que los 1.000 millones que reclaman no son solo para saldar esas deudas, sino también para pagar a proveedores y gastos corrientes (de puro funcionamiento de los servicios) de la comunidad.

Los problemas de liquidez, que no han encontrado una respuesta en el mercado financiero, abocan al Gobierno del socialista José Antonio Griñán a recibir ayuda del Estado. Pero Andalucía no quiere dar el paso de acudir al Fondo de Liquidez Autonómica, que, según insistió este lunes un portavoz del Ministerio de Hacienda, “estará aprobado en breve”. La Junta teme que la ayuda del FLA suponga una pérdida de autonomía. Por eso ha intentado abrir un camino intermedio. La consejera de la Presidencia, Susana Díaz, anunció que se ha solicitado al Ejecutivo central un anticipo de 1.000 millones a cuenta de su participación en los ingresos del Estado por impuestos, mientras se sigue estudiando si Andalucía se acoge o no al rescate.

Todas las comunidades reciben periódicamente entregas a cuenta del Estado por el dinero que les corresponde de la recaudación de impuestos (el 50% de IRPF e IVA y el 58% de los impuestos especiales como el tabaco y la gasolina). La Consejería de Hacienda no aclaró qué pago exactamente están pidiendo que se adelante, solo explicó que se trata de un “anticipo de tesorería del sistema de financiación con cargo a 2012”; es decir, que se le adelante con urgencia parte de lo que le tendría que llegar del Estado de aquí a que acabe el año.

Griñán se resiste a acogerse al rescate mientras no conozca las condiciones

Según este departamento, la Junta ha tenido que acudir a esta petición tras ver frustradas en agosto dos operaciones bancarias para lograr dos créditos por valor de 1.000 millones. La consejería sostiene, además, que otras comunidades han recibido ya anticipos con cargo a la recaudación del ejercicio vigente. Un portavoz del Ministerio de Hacienda replicó que “todas las comunidades, incluida Andalucía”, han recibido “todo tipo de adelantos y de ayudas de tesorería” este año; y añadió que la nueva petición andaluza “se estudiará”, pero mostró su sorpresa por que la Junta pida un anticipo cuando está a punto de cerrarse el Fondo de Liquidez.

Los temores del Gobierno andaluz (PSOE e IU) respecto a esta herramienta son evidentes. Díaz afirmó que han solicitado el anticipo ante “la indefinición del FLA” y subrayó que este fondo “no puede limitar las competencias autonómicas”.

El presidente José Antonio Griñán, en una entrevista en la cadena SER, intentó ofrecer una imagen de normalidad. La petición del anticipo “es algo que forma parte de un modelo de financiación”, dijo. Respecto al fondo de rescate, Griñán reclamó a Rajoy que convoque una reunión con las comunidades para analizar este asunto. E insistio en que el Fondo de Liquidez no puede convertirse en “una carrera”, es decir, que se reciba en dinero en función del orden de solicitud, ya que las tres comunidades que lo han pedido —Cataluña, Comunidad Valenciana y Murcia— ya consumirían “el 50% del fondo”. Andalucía, dijo Griñán, no decidirá si acude o no a este instrumento hasta que se conozcan “los requisitos”. “Mientras no tengamos cómo se va a desarrollar, no vamos a pedirlo”, zanjó.

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