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Interior deja a 10 inmigrantes en un islote español deshabitado junto a Marruecos

El Gobierno tiene miedo del efecto llamada si los traslada a la Península o a Melilla Tres mujeres y tres bebés sí han sido conducidos fuera del peñasco

Isla de Tierra.
Isla de Tierra.

Al Estado español se le ha abierto una nueva e importante brecha en el conflicto de la inmigración irregular desde Marruecos. La nueva vía para entrar en España de los inmigrantes subsaharianos, a través de los islotes y peñones de soberanía española a lo largo de la costa marroquí, muy fácilmente accesibles a nado o en patera, puede convertirse en un quebradero de cabeza de difícil solución para el Gobierno de Mariano Rajoy. La última embarcación llegó a la Isla de Tierra —un pequeño islote deshabitado a unos 100 metros de la costa— el miércoles de madrugada con 19 subsaharianos, creando una situación ante la que las autoridades aún no han reaccionado. Trece de los inmigrantes, 10 hombres y 3 mujeres, siguen aún en el islote. El Ministerio del Interior aún no ha decidido si los trasladará a Melilla o a la Península o preferirá una opción que sería desconcertante: dejarlos donde están, un pedrusco desolado, confiando en que vuelvan nadando a Marruecos.

Las dos alternativas de actuación son delicadas. Si las autoridades trasladan a los inmigrantes a Melilla o a la Península, corren el riesgo de que esa forma de entrada, muy sencilla, sea utilizada masivamente como “un puente aéreo de acceso” a España, según indicó Abdelmalik El Barkani, delegado del Gobierno en Melilla. Pero aplazar sine die su presencia en la isla, esperando que la abandonen voluntariamente, es también una opción arriesgada. El islote es español y, por lo tanto, el Gobierno será responsable de cualquier cosa que suceda a estos inmigrantes. Por otro lado, aunque la distancia que separa la Isla de Tierra de Marruecos es pequeña, no la puede afrontar alguien que no sepa nadar. Y, finalmente, no parece probable que los inmigrantes vayan a renunciar porque sí a ser trasladados a España.

Lo único que parecen tener claro las autoridades es que los inmigrantes más vulnerables sí serán atendidos. Ayer las primeras medidas de socorro se centraron en tres mujeres (una de ellas estaba embarazada y las otras dos acompañaban a sus hijos) y tres niños de ocho meses a dos años que iban en la patera. Fueron trasladados al próximo Peñón de Alhucemas, donde hay desplegada una guarnición del Ejército español. De allí fueron conducidos a Melilla a última hora de la tarde.

Fuentes policiales y gubernamentales reconocieron ayer que el Ejecutivo estaba muy preocupado por la situación, que se barajaban todas las opciones, y que por eso los inmigrantes continuaban en el islote. Un portavoz del Ministerio del Interior indicó que se está trabajando para buscar una solución al problema. En realidad, solo hay dos opciones: dejarlos allí o trasladarlos. Desde el ministerio se indicó que probablemente se adoptará esta última decisión, aunque aún no se sabe cuándo y quizá los subsaharianos pasen algún tiempo más en el islote. Mientras tanto, fuentes de la Delegación del Gobierno aseguran que se les ha proporcionado a los inmigrantes una “ayuda mínima”, sin concretar.

Las declaraciones de El Barkani de ayer hacían pensar que no se iba a proceder al traslado de los subsaharianos a la Península o a Melilla. El delegado del Gobierno en la ciudad autónoma aseguró que no se puede ceder al chantaje de las mafias que trafican con seres humanos y que apelan a la fibra humanitaria para abrir nuevas vías de entrada en el territorio español, y defendió que debería replantearse la consideración que se otorga a quienes llegan “violentando las fronteras” o “prestándose a situaciones de chantaje humanitario que favorezcan el negocio de las mafias”. A lo largo del día, sin embargo, parece que el Gobierno cambió de opinión, a tenor de la postura posterior, más matizada, del Ministerio del Interior.

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La Isla de Tierra forma parte, junto al Peñón de Alhucemas y la Isla del Mar, de un archipiélago situado a 92 kilómetros al oeste de Melilla. Es solo una de las nuevas vías, junto a otros islotes y peñotes, que han comenzado a usar los inmigrantes para entrar en España. El 19 de agosto un grupo de 41 subsaharianos logró acceder al Peñón de Alhucemas en una lancha de motor. Y este año, por primera vez, han llegado pateras con inmigrantes al archipiélago español de las Chafarinas, situado a 37 kilómetros al este de Melilla.

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