_
_
_
_
_

Los vocales del Consejo, incapaces de elegir presidente, continuarán mañana

El Consejo, reunido durante seis horas, no ha podido consensuar el sucesor de Dívar Por la mañana, los vocales han debatido durante tres horas 17 candidaturas José Ramón Ferrándiz es, hasta ahora, el mejor posicionado

Los esfuerzos de los vocales del Consejo General del Poder Judicial (CGP) por elegir al nuevo presidente de la institución y del Tribunal Supremo tras la dimisión de Carlos Dívar han resultado infructuosos. Tras seis horas de votaciones, en las que solo por la mañana se debatieron más de 17 candidaturas, los vocales continuarán mañana a mediodía.

La candidatura de Gonzalo Moliner, magistrado de lo Social del Supremo, se ha votado en siete ocasiones. Tras descartar a varios candidatos, la última votación, a las dos de la tarde, ha concluido con nueve votos para José Ramón Ferrándiz, hasta ahora el mejor posicionado, y seis para Carlos Granados, ambos también magistrados del Supremo. Cinco vocales se han abstenido.

Ferrándiz, propuesto por Pío Aguirre, contaría con el apoyo de Manuel Almenar, Miguel Collado, Pío Aguirre, Antonio Monserrat, Gemma Gallego, Margarita Robles, Félix Azón e Inmaculada Montalbán, es decir la Asociación Profesional de la Magistratura (APM) y Jueces para la Democracia (JpD). Sin embargo, Ferrándiz no es apreciado por varios de los vocales que serían imprescindibles para llegar a los 12 votos, como por ejemplo Carles Cruz o José Manuel Gómez Benítez, por lo que no parece probable que este magistrado resulte elegido.

Por su parte, a Granados votarían Gabriela Bravo, Almudena Lastra y Miguel Carmona, y quizá Claro José Fernández, Concepción Espejel, Antonio Dorado y De Rosa. Con suerte podrían sumar los votos de Margarita Uría y Ramón Camp, pero no más, por lo que no sería suficiente.

Más información
Gallardón ofrece ahora negociar el modelo de elección del Poder Judicial
Se acaba con la dedicación exclusiva
Un reparto del poder para el fracaso

Los representantes de las asociaciones judiciales JpD, progresista, y APM, conservadora, saben que no puede salir elegido un nuevo presidente sin ellos, porque es imprescindible el voto favorable de tres quintos de los 20 vocales, es decir, 12 votos. La clave estaría en que la APM propusiera un candidato con un perfil más de consenso, entre los que podría estar Jesús Corbal o Ricardo Henríquez. Alguien a quien pudieran votar Carles Cruz, Ramón Camp, Margarita Uría y Gómez Benítez, además de los cinco de la APM y los tres de JpD que van en bloque. La solución no es nada fácil, pero no es imposible.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

No obstante, los vocales mantienen el empeño de elegir a un nuevo presidente del CGPJ y del Supremo esta misma tarde. El presidente en funciones del CGPJ, Fernando de Rosa, ha calificado de "enriquecedor" el debate, aunque de momento no se haya alcanzado ningún pacto.

Unidos frente a Gallardón

Los vocales han acelerado el proceso para elegir al nuevo presidente del Supremo y del Poder Judicial para poner freno a las pretensiones del ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, que la mayoría de los vocales del Consejo entienden que quiere reducir el Gobierno del tercer poder del Estado a papel casi testimonial. Sin embargo, el titular de Justicia ha asegurado hoy que los vocales tienen la "competencia" para elegir al sustituto de Dívar y que el Ejecutivo "respetará absolutamente" sus decisiones. "Sea cual sea" la decisión, el CGPJ contará con la "colaboración permanente" del Ejecutivo, "como hemos hecho desde el primer momento", ha apostillado.

Los vocales del Poder Judicial que llevan una larga temporada divididos en varios grupos, que ya no se identifican en los clásicos, progresistas y conservadores, y ni siquiera en los partidos que propiciaron sus nombramientos, recibieron el pasado viernes un impulso hacia la unidad frente al enemigo exterior. El revulsivo fue el plan anunciado por el ministro Gallardón de reestructurar por completo el Consejo. El ministro ya había amenazado durante la crisis que acabó en la renuncia de Carlos Dívar, con reducir a cinco —los miembros de la Comisión Permanente— los cargos del Consejo que iban a tener dedicación exclusiva y que por tanto iban a estar remunerados como ahora, mientras que los otros 15 vocales iban a seguir trabajando en sus respectivos destinos y cobrarían dietas por asistir a las sesiones plenarias.

Pero Gallardón quiso ir más lejos y, sin haber hablado con ningún partido político, ni asociaciones de jueces, presentó un proyecto en el que el único que tendría dedicación exclusiva sería el presidente, mientras que los restantes 20 vocales (no los puede reducir sin tocar el artículo 122 de la Constitución), despojados de muchas de sus funciones, solo cobrarían dietas por acudir a los plenos.

Incluso, para dar mayor sentido a su propuesta, Gallardón habría dado instrucciones a sus afines en el Consejo —el vicepresidente Fernando de Rosa, Antonio Dorado, Claro José Fernández Carnicero y Concepción Espejel— de que se evitara a toda costa el nombramiento de un presidente hasta septiembre, con lo que quedaría claro que los vocales eran incapaces de nombrar sucesor.

Un desplante contra el que se han rebelado todas las asociaciones judicialesy ha generado un sentimiento de unidad entre los que estaban desunidos que plantean el pleno como un tipo de cónclave, en el que no se salga de la reunión hasta que haya nuevo presidente.

Lo que hace una semana hubiera sido una utopía por la que nadie hubiera apostado debido las diferencias irreconciliables entre varios de los vocales vocales, Gallardón la ha convertido en una posibilidad real. Va a ser difícil pero hoy puede haber nuevo presidente.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_