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ETA percibe una “agenda contra la paz” por parte del Gobierno español

La banda critica las últimas detenciones y la política penitenciaria

Mes y medio después de su último comunicado, en el que reclamaba una negociación directa con los Gobiernos de España y Francia, ETA ha realizado hoy una lectura sombría de los casi nueve meses transcurridos desde su declaración de cese definitivo. Un período marcado, en su opinión, por la demanda ciudadana de “una solución”, pero que se ha quedado “sin respuesta positiva alguna” desde el Gobierno español. La banda, de hecho, percibe una “agenda contra la paz” por parte de los “servicios de inteligencia, las fuerzas armadas y diferentes jueces”, además de asociaciones “sedientas de venganza y determinados medios de comunicación”. En este sentido, lamenta las “mentiras constantes para hacer dudar del compromiso” adquirido para acabar con el terrorismo.

A través de un nuevo comunicado, publicado hoy en la página web de Gara, la banda se reafirma en la condición definitiva de su cese y en su “compromiso de continuar por el mismo camino, para llevarlo hasta el final en sus objetivos de lograr la paz y la libertad”. Aunque no menciona un futuro desarme o su disolución definitiva, ETA se presenta como el único actor que ha dado pasos para solucionar el “conflicto” y “abrir vías de diálogo”. Recalca que la sociedad ha respondido con “ilusión” al nuevo escenario y fija como “bases sólidas del proceso la racionalidad de la propuesta de solución, el deseo de Euskal Herria y el compromiso internacional”.

La lectura positiva, sin embargo, acaba ahí. En sentido inverso, la banda considera que “la opción de la solución cuenta también con enemigos” como los Gobiernos de España y Francia, que “además de rechazar el diálogo propuesto, han mantenido la estrategia de paralizar y obstaculizar el proceso”. La organización terrorista se refiere así a sus infructuosos intentos de negociación. Alude además, aunque sin una mención expresa, a las recientes detenciones de sus dirigentes como argumento para denunciar que las fuerzas policiales están aprovechando la situación para “favorecer su actuación represiva”, lo que está provocando “situaciones de alto riesgo”. “Esas actuaciones resultan incompatibles con cualquier tipo de proceso de solución”, advierte ETA.

El comunicado se detiene, por otro lado, en la situación de los presos, fundamental para la banda. El texto llega a afirmar que “se quiere hacer encallar el proceso en las cárceles”, a su juicio, “en contra del sentir y la reivindicación de la sociedad vasca”. Asegura que el plan de reinserción individual presentado por el Gobierno central del PP no pretende más que “legitimar la situación de excepción que padecen los reclusos y bloquear toda opción de avance”. Deja entrever así que la búsqueda de soluciones colectivas para casi el medio millar de exetarras en prisión sigue siendo un objetivo irrenunciable para la organización armada.

Los numerosos reproches de la banda se extienden, además, a los “intereses partidistas” que percibe en PSOE y PNV, y que también están resultando perjudiciales, en su opinión, para consolidar la paz en Euskadi. A los primeros les acusa de “desvirtuar las claves de las soluciones, "salvo contadas excepciones", en campos como la política penitenciaria o la negociación con ETA. A los nacionalistas, en cambio, les achaca una comprensión a la política “obstruccionista” del Gobierno central que opone a sus “incisivas críticas” contra la izquierda abertzale.

ETA, pese a todo, culmina su comunicado con una declaración de que “la paz y un futuro en libertad son posibles”, pero insta, para ello, a acometer la solución del conflicto “en su globalidad y en toda su profundidad”, actuando “con responsabilidad y de forma constructiva”. Además, recalca que el protagonismo de la ciudadanía será “crucial para superar obstáculos y mantener vivo el proceso”.

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Lo cierto es que casi nueve meses después de la declaración de cese definitivo de la violencia de ETA, el proceso de consolidación del final del terrorismo en Euskadi está en punto muerto, informa Luis R. Aizpeolea. Sus principales protagonistas no están haciendo sus deberes. Más allá de la lectura que ETA realiza del período transcurrido, tampoco la izquierda abertzale, que dio a la banda el último empujón para su declaración final y sigue manteniendo que ese final es irreversible, ha dado paso alguno desde el 20 de octubre.

La izquierda abertzale no ha reconocido con nitidez el daño causado por el terrorismo, cuando el Gobierno vasco sí lo ha hecho con las víctimas de la policía durante la Transición en Euskadi. Tampoco ha actuado de modo decidido para lograr que los presos de ETA asuman la legalidad y la reinserción individual, del mismo modo que ella misma asumió la Ley de Partidos, lo que propició la legalización de su marca, Sortu, en junio.

El presidente del PNV, Iñigo Urkullu, se había referido esta mañana precisamente a la situación en la que se encuentra el proceso de fin definitivo del terrorismo y había acusado a la izquierda abertzale de no haber tomado las decisiones que le corresponde adoptar sobre las víctimas del terrorismo y la reinserción de los presos de ETA. Antes de conocer el comunicado etarra, y durante una entrevista en la Cadena Ser, el líder nacionalista ha reprochado que Bildu "sigue sin atreverse" a tomar decisiones en el capítulo de víctimas, aunque ha matizado que el Gobierno central puede dar también "más pasos de los que viene dando". No obstante, ha matizado que hay que empezar "por donde corresponde" y, en este sentido, ha instado a ETA a "dar los pasos para llegar a la disolución".

El Gobierno vasco, por su parte, ha lamentado hoy que el último comunicado de ETA no aporte "nada nuevo" y que tan sólo responda al objetivo de la banda de lograr "publicidad". En una línea muy similar, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha recalcado que el único comunicado de ETA que espera el Ejecutivo es el de la "disolución incondicional". Según ha recalcado en declaraciones a los periodistas en Melilla, la banda "sabe perfectamente que si ha anunciado el cese definitivo de su actividad es porque ha sido derrotada policialmente por el Estado".

Fuentes de la lucha antiterrorista citadas por Europa Press señalan que la banda está haciendo inventario de las armas y del material explosivo que guarda en zulos, pero no agrupa “el material en condiciones seguras y estables”, como dice en su comunicado, y menos con la intención de entregarlo.

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