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La prima de riesgo llena de nervios los pasillos del Congreso

El Gobierno insiste en que no habrá intervención y hay que esperar a las elecciones griegas

Carlos E. Cué
El presidente, Mariano Rajoy, en los pasillos del Congreso.
El presidente, Mariano Rajoy, en los pasillos del Congreso.CRISTÓBAL MANUEL

Mañana de muchísimos nervios en los pasillos del Congreso. Mariano Rajoy y la mayoría de sus ministros han tratado de evitar a la prensa a primera hora mientras la prima de riesgo se disparaba. “Buenos días”, ha contestado el presidente cuando le han preguntado cuánto tiempo puede aguantar España así. Salía de la zona de Gobierno, donde entró con Luis de Guindos y salió una hora después para marcharse a La Moncloa. Al final de la mañana, en una nueva demostración de que la política de comunicación del Ejecutivo está cambiando a mejor, Guindos ha comparecido ante la prensa para tratar de tranquilizar. Su mensaje es claro: la prima no es sostenible mucho tiempo, pero hay margen porque el Tesoro no necesita mucho dinero en las próximas semanas. Hay que esperar a las elecciones griegas (17 de junio), ha insistido, para que se despeje el panorama europeo y se relaje la prima de riesgo.

Pero los nervios en los pasillos no desaparecen. Diputados de todos los grupos han pasado toda la mañana comentando la prima de riesgo disparada. Todos especulan con la intervención. Muchos la dan por hecha. Pero el Gobierno, al que preguntan no solo periodistas, sino diputados de todos los colores, preocupadísimos por una situación que parece descontrolada, insiste en que no va a suceder. En público y en privado, el mensaje es similar: hay que aguantar, es una mala racha pero pasará.

Lo que parece cada vez más claro es que el Gobierno, que había fijado toda su estrategia en lograr que el BCE actuara, está empezando a tener muy pocas esperanzas de que suceda. No es que haya tirado la toalla, pero cada vez parece más difícil. Rajoy, pese a su aparente idilio político con Angela Merkel, no parece haber logrado convencerla de que dé mano libre a Mario Draghi, gobernador del BCE, para que ayude a España.

Lo que ya nadie se anima a descartar del todo, aunque sea al final del proceso, es que el fondo de rescate entre directamente a recapitalizar los bancos españoles. Es otra forma de rescate. Rajoy lo descartó de forma tajante el lunes. En los pasillos del Congreso, diputados de todos los grupos lo dan por hecho, aunque en este momento no sería legal porque la normativa del fondo, que entra en vigor en julio, no lo permite. En privado, miembros del Gobierno ya no se animan a descartar nada. Oficialmente se insiste en que no será necesario.

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El gran problema sigue siendo Bankia. Todos los caminos conducen allí. El Ejecutivo está muy molesto por la información del Financial Times que señalaba que el BCE ha rechazado el plan del Gobierno para recapitalizar Bankia con deuda pública española pero sin salir al mercado. Guindos y el BCE lo han desmentido. Guindos insiste en que el dinero saldrá de donde ha salido siempre, de inyecciones del FROB que se sacarán a subasta en el mercado de capitales. Pero eso, salir al mercado en este momento, es lo que quiere evitar el Ejecutivo. Rajoy insistió el lunes: “El procedimiento no está cerrado”, y desató todas las especulaciones, que hoy siguen abiertas. El Gobierno se esfuerza en tranquilizar a todos, pero por la sensación que hay en los pasillos del Congreso está muy lejos de esa tranquilidad.

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