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El Gobierno insta a los pescadores a negociar un acuerdo con Gibraltar

España calificó en 1999 de “papel mojado” el pacto que ahora reivindica

Patrulleras de la Guardia Civil y de la Policía de Gibraltar, junto a dos pesqueros de la Línea en el momento del incidente de ayer.
Patrulleras de la Guardia Civil y de la Policía de Gibraltar, junto a dos pesqueros de la Línea en el momento del incidente de ayer.EFE

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, propondrá hoy en Londres a su homólogo británico, William Hague, hacer un llamamiento conjunto al “Gobierno de Gibraltar y [a los] pescadores [españoles para] que acuerden una solución satisfactoria para ambas partes”. Margallo subrayó ayer que su obligación es “defender el derecho de los pescadores a pescar en unas aguas donde han pescado siempre” y descartó presentar una queja por el acoso al que los somete la policía gibraltareña. “Si empezamos protestando es difícil que lleguemos a un acuerdo, que es lo que importa”. Para preparar su cita con Hague, Margallo se reunió ayer con el nuevo embajador en Londres, el exministro Federico Trillo, y con empresarios españoles con intereses en el Reino Unido.

La restauración del acuerdo alcanzado en 1999 entre el entonces ministro principal de Gibraltar, Peter Caruana, y las cofradías de pescadores de La Línea y Algeciras —por el que se permitía a los segundos faenar a una distancia mínima de 250 metros del Peñón siempre que no obstaculizaran la entrada del puerto—, o su sustitución por un nuevo pacto entre ambos se ha convertido en el principal objetivo de la diplomacia española. El nuevo ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, anuló este acuerdo en marzo pasado, alegando que las artes que emplean los pesqueros españoles vulneran una ley gibraltareña de protección del medio ambiente de 1991.

Lo sorprendente es que el acuerdo de 1999 que ahora se reivindica fue descalificado por el entonces jefe de la diplomacia española, Abel Matutes, quien lo tildó de papel mojado. “Por mí, estos acuerdos los pueden colgar del palo mayor”, declaró enojado. No era para menos, ya que el acuerdo suponía reconocer implícitamente la soberanía gibraltareña sobre las aguas. Ahí reside la paradoja: el Gobierno insta a los pescadores a negociar con Gibraltar las condiciones para pescar en aguas que considera españolas, mientras envía a la Guardia Civil para protegerles.

Tras un fin de semana de tregua, ayer por la mañana se produjo un nuevo incidente cuando un marisquero de La Línea, el Divina Providencia, fue hostigado por la Policía de Gibraltar y la Royal Navy. “Llegaron hasta cinco embarcaciones y comenzaron a realizar maniobras arriesgadas, hasta que se acercaron las patrulleras de la Guardia Civil”, explica Francisco Gómez, Soti, patrón del marisquero. Entonces, “empezó un forcejeo entre las embarcaciones y una discusión entre los agentes de uno y otro cuerpo”, agrega Soti, quien se confesó asustado porque se encontraba “en medio de una decena de barcos y ante una tremenda tensión. De no ponerse fin a esta situación, puede ocurrir una desgracia”, advierte.

A raíz del incidente, los pescadores españoles decidieron suspender las negociaciones con el Gobierno del Peñón. En la zona faenan 53 pesqueros artesanales de La Línea y seis de Algeciras.

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