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Un muerto y dos desaparecidos tras una explosión en una almazara en Cáceres

El daño en la estructura de la fábrica dificulta las tareas de búsqueda

Efectivos del cuerpo de bomberos junto a almazara de la Moraleja (Cáceres).
Efectivos del cuerpo de bomberos junto a almazara de la Moraleja (Cáceres).EDUARDO PALOMO (EFE)

Las tareas de rescate no fueron fáciles. Los bomberos y guardias civiles que acudieron a realizar las labores de auxilio tras la explosión en una almazara en Moraleja (Cáceres) sobre las doce de la mañana de este jueves tuvieron primero que sofocar las llamas y esperar a que la zona en la que se produjo el estallido se refrigerara para poder entrar. Durante horas, no pudieron acceder al lugar por las altísimas temperaturas. Después, los agentes se encontraron con tantos escombros y cascotes que la búsqueda fue complicada. A última hora del día habían encontrado el cuerpo sin vida de una persona, Valentín Parra, de 59 años, y seguían buscando a otros dos desaparecidos, según confirmaron el delegado del Gobierno de Extremadura, Germán López Iglesias, y la Guardia Civil.

Uno de los desaparecidos es un hombre jubilado de 88 años, Alberto Lozano, que había acudido a la almazara, donde había trabajado toda la vida, a visitar a su hijo. El otro es José Miguel Santos, de 31 años, hijo y nieto de trabajadores de la fábrica. Su padre, de 50 años, figura entre los dos heridos y fue trasladado al hospital de Coria por policontusiones, aunque su estado no es grave, según confirmó el Servicio de Emergencias de Extremadura. El otro herido, de 45 años, recibió el alta en el lugar tras ser atendido por una unidad medicalizada.

La explosión se produjo en la fábrica extractora de aceite Industrias Oleícolas Sierra de Gata, en la que trabajan seis empleados. Se desconocen aún las causas exactas de la explosión. Expertos en la materia señalaban a EL PAÍS que los accidentes en almazaras son poco habituales porque, aunque el aceite es combustible, los tanques atmosféricos en los que se guarda impiden que la presión suba más de lo recomendado y, por tanto, que se liberen gases que puedan generar una explosión. En este caso, al tratarse de una fábrica de extracción también de aceite de orujo, se abren otras posibilidades. Para extraer este aceite se usa un disolvente, el hexano, que luego se separa en un proceso de destilación. Si este proceso no se realiza bien o es incompleto, al tanque podría llegar aceite con hexano. Y, en caso de subir demasiado la presión dentro del tanque por altas temperaturas, el hexano podría provocar una explosión.

El trabajo de los bomberos y los agentes de la Guardia Civil se vio dificultado por el daño sufrido en las estructuras metálicas, que provocó el derrumbe del techo. Los trabajos de desescombro y búsqueda de los dos desaparecidos podrían prolongarse durante varios días.

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