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Interior seguirá una “estrategia flexible” con fuerte presencia de la policía

Lo previsto no pasa por emplear la porra ante cualquier exceso, pero sí por impedir que se actúe como si no hubiera límites

Mónica Ceberio Belaza
Presencia policial en la sede de la Comunidad de Madrid en la puerta del Sol.
Presencia policial en la sede de la Comunidad de Madrid en la puerta del Sol. ULY MARTÍN

Las preguntas están claras: ¿Qué pasará con las concentraciones no autorizadas que se lleven a cabo? Y, dentro de las permitidas en la Puerta del Sol (Madrid), epicentro de la protesta ciudadana de hoy, si pasadas las 10 de la noche —hora límite para la autorización— hay gente que sigue allí, ¿qué va a suceder? ¿Se va a disolver la reunión con antidisturbios? ¿Se multará a los que no quieran irse? ¿Se actuará con flexibilidad hasta la madrugada a pesar de que se haya rebasado el horario autorizado para evitar una disolución violenta?

Hasta el momento, no ha habido respuestas directas a ninguna de estas cuestiones. El Gobierno trata de guardar un equilibrio complicado entre dos intereses igualmente poderosos: hacer cumplir la ley para lanzar un mensaje de firmeza, pero sin que ningún altercado entre la policía y los manifestantes acabe en la primera página de la prensa internacional.

Para ello, el Ministerio del Interior tiene prevista una “estrategia flexible”, según fuentes del Ejecutivo, que no pasa por emplear la porra ante cualquier exceso, pero sí por impedir que los concentrados actúen como si no hubiera límites. ¿De qué forma lo va a lograr? Para empezar, habrá un amplísimo dispositivo policial —mayor que el desplegado durante la huelga general del 29-M—, con el que Interior confía en controlar la situación: solo en Madrid habrá entre 1.500 y 2.000 agentes antidisturbios para que cualquier problema —como que se monte una tienda de campaña— se subsane de raíz y en cuanto surja.

“Firmeza y prudencia”

A partir de ahí, el secretario de Estado de Seguridad y el director adjunto operativo de la Policía Nacional, junto a las delegaciones del Gobierno, decidirán el operativo adecuado en función de cómo se vayan desarrollando los acontecimientos y cuánta gente haya concentrada en los momentos complicados, algo difícil de prever.

El mismo mensaje —firmeza y flexibilidad— fue lanzado ayer por otros miembros del Ejecutivo. Su vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, tras advertir que permanecer en Sol más allá de las diez de la noche sería ilegal, afirmó en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros: “Lo que va a hacer el Gobierno es que se cumpla la ley”. Horas antes, el director general de la Policía, Ignacio Cosidó, se había pronunciado en el mismo sentido, pero matizando que la policía actuará con “prudencia e inteligencia”, y que “la única línea roja” que no se iba a consentir es “el uso de la violencia”.

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Sobre la firma

Mónica Ceberio Belaza
Reportera y coordinadora de proyectos especiales. Ex directora adjunta de EL PAÍS. Especializada en temas sociales, contó en exclusiva los encuentros entre presos de ETA y sus víctimas. Premio Ortega y Gasset 2014 por 'En la calle, una historia de desahucios' y del Ministerio de Igualdad en 2009 por la serie sobre trata ‘La esclavitud invisible’.

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