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Rajoy no quiere arriesgar en el Congreso

El presidente no tiene intención de acudir al Congreso a petición propia para enfrentarse a la oposición y explicar a los ciudadanos la enmienda a la totalidad de su programa electoral

Carlos E. Cué
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a su llegada esta tarde al pleno del Senado.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a su llegada esta tarde al pleno del Senado.EFE

En su entorno señalan que Mariano Rajoy está compareciendo ante la prensa mucho más de lo previsto. Y es cierto. La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, señaló ayer que ha convocado 16 ruedas de prensa desde que es presidente. En la oposición daba muchas menos. Sin embargo, todas ellas han sido forzadas: Rajoy solo comparece cuando sus compromisos internacionales le obligan. La vicepresidenta confirmó además que Rajoy no tiene intención de acudir al Congreso a petición propia para enfrentarse a la oposición y sobre todo para explicar a los ciudadanos la enmienda a la totalidad de su programa electoral que semana tras semana va desgranando Sáenz de Santamaría, encargada de dar las malas noticias a los españoles.

Aparte de las sesiones de control en las que en 15 minutos resuelve tres preguntas prefijadas, Rajoy solo ha comparecido en el Congreso, también obligado por la costumbre, tras las cumbres europeas. No lo volverá a hacer hasta después del 23 de mayo, cuando toca la próxima, aunque es informal y podría dejarlo para la siguiente, a finales de junio.

Los suyos explican que Rajoy cree que Zapatero acabó achicharrado entre otras cosas porque se expuso, porque habló demasiado, porque iba mucho al Congreso. Y Rajoy no quiere asumir ese riesgo. Algunos ministros señalan que acudir a la cámara sería “dramatizar en exceso” la situación. Otros dirigentes del PP sí creen que debería acudir. Sobre todo, dicen, para explicar a su electorado, el que les preocupa, el que les hizo fracasar en Andalucía, su giro de 180 grados.

Solo en las últimas semanas, Rajoy tiene motivos para varias comparecencias sobre cosas que no venían en su programa: subidas de impuestos, recortes en educación y sanidad,

la prima de riesgo en niveles récord y nada menos que la nacionalización de Bankia y la destitución de Rodrigo Rato, al que él mismo impuso en 2009. Pero no está previsto.

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