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"El Estado-Nación ha muerto"

García Margallo traza las líneas de la política exterior de España con rasgos neoliberales

García-Margallo (izquierda) junto a Anders Fogg Rasmussen, secretario general de la OTAN.
García-Margallo (izquierda) junto a Anders Fogg Rasmussen, secretario general de la OTAN.EFE

"El Estado-Nación, ha muerto. De los cien actores económico-financieros mundiales, 51 son empresas multinacionales y 49 son Estados". Estas frases, pronunciadas por José Manuel García- Margallo, ministro de Asuntos Exteriores de España, ante más de medio centenar de embajadores y diplomáticos acreditados en Madrid, causó cierto estupor durante su conferencia sobre "La proyección de España en el mundo", que dictó en la tarde del jueves en la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, en la madrileña plaza de la Villa. El ministro inauguró un ciclo sobre la política exterior española, de la cual trazó las líneas generales que se propone aplicar desde su ministerio.

García-Margallo, que fue presentado por Marcelino Oreja, quien fuera ministro de Exteriores con Gobiernos de la Unión de Centro Democrático, señaló que "los tres ejes de la acción exterior española se basan en el consenso político interior, la estabilidad y la fiabilidad". Tras resaltar que el consenso quedó roto en 1981 a propósito de la integración de España en la OTAN y posteriormente ante la guerra en Irak y destacar que aquella actitud de la oposición "debilitó a España", subrayó que "la política consensuada es la clave de la estabilidad, que convierte una política exterior en previsible y fiable. Eso fue, precisamente, lo primero que le dije a la secretaria de Estado norteamericana: que España es un país fiable", remarcó. Señaló luego que "se nos pidió un esfuerzo sobre Irán", esfuerzo que calificó de muy costoso por el nivel de las importaciones españolas de petróleo, "y nosotros cumplimos", argumento que, según aseguró, "nos ha permitido luego recabar apoyos de nuestros aliados a propósito del asunto de Repsol-YPF en Argentina". Más adelante, el ministro español se refirió a que en los tres escenarios en los que España mantiene contingentes militares en el extranjero, "Afganistán, Líbano y Somalia, he asegurado a nuestros aliados que entramos juntos y saldremos juntos".

"Ilusión de un pensamiento único"

Para el titular español de Exteriores, "la globalización ha sido una revolución" que se une a la alteración del equilibrio mundial (tras la caída de la URSS) y a la posterior crisis de la multilateralidad. "En 1989, existió la ilusión compartida de que nacía un pensamiento único y un mundo unipolar, pero el tiempo demostró que era sólo eso, una ilusión". A su juicio "la globalización ha hecho posible la diversificación de los procesos de producción". Y en cuanto al despliegue de la inmigración, desde los países nuevos a los viejos países europeos que la globalización ha llevado aparejado, García Margallo se mostró partidario de "un control ordenado de las fronteras con miras a la integración del inmigrante en condiciones de dignidad". Se refirió también al cambio climático, la contención agrícola, además de la competencia con los países emergentes, "que ha existido siempre", puntualizó.

En alusión a la crisis con Argentina, el ministro español afirmó que "la lección a extraer es que los países que respetan las reglas del juego, la pluralidad democrática y la legislación sobre la propiedad, estos países triunfan", para remarcar luego: "Mal camino el elegido por Argentina".

Con respecto a Europa, el titular de Exteriores dijo que la Unión Europea "atraviesa una profunda crisis cuyo pecado original" situó en que "la unión monetaria con la que nació se creó sin una unión política y económica", para señalar después, "cuando hubo dinero no se notó", si bien al faltar el dinero, se desencadenaron desequilibrios entre los países de reciente integración que "generaron un movimiento de capitales hacia las economías de los países integrados", en alusión a los desajustes financieros ulteriores.

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"Nos piden un esfuerzo excesivo"

"Europa está creciendo con menos intensidad que sus competidores, pero la respuesta a la crisis no es económica, sino política". Corroboró su aserto con una referencia a una reunión en la mañana del jueves con un príncipe de Abu Dhabi, ministro de Exteriores del Emirato: "Contemplan a la unión monetaria de Europa como una zona de cambios fijos reversible". Postuló la creación de un Banco Central Europeo "a semejanza de la Reserva Federal de Estados Unidos, para regar de liquidez a las economías que carezcan de ella". Propuso igualmente un programa de austeridad -aunque matizó "a mi juicio se nos pide un esfuerzo excesivo"- e ironizó sobre la hegemonía alemana al respecto. Añadió entre sus propuestas el establecimiento de mecanismos de rescate y un Banco Europeo de Inversiones.

Con relación al Norte de África, el titular español indicó la necesidad de crear "un Banco Europeo para la Reconstrucción que libere fondos para atender a los servicios sociales de esos países ya que si no se hace de tal manera serán los islamistas quienes lo hagan".

La propuesta-estrella del ministro se refiere a lo que él denomina La Marca España, entre cuyos principales activos incluyó "la Corona, las fuerzas armadas, las mejores empresas, el valor de la cooperación española, la gastronomía, los deportes, el Instituto Cervantes" y otros items. "Queremos preguntar a las multinacionales qué es lo que les gusta o no de nosotros", en el sentido de en qué puede mejorar España.

En lo inmediato García-Margallo dijo que "España posee 200 representaciones diplomáticas que nos cuestan 150 millones de euros" y, para ahorrar, se pronunció por "compartir representaciones diplomáticas con la Unión Europea".

El salón de actos de la real Academia se hallaba a rebosar, con todo el cuadro académico presente y numeroso público.

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