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INCENDIOS EN GALICIA

Las llamas arrasan 1.000 hectáreas de la joya verde de Galicia

Feijóo dice que fue provocado y la oposición culpa a la Xunta de falta de prevención

Arriba, las llamas consumen el bosque atlántico de las Fragas do Eume en los montes de A Capela la noche del sábado. La foto inferior muestra el estado de la vegetación el domingo por la tarde tras el paso del incendio.
Arriba, las llamas consumen el bosque atlántico de las Fragas do Eume en los montes de A Capela la noche del sábado. La foto inferior muestra el estado de la vegetación el domingo por la tarde tras el paso del incendio.KIKO / CABALAR (EFE)

Al Gobierno gallego y a los vecinos de A Capela (A Coruña) apenas les queda duda de que el feroz incendio que ha devorado casi un millar de hectáreas del parque natural de As Fragas do Eume ha sido intencionado. Lo dijo este domingo el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, que habló de tres focos simultáneos, y también el alcalde de A Capela, Manuel Meizoso. “Hay gente que está quemando el patrimonio más valioso que tenemos”, declaró Feijóo. Para el regidor socialista, alguien eligió el “día perfecto y el lugar ideal” para hacer el mayor daño posible. Una sequía tan inédita como prolongada en Galicia y vientos del noroeste de hasta 70 kilómetros por hora soplando sin cesar empujaron las llamas y obligaron a intervenir a la Unidad Militar de Emergencias, pero ni el Ejército pudo evitar la tragedia.

Las llamas han carbonizado buena parte de uno de los pulmones verdes de Galicia

Sin datos concluyentes sobre el origen del fuego, cuyo rastro todavía sigue investigando la policía científica, la catástrofe ecológica es mayúscula. Las llamas han carbonizado buena parte de uno de los pulmones verdes de Galicia y el mejor exponente de bosque atlántico europeo. “La fraga está muerta. Donde había verde ahora hay cenizas”, se lamentó Meizoso.

La oposición (PSOE y BNG) y los ecologistas han arremetido contra la Xunta por la “inconcebible” falta de medios para proteger una de las joyas naturales de Galicia en plena sequía y con el dispositivo de precampaña activado “a medias”. “Padecemos el recorte de 22 millones en los presupuestos de la Xunta para los trabajos de prevención”, manifestó Pachi Vázquez, líder de los socialistas gallegos. Fuentes del operativo desplegado la madrugada del domingo criticaron la descoordinación entre efectivos.

Antes nos dejaban limpiar el monte, ahora si cortas un árbol casi vas preso y luego mira lo que pasa

El incendio comenzó a las tres de la tarde del sábado en el mirador de Teixeido (A Capela) y descendió por la ladera del monte hasta el cañón del río Eume, la arteria que riega el parque natural, devorando más de 500 hectáreas de árboles. En menos de cuatro horas, las llamas calcinaron robles y castaños, cercaron una treintena de casas en las aldeas Vilariño, O Coto y A Ribeira y forzaron la evacuación de 200 vecinos. Uno de ellos, un anciano al que llaman Arnau, se resistió y, ayudado por su hermano y varios voluntarios, peleó contra el fuego con el agua de las cisternas de los tractores hasta que lo desviaron. “Si me llego a ir, me arde todo. Aquí no vino ni un alma. De la Xunta, ni Dios”, aseguró. Pancho, vecino de Teixido, también tuvo las llamas a pocos metros de su casa “formando una U alrededor”. Evacuó a su familia y regresó por la noche. “Los árboles prendían como papel”, relata. “Antes nos dejaban limpiar el monte, ahora si cortas un árbol casi vas preso y luego mira lo que pasa”, se queja su madre, de 69 años.

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A las siete de la tarde de este domingo, el fuego había devorado medio millar de hectáreas de masa forestal y 250 más de monte raso. Las llamas saltaron el río Eume y se reavivaron en la parroquia de Queixeira, en Monfero, donde se centraron las tareas de extinción. El incendio quedó “controlado entre comillas”, por la tarde y a expensas del viento, apuntó el alcalde del municipio.

Además de los efectivos de la UME, que movilizaron 286 soldados, 18 autobombas y seis camiones, la Xunta desplegó sobre el terreno 21 brigadas, cuatro aviones, cinco helicópteros, 12 motobombas y 14 agentes forestales.

El bosque encantado

Fraga es la palabra que en gallego define una gran extensión de monte arbolado, colonizado por una vegetación caprichosa y desordenada y poblado por incontables insectos, aves y mamíferos. Las Fragas eran lo más parecido a un bosque encantado en versión galaica: robles centenarios, helechos antiquísimos de un verde intenso e infinidad de arroyos y cascadas. Todo ello regado por el río Eume, que a lo largo de casi 100 kilómetros horadó la montaña formando un cañón de piedra vertical con barrancos de 300 metros por donde fluye el agua regando el parque natural hasta su desembocadura, en Pontedeume.

El parque de las Fragas se creó en 1997 y ocupa una superficie de 9.126 hectáreas entre cinco municipios: As Pontes, Pontedeume, Cabanas, A Capela y Monfero. El voraz incendio afectó gravemente a los dos últimos. Los terrenos quemados estaban protegidos como Red Natura y Lugar de Interés Comunitario. El fuego llegó casi al monasterio de Caaveiro, del siglo X, construido en un montículo que se salvó de milagro de las llamas. Este domingo, lo custodiaba la Unidad Militar de Emergencias.

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