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Los asturianos deciden en “segunda vuelta” la gobernabilidad de la comunidad

Todos los partidos se postulan como la única alternativa útil frente al bloqueo institucional El PSOE se aferra a Asturias para neutralizar la imagen de naufragio El PP quiere evitar una excepción en su ascenso nacional arrollador y una humillación FAC se juega su futuro, disputa al PP el control de la derecha IU apoyará un gobierno progresista y se brinda como garantía de políticas de izquierdas.

Cascos y su mujer, María Porto, en el día de reflexión.
Cascos y su mujer, María Porto, en el día de reflexión.EFE

Los asturianos han sido convocados este domingo a las urnas para que resuelvan la mayor crisis política y la más grave parálisis institucional que ha conocido la comunidad autónoma desde la traumática legislatura de 1995-1999. La composición parlamentaria que deparó las elecciones autonómicas de hace solo diez meses abocó a una situación de ingobernabilidad. Ahora, en una suerte de segunda vuelta de aquellos comicios, el electorado tiene la palabra para intentar desatascar la situación diseñando una composición de la cámara legislativa que permita forjar mayorías suficientes y superar el colapso. Lo que los grupos políticos no fueron capaces de resolver en casi un año deberán repararlo los ciudadanos este domingo soleado y primaveral en las urnas.

El temor a que de la consulta vuelva a deparar una cámara sin mayorías factibles suficientes, ni aun mediante alianzas de fuerzas políticas, persistirá a lo largo de la jornada de votación. Las encuestas difundidas apuntan en esa dirección porque han venido retratando un parlamento con mayoría conservadora, pero por agregación de escaños de dos partidos enfrentados (PP y FAC), y un liderazgo en votos y escaños como fuerza individual para el PSOE.

Todos los partidos se han volcado en pedir a los electores una mayoría nítida para desbloquear la situación. Aunque el estatuto de autonomía permitiría convocar nuevas elecciones anticipadas en el caso de que la ingobernabilidad persistiera, nadie cuenta con ese escenario: primero, porque no se podría hacer hasta dentro de un año según la norma (lo que supondría haber perdido la mitad de la legislatura), y segundo, porque nadie cree razonable meter a la región en el coste económico y la incomodidad para los ciudadanos de convocar unas elecciones autonómicas cada año.

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La parálisis política e institucional que ha vivido Asturias desde los comicios de mayo se ha producido además en el peor de los contextos y en medio de una doble crisis. Una es coyuntural y genérica: la más adversa situación económica internacional en 80 años en Europa y EE UU, con casi 100.000 parados en Asturias. La otra es estructural y específica de la región: una dramática pirámide demográfica, caracterizada, como desvela el propio censo electoral del domingo, por un envejecimiento galopante de la población asturiana y su ínfima tasa de natalidad. En una comunidad con 1,08 millones de habitantes, 899.939 (el 83%) son mayores de edad con derecho a ejercer el sufragio.

Las nuevas elecciones van a decidir muchas más cuestiones. El PP se ve impelido a evitar que Asturias sea la excepción en su arrolladora marcha triunfal en todos los comicios celebrados en España desde 2011. El PSOE apenas confía ya en Asturias como única tabla posible de salvación para atenuar el trágico naufragio en el que está sumido y para intentar apuntalar el novísimo liderazgo de Alfredo Pérez Rubalcaba con al menos una satisfacción electoral.

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FAC, el partido del ex secretario general del PP Francisco Álvarez-Cascos, se juega probablemente el ser o no ser de su continuidad como proyecto político. Tras una victoria (en escaños, que no en votos) en mayo de 2011, y que el tiempo ha demostrado que fue pírrica (es decir, con elevados costes para sí mismo tras ejercer el Gobierno más efímero de la democracia española), FAC entró en una tendencia declinante solo seis meses después (en las generales de noviembre) y ahora los sondeos difundidos no le auguran la remontada que busca Cascos con la convocatoria anticipada de elecciones.

Las combinaciones electorales

Además, PP y FAC (pero también sus líderes, Mariano Rajoy y Álvarez-Cascos, excompañeros de partido y de Gobierno) miden sus fuerzas en esta cita y libran un pulso por el control del espacio político conservador en Asturias. El PP quiere evitar una segunda humillación a manos de su ex secretario general. Una nueva derrota abriría una profunda crisis en el PP asturiano, en el que las tensiones están larvadas.

La cita dominical es también una prueba de fuego para el renqueante regionalismo asturiano. El Principado es la única región norteña en la que no han cuajado las fuerzas regionalistas. Las dos que lograron representación parlamentaria (PAS y URAS, ahora coaligadas) solo lograron representación durante 12 años en un tercio de siglo de autonomía y ahora llevan desde 2003 sin diputados. Este espacio político es el que ha aprovechado Cascos para justificar su proyecto político personal tras haberse sentido desairado por el PP.

La izquierda (suma de PSOE e IU) se juega también revalidar su crónica hegemonía en una de las regiones más emblemáticas en la historia del movimiento obrero español y en la que en mayo pasado, por primera vez en 31 años de autonomía, la derecha logró más votos que las fuerzas de izquierda. UPyD, el partido de Rosa Díez, que se quedó en mayo a escasa distancia de lograr un escaño, intenta ahora alcanzar esa cota y convertirse, en tal caso, en factor decisivo para conformar la futura mayoría de Gobierno hasta mayo de 2015.

De izquierda a derecha, los candidatos Javier Fernández, Mercedes Fernández y Álvarez-Cascos.
De izquierda a derecha, los candidatos Javier Fernández, Mercedes Fernández y Álvarez-Cascos./ P. PAREDES / U. MARTÍN / J. L. CEREJIDO (EFE)

Los discursos de los dirigentes políticos, que fueron ganando en contundencia en el tramo final de la campaña, han sido un clamoroso llamamiento de todos ellos al voto útil. FAC ha pedido el apoyo para sí proclamándose como la única fuerza capaz de quebrar el bipartidismo, al que ha responsabilizado de la situación asturiana. El PP ha solicitado el respaldo de la ciudadanía como única opción para enlazar con la corriente “reformista” nacional, acompasar a Asturias con la mayoría política generalizada en España y para superar el estilo de “bronca, confrontación y polémica” sustituyéndolo por el diálogo, el entendimiento y la colaboración con el Gobierno de España, de su mismo color, y la secretaria general, María Dolores de Cospedal, ofreció el retorno, al PP, “sin rencor”, a quienes se fueron a FAC el año pasado.

El PSOE se ha presentado como la única posibilidad aritmética de gestar una mayoría estable a la vista del enconado enfrentamiento político y personal entre los dos partidos de la derecha, por lo que, si la estabilidad política volviera a depender de fuerzas tan antagónicas, el futuro inmediato de la región seguiría condenado, según los socialistas, a la agonía del desgobierno y la crispación. Para evitarlo, el PSOE ha pedido incluso el voto a la derecha moderada a cambio de ofrecerle estabilidad, serenidad y entendimiento. IU ha garantizado que pondrá sus votos y sus escaños a disposición de un gobierno progresista frente a la derecha y, una vez asumido ese compromiso, la coalición se postuló como la única vía de obligar al futuro ejecutivo a una salida de la crisis con recetas de la izquierda. UPyD se proclama como la fuerza útil por antonomasia si logra escaño: “No somos la llave, somos la puerta”, proclamó su candidato “para abrirnos al futuro”.

Cómo fue el día de reflexión

Este sábado los candidatos aprovecharon la jornada de reflexión –un día primaveral, con sol, cielo azul y nieve en las cumbres- para el ocio. El socialista Javier Fernández se fue a Mieres, su localidad natal, donde se le vio por la popular zona sidrera de la plaza de Requejo y luego compartió comida con amigos de la infancia. Mercedes Fernández, del PP, se reunió con amigos y familiares en el tradicional café Dindurra, de Gijón, y dio un paseo por el centro de la ciudad hasta una sidrería para comer.

Francisco Álvarez-Cascos, de FAC, podría hacer una excursión, como ya hizo en la jornada reflexión de mayo. Jesús Iglesias, de IU, acompañó a su hijo hasta un parque de juegos infantiles en la avenida Carlos Marx, de Gijón. José Ignacio Prendes (UPyD) fue por la mañana a ver a su hijo disputar un partido de fútbol en Gijón y por la tarde iba a asistir a un concurso de danza en Mieres en el que competía su hija. Pilar Calvo (Equo-Los Verdes) también aprovechó el tiempo primaveral para subir a la montaña: optó por la sierra del Aramo, en las inmediaciones del Angliru.

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