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Arenas pide el voto para un “Gobierno del empleo” y que acabe con “el de los ERE”

Rajoy cierra con el candidato en su quinta visita a Andalucía en campaña

Javier Arenas, cabeza de lista del PP, en el mitin de cierre de campaña en Sevilla.
Javier Arenas, cabeza de lista del PP, en el mitin de cierre de campaña en Sevilla.MARCELO DEL POZO (REUTERS)

Mariano Rajoy puso fin en Sevilla a una campaña extenuante, en la que su partido ha ido a por todas porque es improbable que se vuelvan a reunir tal cúmulo de conjunciones a su favor. Andalucía puede cerrar el círculo de la ocupación de casi todo el poder institucional en España. Ser el colofón de los triunfos electorales que comenzó a contar el presidente del Gobierno desde mayo de 2011.

Javier Arenas pidió el voto útil “para ganarnos el futuro” y dijo que su oferta fundamental es un “Gobierno decente” y el recorte de los abusos y el despilfarro. “Lo que se vota el domingo es o el Gobierno de los ERE o el Gobierno del empleo”, remató, a la vez que proclamó la defunción de los “comisarios políticos”.

Rajoy cerró la campaña de las pasadas generales con unas de sus célebres frases tautológicas, muy diáfana en el objetivo final: “Voy a hacer lo que pueda, y si puedo, más de lo que pueda, para que Javier Arenas gane en Andalucía”. Ha cumplido. Se ha volcado en presencia (ha estado en cinco veces) y ha procurado también que le perjudiquen lo menos posible los duros recortes que recogerán los Presupuestos Generales, cuya probación está prevista cinco días después de los comicios.

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Si por Arenas fuera, la campaña habría terminado hace una semana. Para él ha sido un motivo de continúa zozobra la huelga general, y también el riesgo de que las medidas que han ido desgranando los ministros revitalizaran el aturdido PSOE de José Antonio Griñán. Aunque con un guion montado sobre la corrupción del caso de los ERE (y sus escandalosos testimonios de “juergas y cocaína”), los 1,2 millones de parados de la comunidad y el hartazgo de 30 años de poder monocolor, el candidato ha logrado —a tenor de lo que dicen los sondeos— que las malas noticias hayan pasado de largo sin hacer mella.

Mariano Rajoy ha atendido todos los requerimientos de Arenas. Además de la demora de los Presupuestos Generales del Estado, le echó un capote con el copago sanitario y proclamó que no creía en él, pese a que ya se habían producido conversaciones de la ministra de Sanidad, Ana Mato, y algunas autonomías. Se apuntó igualmente al caso de los ERE en los primeros días e irrumpió con estruendo en Málaga. “No se puede seguir así, Andalucía necesita aire fresco, es urgente necesario e imprescindible”. “Necesitamos gente que gestione bien lo que es de todos, el dinero público es sagrado y no se puede dilapidar porque es burlarse de los ciudadanos”.

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Arenas —que estuvo arropado igualmente por los ministros de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, Empleo, Fátima Báñez, y Sanidad, Ana Mato— ha mantenido tensados al máximo los mecanismos de su partido hasta el final, no vaya a ser que un exceso de confianza haga saltar por los aires su calculada campaña.

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