La Constitución de Cádiz, en campaña

Todos somos liberales. Ese pareció ser el grito de los representantes de los partidos políticos, cuyos máximos representantes, tomaron como referente la Constitución de 1812, preñada de liberalismo y ansia de libertad, para traerla sin transición ni paradas previas a la España de 2012, y depositarla de nuevo en Cádiz, donde nació. El azar del calendario ha querido que la celebración del bicentenario de la Constitución del 1812 coincida con la campaña electoral para las elecciones andaluzas del próximo domingo, y bien que se ha utilizado.

¿A quién le ha venido mejor que esta efemérides, cuya preparación empezó hace un trienio, coincida con una campaña electoral que discurre y se plantea con un dramatismo inusitado?. Nadie lo sabe, pero lo cierto es que los contendientes han querido llevar el agua a su molino. El afán reformista que recorrió la Ley Fundamental de 1812 le ha servido el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para comparar el espíritu rompedor que movió a los liberales de principios del siglo XIX con el suyo propio. “En tiempos de crisis no hay que tener miedo a las reformas”, ha proclamado en Cádiz el máximo dirigente del PP. Si hace 200 años España luchaba contra los franceses, ahora Rajoy quiere hacer frente al asedio de una crisis económica y en esos términos épicos se presenta aunque cause enojo en los partidos de oposición en España y del PSOE gobernante en Andalucía.

Un pellizco en el estómago debió sentir el presidente andaluz, el socialista José Antonio Griñán, al escuchar a Rajoy en el acto del bicentenario, ante los Reyes y los presidentes del Congreso y del Senado, hacer alusión a las reformas de entonces y en las que él está empeñado ahora. No le pareció bien esa “utilización electoral” del acto y lo dijo, sobre todo, porque él no podía tomar la palabra al no estar incluido en el protocolo.

Pero el día fue muy largo y todos se quedaron en Andalucía para continuar la campaña: Rajoy y Javier Arenas (PP); Alfredo Pérez Rubalcaba y José Antonio Griñán (PSOE); Diego Valderas y Cayo Lara (IU) y los representantes del Partido Andalucista, de UPyD y de Equo siguieron con los actos electorales tras los 'vivas a la Constitución' conocida como La Pepa. Desde el PSOE se lucha con denuedo por derrotar a las encuestas, y todos los socialistas han sustituido la lucha a brazo partido por el combate hombro a hombro contra el PP, por lo que no dejaron pasar los nuevos argumentos del PP con la Constitución de 1812 como aliada. Rubalcaba entró al contraataque.

Hace 200 años los españoles lucharon por las libertades. “Hoy tenemos que defender la libertad y los derechos ante quienes quieren recortarlos”. Este fue el mensaje central del líder de los socialistas, en un día como el de ayer, en el que sobresalieron las proclamas y la exaltación de los ideales más nobles. “La única libertad que hoy quiere defender el Gobierno es la de los empresarios para despedir”, concluyó Rubalcaba para que los andaluces no olviden el tenor de las reformas que vienen. Un sinfín de recortes están ya en marcha en España y llegarán a Andalucía si el domingo Javier Arenas se hace con la mayoría. Este es el aviso que ayer se reiteró desde el PSOE en el intento de despejar los efluvios épicos que el PP y su presidente, Mariano Rajoy, se mostraron dispuestos a hacer, como hicieron otros españoles 200 años atrás. Además, el bienestar y los derechos.

¿Bienestar, derechos?. Sí, “para los socialistas, su familia y sus amigos”, replican en el PP. Se entiende que ninguno de los dos principales contendientes profundicen mucho en los avatares que sufrió la Constitución del 1812, nunca aplicada y colgada en la Historia como un intento fallido. “Esperemos que para las reformas de Rajoy no haya que esperar ciento setenta años para que den fruto”, señalan en Izquierda Unida con cierto humor negro y en referencia a la Constitución de 1978 a la que hubo que esperar para que España entrara en un período de normalidad.

Además de frases más o menos afortunadas la campaña no tiene tendencia a elevarse, denuncian los partidos minoritarios. De momento ningún candidato se ha atrevido a proponer lo que hicieron los padres de la Constitución de Cádiz en 1812, en su artículo 13, Capítulo III : “El objeto del Gobierno es la felicidad de la Nación”.