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Rajoy otorga la máxima prioridad a la Cumbre con Iberoamérica en Cádiz

El presidente se rodea de todas las altas instituciones del Estado en un acto inédito para presentar la reunión de noviembre España se vuelca en conseguir que acudan casi todos los presidentes latinoamericanos

PABLO X. DE SANDOVAL
Mariano Rajoy posa con todos los embajadores latinoamericanos.
Mariano Rajoy posa con todos los embajadores latinoamericanos.Paco Campos (EFE)

La puesta en escena lo fue todo. El Gobierno hizo este miércoles un verdadero alarde de compromiso con el éxito de la próxima Cumbre Iberoamericana, que se celebrará en Cádiz los días 16 y 17 de noviembre. La Moncloa organizó un acto de presentación de la cumbre y sus objetivos en la sede de la Secretaría General Iberoamericana en Madrid (Segib, el secretariado permanente que organiza las cumbres) en el que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, pronunció un discurso protocolario y sin sorpresas sobre los lazos culturales y económicos entre España y Latinoamérica. Pero, en esta ocasión, lo importante no eran las palabras. El envoltorio era el contenido en sí.

La de este miércoles fue la primera vez que un presidente del Gobierno acudía a un acto de este tipo en la Segib, según fuentes de la institución. Pero no solo eso. La Moncloa comprometió para el acto a todas las altas instituciones del Estado. Estuvieron presentes los presidentes del Congreso, el Consejo General del Poder Judicial y el Tribunal Constitucional. Junto a Rajoy, la vicepresidenta del Gobierno y el ministro de Exteriores. Frente a ellos, aparte de la cúpula de Exteriores y las alcaldesas de Madrid y Cádiz, estuvieron también todos los embajadores latinoamericanos en Madrid.

El Gobierno viene insistiendo desde que tomó posesión en la importancia de la Cumbre Iberoamericana de Cádiz, que conmemora también el bicentenario de la primera constitución liberal española. En realidad, es prácticamente un monotema en lo que a relaciones con Iberoamérica se refiere. Algunos diplomáticos latinoamericanos acreditados en Madrid destacan que apenas se trata otra cuestión por parte del Ministerio. José Manuel García-Margallo trabaja desde el día uno para comprometer la presencia de todos los jefes de Estado latinoamericanos en Cádiz.

El ministro García-Margallo detalló el pasado miércoles en su primera comparecencia en el Congreso de los Diputados que el Gobierno y la Casa del Rey se implicarán de lleno para lograr la asistencia de todos los jefes de Estado posibles. “Garantizo que antes de la cumbre de Cádiz, el Rey, la Reina, los Príncipes, el presidente y yo vamos a visitar todos y cada uno de los países de la Cumbre Iberoamericana”, aseguró el ministro. “Puedo prometer que prácticamente todos [los líderes] estarán en la cumbre”, aseguró a los grupos parlamentarios.

La asistencia de los líderes latinoamericanos volvería a tensionar el nervio de una reunión anual que ha ido languideciendo en los últimos años precisamente debido a las ausencias, en buena parte justificadas por una crónica falta de contenido de estas cumbres. El año pasado, en Asunción, faltaron la mitad de los invitados. El desplante fue de tal nivel que hizo replantear a algunos en público la continuidad misma de estas cumbres. El Gobierno español, principal contribuyente económico de la Secretaría General Iberoamericana, parece decidido a cerrar este debate en Cádiz.

“En la era de la globalización, la comunidad iberoamericana es un activo extraordinario para que todos nuestros países tengan una presencia relevante en la economía y en las relaciones internacionales”, dijo este miércoles Mariano Rajoy. Por ello es conveniente revitalizar y dar un nuevo impulso a las cumbres”.

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Además, el Gobierno quiere demostrar desde el principio que la Cumbre de Cádiz no será una foto de familia sin contenido. Rajoy anunció en el citado acto que estará precedida por una reunión preparatoria de ministros de Economía y otra de ministros de Industria.

La XXII Cumbre Iberoamericana estará centrada en temas económicos, principalmente en la forma en que España puede participar del envidiable momento de crecimiento de los países latinoamericanos en un entorno de crisis. El Gobierno no ha ocultado en ningún momento que la llamada diplomacia económica es su absoluta prioridad. Esta diplomacia económica, tradicionalmente al servicio de las multinacionales españolas, se quiere extender a la pequeña y mediana empresa para que dé el salto a Latinoamérica. “La diplomacia española volcará sus esfuerzos en afianzar las relaciones comerciales y en facilitar la expansión de nuestras empresas en aquel continente”, dijo Margallo en el Congreso.

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Sobre la firma

PABLO X. DE SANDOVAL
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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