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Carreras, porrazos y noche de cardenales en comisaría

En libertad 12 detenidos en las protestas de Valencia

Marc Bullón (a la izquierda) y Jorge Navarro, tras salir del juzgado.
Marc Bullón (a la izquierda) y Jorge Navarro, tras salir del juzgado.

“Estaban pegando a una chica en la estación del Norte y me puse en medio, pero luego llegó una oleada de antidisturbios y me golpearon un par de veces hasta que caí al suelo, y allí me atizaron con la porra”, explica Jorge Navarro Ibáñez de Sebandiano, de 19 años, estudiante de Atención Sociosanitaria. Para él, la pesadilla acabó poco antes de las cinco de la tarde de este martes, cuando salía escoltado por la policía de la Ciudad de la Justicia de Valencia, con la rodilla vendada, cojeando y numerosas magulladuras de cintura para abajo, objetivo reiterado de las porras reglamentarias.

Jorge era el último en quedar en libertad. La jornada se saldó con 25 detenidos, seis de ellos menores, según puntualizó este martes la policía, que el lunes cifró en 26. Solo 12 pasaron a disposición judicial a mediodía. Y alrededor de las cuatro de la tarde fueron quedando en libertad tras ser acusados de resistencia, desórdenes, lesiones y atentado a la autoridad.

A Guillermo Arroba Fernández, de 18 años y estudiante de Bachillerato de Bellas Artes en el IES Lluís Vives, le detuvieron a las tres de la tarde en el cercano Burger King, donde entró para esquivar una carga. La camisa rota y manchada de sangre habla de la contundencia aplicada para reducirle. Según asegura, le tiraron al suelo y siguieron golpeándole: “Incluso me metieron los dedos en los ojos y en nariz”. Guillermo se indigna porque le acusan de agredir a la policía con una silla y de zafarse de dos agentes. “Es falso; lo que sí es cierto es que a un policía le mordí en la mano pero me estaba tapando la boca y la nariz para que no respirase”.

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Pero el que más miedo tuvo que pasar fue Javier Hawarni, de 20 años, estudiante de Filosofía. En su traslado hasta la comisaría, durante el cual no le dejaron levantar la cabeza ni ver el recorrido, hubo una parada en otras dependencias policiales que no puede ubicar y le bajaron a un sótano. Siempre según su versión, un agente le pegó un par de puñetazos en el estómago al grito de “te vas a enterar, hijo de puta”. También hubo una amenaza soterrada: “Me dijo que si le miraba a la cara me la iba a cargar”.

Los detenidos son jóvenes normales, no se consideran líderes estudiantiles. Y simplemente querían protestar por los recortes en Educación impuestos por la Generalitat valenciana. Y quien al parecer ni siquiera estuvo en las protestas fue Laura Roque, de 26 años, que estaba en su puesto de trabajo y fue detenida en la propia comisaría de Zapadores a las siete de la tarde cuando fue a interesarse por el estado del estudiante Adrián Sifre, de 20 años, que se ha convertido en un símbolo de las protestas al aparecer en varias portadas de diarios con el rostro ensangrentado, tirado en el suelo y con las manos esposadas a la espalda.

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Marc Bullón, de 21 años, lo que más temió es por sus brazos, es decir, por su futuro profesional. Estudiante de violonchelo en el Conservatorio de Música, también recibió su ración reglamentaria, que en líneas generales se resume en porrazos, derribo en el suelo, más porrazos, rodilla contra la nuca y esposas.

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