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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Un asunto “ciertamente feo”

Lombardi, portavoz de la Santa Sede, se lamentó cuando supo que la visita de Benedicto XVI había caído en la voracidad corrupta de la trama de Correa

La visita del Papa a Valencia en 2006 llenó las calles de almas de creyentes y enriqueció a algunos descreídos. Mientras los rostros de Camps y Cotino refulgían con la cercanía de Benedicto XVI, los de El Bigotes y Cía. mostraban regocijo. Pero no por los frutos espirituales del evento, sino por los parabienes que iba a deparar a sus bolsillos terrenales.

Lo lamentó en octubre de 2009 el portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, cuando supo por EL PAÍS que la visita de Benedicto XVI al V Encuentro Mundial de Familias había caído en la voracidad corrupta de la trama que dirigía Francisco Correa. Un asunto “ciertamente feo”, según lo definió Lombardi.

Al imputar ayer a 11 personas por este caso, el juez Ruz ilumina la vía penal a un asunto que, aparte de “feo”, resultó un clamoroso saqueo de dinero público. Sin miramientos. Y una demostración de cómo birlar sin que nadie lo note la mitad de los casi siete millones que pagó la televisión pública valenciana Canal 9 por las instalaciones acústicas y sonoras para la retransmisión al mundo de la visita papal. ¿Y cómo se roban tres millones de un proyecto presupuestado en casi siete? Moral no, pero si algo le sobró siempre a la red Gürtel es su acreditado bagaje en la rapiña. En temas de dinero, lo difícil siempre lo hizo fácil. Para la ocasión, contó con la (supuesta) inestimable complicidad de quien iba a soltar el dinero, el entonces jefe de Canal 9, Pedro García (aún no imputado); de una empresa tapadera, Teconsa, que puso su nombre para presentarse al concurso aunque el trabajo lo hicieron otras empresas subcontratadas.

De un asunto así viene la parte más dura: “Esto para ti, esto para mí y esto otro para el otro...”. Pero al final, todos felices. Un informe policial detalla la complejidad del reparto: Alvarito se llevó 500.000 euros; Teconsa, 200.000; el jefazo Correa, 1,4 millones (por aquello de que el que parte y reparte se queda con la mejor parte), y su lugarteniente, Pablo Crespo, 630.000. ¿Y el jefe de la tele? Otros “500.000”, según la policía. Como a Lombardi, a Ruz también ha debido parecerle todo muy feo.

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