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el fin de ETA

Fernández se aleja de los duros del PP y ofrece generosidad a presos de ETA

El ministro del Interior ha anunciado una "importante reducción" del número de escoltas Avanza que habrá un reglamento para organizar el funcionamiento de los CIE Promete cárcel para los autores de pequeños robos y para los reincidentes

“Una nueva orientación consensuada, dinámica y flexible de la política penitenciaria, de la forma que mejor propicie el fin de la violencia”, decía la resolución que en noviembre de 1998 el entonces presidente, José María Aznar, hizo aprobar en el Congreso para acompañar su diálogo con ETA. El pasado septiembre, el lehendakari, Patxi López, repitió esa misma expresión en el Parlamento vasco entre críticas de la derecha, y este marte el nuevo ministro del Interior, Jorge Fernández, prácticamente la ha repetido en su primera comparecencia en el Congreso.

Primer cara a cara con Amaiur

La comparecencia de Jorge Fernández ha dado lugar al primer cara a cara de Amaiur con un ministro del Interior. El diputado Iker Urbina ha asegurado que las palabras de Fernández suponen “más de lo mismo, es decir, represión y vulneración de derechos fundamentales” y ha pedido “el fin de la política de ilegalizaciones y de dispersión de los presos, la libertad de los reclusos enfermos y los que tengan cumplida parte de la pena” y la derogación de lo que ha llamado “legislación de excepción”.

El diputado abertzale ha hablado de "todas las víctimas", de la necesidad de trabajar para escribir "entre todos la verdad" de lo que ha ocurrido "huyendo del escenario de vencedores y vencidos".

“Sitúese en el carril de las soluciones” que, en su opinión, está en el “reconocimiento de derechos civiles y políticos”.

El ministro le contestó en términos contundentes y breves: “Es una indecencia y una inmoralidad hablar de presos políticos en España”.

Ante la Comisión de Interior, Fernández utilizó frases como “andaremos este camino con amplitud de miras y con sentido de Estado”, “nos ha tocado gestionar el final de ETA” y “vemos la luz al final del túnel”, aunque mantuviera algunas dudas sobre las intenciones de la banda terrorista hasta que entregue las armas. Y aunque dijera que “la verdadera prueba de que los violentos y quienes les apoyaron han decidido terminar con sus actividades de forma definitiva y no meramente táctica es reconociendo el daño que han causado a las víctimas y mostrando el arrepentimiento por haberlo hecho, es decir, pidiendo perdón”.

Pero en todo momento ofreció consenso y la posibilidad de aplicar la ley para acompañar ese final de ETA, con una palabra repetida con toda intención y subrayada y en mayúscula en el discurso que repartió: “Generosidad”. Es decir, contrición, arrepentimiento y perdón, como corresponde a las creencias religiosas del ministro, pero muy lejos de las posiciones más radicales del PP y de su entorno que exigen ser inflexible.

Fernández condicionó cualquier paso a las peticiones de perdón y al arrepentimiento individual de los terroristas, pero aseguró que la ley penitenciaria puede aplicarse de forma flexible y discrecional, aunque no arbitraria. “Vamos a impulsar la reinserción de los presos de ETA de forma individualizada”, precisó.

Su tesis es que ETA mantiene la presión sobre sus reclusos para que, por ejemplo, el 95% de ellos se niegue a pedir beneficios penitenciarios. “Sabemos la importancia que tiene la política penitenciaria, y por ello tenemos que actuar con inteligencia, midiendo cada paso, buscando el máximo consenso para lograr entre todos que los que hoy siguen estando sometidos a la banda terrorista den los pasos que otros han dado y la ley se pueda aplicar con toda la generosidad”. Acompasó ese discurso con el recuerdo de las víctimas, el compromiso de “luchar contra la impunidad” y esclarecer todos los delitos, y con el anuncio de que reducirá los escoltas que, en este momento, ocupan a 2.668 agentes.

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Con matices, recibió apoyo de casi todos los grupos, porque entre las reiteraciones de la palabra consenso, Rosa Díez (UPyD) insistió en la ilegalización de formaciones abertzales e IU advirtió de su oposición a aplicar la ley de partidos. El socialista Antonio Hernando hizo explícito su apoyo sin fisuras al Gobierno en la lucha antiterrorista. El único enfrentamiento fue el insólito intercambio de frases con el portavoz de Amaiur, Iker Urbina. En el primer cara a cara entre un diputado abertzale y el ministro del Interior, el primero habló de “represión”, de “presos políticos”, de “más de lo mismo” y de “legislación de excepción”. Fernández le respondió contundente calificando de “inmoral e indecente” que se hable de presos políticos y exigiéndole que condene a ETA.

En la otra parte de su intervención, el ministro mostró dureza y firmeza frente a la delincuencia, sobre todo la de los pequeños hurtos y robos cometidos de forma reincidente. El hecho de que sea el ministro del Interior y no el de Justicia el que anuncie las reformas legales ya muestra una posición ideológica, porque no pone el acento en la prevención o esclarecimiento, sino en el tratamiento penal. Eso se traduce en acabar con lo que tachó de “escasa repercusión penal” de los llamados delitos menores, como hurtos, robos con fuerza en los bienes de escaso valor, es decir, los tirones o el robo de vehículos.

Según dijo, hay “sensación de impunidad” y, por eso, se propone cambiar la ley. Por ejemplo, para aplicar “medidas de prisión provisional y localización permanente para los casos de habitualidad en el delito, y medidas cautelares e inmediatas para los supuestos de multirreincidencia (más de dos delitos) incluyendo la prisión provisional”. Esta posibilidad ya existe para delitos, siempre que haya antecedentes penales. Ahora, el Gobierno planea que la reiteración de faltas se inscriba como delito, es decir, que dé lugar a antecedentes y, por tanto, a la posibilidad de aplicar prisión preventiva. En este momento, para pedir o acordar una prisión provisional el artículo 503 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal exige que el delito cometido tenga pena superior a dos años de prisión o pena inferior a dos años si el imputado tiene antecedentes penales. El robo con fuerza es castigado con pena de prisión de uno a tres años y, por tanto, entra en esos supuestos. Los hurtos tienen pena inferior a dos años, pero por la reiteración es posible aplicarles la prisión provisional.

Las víctimas podrán opinar sobre el acercamiento de los presos de ETA

Agencias

El ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, ha asegurado hoy que las víctimas del terrorismo tendrán un capítulo especial en el Estatuto de la Víctima que elaborará el Gobierno y contarán con la posibilidad de manifestar su opinión sobre el acercamiento de los presos de ETA al País Vasco. Así lo ha expresado a los medios de comunicación en la sede del Departamento, tras mantener una reunión con la presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), Ángeles Pedraza.

Ruiz-Gallardón ha explicado que esta decisión se ha tomado en respuesta a una "petición razonable" de la AVT. El Gobierno también informará a las víctimas de cualquier medida de gracia que se pudiera otorgar a cualquier responsable de un delito de terrorismo.

El ministro se ha comprometido a reconsiderar y mejorar el funcionamiento de la Oficina de Atención a las Víctimas del Terrorismo en la Audiencia Nacional. Asimismo, ha adquirido el compromiso de trasladar a la Fiscalía General del Estado la necesidad de impulsar el trabajo que ya está realizando la Fiscalía de la Audiencia Nacional para que no queden impunes 53 casos de delitos de terrorismo. El titular de Justicia ha reiterado a la presidenta de la AVT el compromiso del Ejecutivo de que la situación de las víctimas del terrorismo será una prioridad absoluta en todas sus actuaciones.

"No adoptaremos una sola medida, cuya ejecución no signifique una mejora de la situación de las víctimas", ha garantizado y ha expresado su deseo de mantener un diálogo permanente y fluido con la AVT en los próximos años.

Pedraza ha considerado "muy satisfactoria" la reunión con el ministro y se ha mostrado totalmente de acuerdo con que en el Estatuto de la Víctima quede claro el concepto de víctima del terrorismo.

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