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Mohamed VI y Rajoy quieren empezar con buen pie la relación

El presidente del Gobierno viaja hoy a Rabat en la que es su primera visita al exterior

Mohamed VI y Mariano Rajoy quieren empezar con buen pie su incipiente relación. El presidente del Gobierno viaja hoy a Marruecos y en los últimos días, ambos han efectuado gestos amables con los que relegar en el olvido las acusaciones formuladas contra Rajoy, hace tan solo 15 meses, por el Gobierno marroquí.

Acaso el gesto más llamativo haya sido la decisión de Rajoy de hacer a Rabat –y no a Bruselas o a Berlín- su primer viaje al extranjero, en contra de lo que había dejado caer durante la campaña electoral perpetuando, así una tradición inaugurada hace treinta años por Felipe González.

Pero quizá el gesto de más calado fue, en vísperas de la investidura de Rajoy, el incremento del despliegue de las fuerzas de seguridad marroquíes en la frontera de Ceuta para tratar de frenar la inmigración de subsaharianos.

La iniciativa de Rajoy de visitar Rabat agradará al monarca, pero suscita además expectación. No en balde, al aeropuerto de la capital acudirá a recibirle Abdellilá Benkiran, de 57 años, el primer jefe de Gobierno islamista de Marruecos, con el que el huésped español almorzará antes de ser recibido por el rey Mohamed VI. Rajoy ya habló por teléfono este mes con el monarca y con Bekiran con el que hizo incluso unas risas, según relató este último a la prensa.

Rabat sella la frontera de Ceuta que, junto con Melilla, recibió en 2011 un número record de inmigrantes clandestinos

Si, globalmente, la lucha contra la inmigración irregular arroja mejores resultados, Ceuta y Melilla han estado sometidas en 2011 a una presión sin parangón. A Melilla (78.000 habitantes) llegaron el año pasado 1.252 clandestinos, el doble que el año anterior (658), según fuentes de la Delegación del Gobierno. En Ceuta (82.000 habitantes) se introdujeron en 2011, la mayoría por vía marítima, 1.402 inmigrantes, casi el triple que en 2010 (561).

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Estas cifras record se alcanzaron pese a las gestiones que hizo en julio, en Rabat, el entonces director general de la Policía y de la Guardia Civil, Francisco Velázquez. Ahora, coincidiendo con la investidura de Rajoy en diciembre, Rabat ha expulsado a los subsaharianos de los alrededores de Ceuta e intenta sellar la frontera reforzándola con 400 elementos adicionales de las Fuerzas Auxiliares que se instalarán en un antiguo colegio que está siendo rehabilitado. En Melilla no ha tomado, sin embargo, ninguna iniciativa similar.

Ambos gobiernos tienen sobre la mesa numerosos temas de discusión, desde la cooperación antiterrorista hasta el Sáhara Occidental, pero quizá el que más preocupe a corto plazo al ejecutivo español sea el del tratado de pesca de la Unión Europea con Marruecos, del que se benefician sobre todos pescadores canarios y andaluces. En Andalucía las elecciones autonómicas se celebran en marzo.

El Parlamento Europeo vetó, en diciembre, la prórroga de ese acuerdo por su elevado coste, por razones ecológicas y porque no estaba claro que los ingresos de la pesca en aguas del Sáhara Occidental revirtieran a sushabitantes. Ahora, el gobierno español quiere que Bruselas y Rabat negocien un nuevo acuerdo sin poner en apuros a las autoridades marroquíes. De ahí que insistiera, el viernes en Bruselas, en que se omitiese el Sáhara en el mandato negociador otorgado a la Comisión Europea.

Es probable que Rajoy explore además en Rabat la posibilidad de cerrar, si no avanza a buen ritmo las conversaciones entre la UE y Marruecos, un acuerdo privado entre empresas españolas y el Estado marroquí que no esté sometido a los vaivenes de la Eurocámara. Estos miramientos con relación al Sáhara no impidieron al Ministerio de Exteriores conceder, el 11 de enero, 1,9 millones de euros paralos refugiados saharauis y 1,7 para proyectos de ONG españolas que trabajan en Marruecos.

Rajoy explorará la posibilidad de concluir un acuerdo de pesca con Marruecos al margen de la UE

Los buenos modales con los que Rajoy y Mohamed VI estrenan su relación no garantizan que esta sea siempre armónica. Tras la entronización de Mohamed VI, en 1999, el entonces presidente José María Aznar, estrechó lazos con el monarca hasta que la pesca les distanció y, al final, provocó en 2002 la mayor crisis hispano-marroquí. Con su sucesor, José Luis Rodríguez Zapatero, ambos países vivieron una auténtica luna de miel hasta que en 2008 la pasión se apagó y se sumieron en una cierta indiferencia.

Rajoy ha recibido una petición de Ceuta que, si la tramita, puede generar tensiones con Rabat. La asamblea de la ciudad solicitó por unanimidad, a finales de diciembre, su ingreso en la Unión Aduanera, de la que quiso excluirse en 1986. Instó al Gobierno a tramitarla ante la UE. Incorporarse a dicha unión reforzaría el carácter europeo de Ceuta frente a Marruecos.

Para amortiguar las tensiones bilaterales el soberano cuenta, por fin, en su entorno con un buen conocedor de España. A finales de diciembre nombró consejero real a Omar Azziman, el que fue hasta enero de 2010 su embajador en Madrid.

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