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La policía relata cómo el ‘caso Camps’ desató la alarma en la red Gürtel

El expresidente, señalando a un agente: “Esto es la Stasi, ese es un marxista”

Francisco Camps, a su llegada ayer a la sede del Tribunal Superior de Justicia.
Francisco Camps, a su llegada ayer a la sede del Tribunal Superior de Justicia.JORDI VICENT

El expresidente de la Generalitat valenciana Francisco Camps descendió ayer otro escalón en la falta de compostura que le ha caracterizado en el largo juicio contra él y Ricardo Costa por aceptar cohechos de la trama Gürtel. Declaraban los policías de la brigada de delitos económicos que investigaron el supuesto delito, y que habían reconstruido en la sala cómo consideran que se cometió.

Camps, que ya había sido advertido repetidamente por el magistrado que preside el tribunal durante la jornada (por usar el móvil, por hacer gestos, por hablar), aprovechó una distracción del juez para girarse hacia el público, compuesto básicamente por sus fieles, y decir en voz no muy baja: “Esto es la Stasi [policía política de la República Democrática Alemana]”. “Este es un marxista”, añadió señalando a uno de los inspectores.

Por la mañana, los dos responsables policiales habían declarado a preguntas de las acusaciones que de los muchos documentos obrantes en la causa, los testigos, y las conversaciones intervenidas habían concluido que la trama Gürtel pagó prendas de vestir a los dos acusados.

Como un indicio, los inspectores relataron el nerviosismo que se desató entre los cabecillas de la red corrupta el 20 de enero de 2009, cuando supieron que el sastre José Tomás García iba a declarar ante la Fiscalía Anticorrupción sobre unas “compraventas” en las que había participado: “A partir de ese momento se desencadena un conjunto de llamadas entre los distintos dirigentes de la organización, Pablo Crespo, Álvaro Pérez, Francisco Correa, y otras personas vinculadas a los mismos, como dos abogados de Madrid, Pedro García y otros”. “Y se pone de manifiesto cómo esta citación crea una situación de desasosiego y alarma”, agregaron.

Los cabecillas de la trama querían saber qué iba a declarar Tomás, cómo evitar daños a las personas que habían recibido los regalos y quién había dado el chivatazo. Sospechaban de Isabel Jordán, que en una grabación oída en el juicio había afirmado haber pagado “30.000 euros de trajes para Paco Camps”. Los policías no lo mencionaron, pero una de las personas que participó en esa rueda de llamadas fue Costa, a quien Álvaro Pérez, El Bigotes, llamó para advertirle del “putadón” que les había gastado “la Jordán”.

El letrado de Camps se empleó a fondo en intentar desacreditar a los policías, a quienes insistió en preguntar por qué no habían incluido en sus informes las contradicciones en las que incurrió José Tomás en sus distintas declaraciones (en las primeras dijo que Camps pagaba y, posteriormente, lo negó). También preguntó porqué no se elaboró un informe sobre el patrimonio de Camps y si compararon los encargos que constan en los autos con las imágenes que existen de Camps cuando era presidente de la Generalitat. “No se propuso”, respondió el agente.

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