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Los recortes agravarán el pronóstico de recesión entre los expertos

El Gobierno antepone la prima de riesgo al crecimiento en sus primeras medidas

Manifestación contra los recortes en Cataluña.
Manifestación contra los recortes en Cataluña.carles ribas

“Necesitamos financiar el crecimiento y el empleo”. En su primera comparecencia como ministro de Hacienda, el pasado viernes, Cristóbal Montoro explicó así el sentido último del inesperado (por duro) ajuste fiscal que acababa de detallar. El nuevo Gobierno del PP se aplica así a lo que considera urgente antes que a lo necesario. Es una elección que tendrá consecuencias: una recesión casi cierta ya a corto plazo, unas perspectivas mejores a medio plazo si el plan del PP da resultados.

Algunos expertos consultados, que pidieron el anonimato, apuntaron que dirigentes del PP ya habían comentado hacía meses con inversores en Londres que el déficit público “estaba cerca del 8%”. “No ha sido una sorpresa, sino una constatación, pese a lo que dijeran en la compaña electoral sobre su negativa a subir impuestos”, dicen estas fuentes.

Entre los recortes de gastos y las subidas de impuestos, el Gobierno cuenta con lograr más de 15.000 millones de euros. Si se confirma el nuevo punto de partida (un déficit del 8% del PIB al cierre de 2011), habrá otro ajuste aún mayor para acercarse a la meta pactada con Bruselas este año (un 4,4%). El Ejecutivo del PP cuenta con que los mercados valorarán el esfuerzo presupuestario, y con que eso ayudará a rebajar la prima de riesgo. En última instancia, se reabriría el grifo del crédito, nudo gordiano de la crisis.

El más pesimista de los servicios de estudios anticipaba un déficit del 7,5%

Pero ni la prima de riesgo depende en exclusiva de lo que haga el Gobierno (la UE tiene aquí más peso), ni está claro que los mercados vayan a puntuar más el rigor presupuestario que la falta de crecimiento. Porque lo que sí parece más cerca con estas medidas, que aceleran el ajuste del gasto público (un 20% de la demanda interna), es otra recesión.

A los servicios de estudios no les ha dado tiempo a incluir en sus proyecciones los efectos del nuevo plan de ajuste, pero las últimas estimaciones de la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas), dan una buena pista. Funcas anticipó a finales de noviembre un retroceso del 0,5% del PIB para este año, con una tasa de paro del 23%. Fue el más pesimista entre los 18 servicios de estudios españoles que publican previsiones. Fue también el único que se acercó al déficit (7,5%) que ahora ha revelado el nuevo Gobierno del PP. Y también de los pocos que dio por bueno que se haría cualquier esfuerzo por cumplir con lo pactado con Bruselas.

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Ramón Forcada, director de análisis de Bankinter, considera que “el gran reto del nuevo Gobierno no es inmediato, sino a medio plazo”. En opinión de este experto, lo que ha hecho el Gobierno es intentar ajustar cuanto antes el nivel de gasto a los objetivos comprometidos para preservar la credibilidad, “concepto directamente relacionado con la prima de riesgo".

La incógnita es qué valorarán los mercados: el ajuste o la caída del PIB

"Si la urgencia de la situación exige gravar más lo fácil, que son las rentas personales y del capital, la consolidación del ajuste, y su fiabilidad posterior, deberá exigir un aumento de los impuestos indirectos, como IVA y especiales, hoy inferiores al promedio europeo, y después aplicar unas reformas estructurales que permitan crear empleo", añade Forcada sobre la composición de la primera subida de impuestos.

“El Estado envía una señal convincente para cumplir con su objetivo de déficit. Sin embargo, los riesgos asociados a la pérdida de recaudación provocada por la nueva recesión y peor pronóstico para este año, nos hacen pensar que no serán suficientes”, agregan los expertos de Analistas Financieros Internacionales (AFI). En un primer análisis a bote, AFI ha comprobado que Fomento, Industria, Competitividad y las transferencias finalistas a entes territoriales concentran los recortes, valorados en unos 9.000 millones, “con el consiguiente impacto negativo en el crecimiento económico”.

En el plan del PP, las reformas y los incentivos al crecimiento se dejan para la segunda mitad del año. De hecho, el ministro de Economía, Luis de Guindos, ha anticipado ya que España encadenará al menos dos trimestres de decrecimiento (el último de 2011 y el primero de 2012), que es la definición más extendida de recesión.

Marisa Mazo, directora de Estrategia de Ahorro Corporación, cree que el paquete de medidas “supone que el Gobierno coge el toro por los cuernos”. “Ahora habrá que esperar a la segunda parte de las medidas: el saneamiento del sistema financiero, la reforma laboral y los programas de incentivos para pymes, de los que no se ha concretado nada. Falta el paquete de estímulo”, puntualiza.

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