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Montoro y Nadal esconden sus cartas

El ministro de Hacienda y el hombre de confianza de Rajoy ultiman el recorte sin consultar a los ministros. El objetivo de bajar salarios, cada vez más claro

Carlos E. Cué
Rajoy preside el Consejo de Ministros el 23 de diciembre pasado.
Rajoy preside el Consejo de Ministros el 23 de diciembre pasado.ULY MARTÍN

La decisión clave del primer Consejo de Ministros de Mariano Rajoy se está cerrando entre muy pocas personas, algo habitual en el entorno del presidente del Gobierno. El principal responsable del decreto de no disponibilidad que fijará la cifra de los primeros recortes del PP, poca cosa comparados con los que llegarán en marzo, según admite el propio Gobierno, es Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda. Pero sobre todo, según diversas fuentes del Ejecutivo, el personaje clave está siendo Álvaro Nadal, jefe de la oficina económica del Gobierno y hombre de absoluta confianza de Rajoy.

El presidente está preocupado por cómo recibirá la opinión pública su primera mala noticia, que se conocerá mañana e incluirá congelación de sueldos de funcionarios y medidas simbólicas de ahorro. Y está buscando la manera de lograr dar un mensaje claro sin molestar a demasiada gente antes de tiempo. Sus plazos son muy claros, y no quiere entrar en conflictos graves antes de finales de marzo, cuando se presentará el Presupuesto, probablemente después de las elecciones andaluzas.

Nadal ha acudido ya en varias ocasiones a Hacienda, donde se están tomando las decisiones clave. Aunque Rajoy ha diseñado un Ejecutivo con personas de su absoluta confianza, muy compacto, pensado para que no haya divisiones ni filtraciones, lo cierto es que la primera gran decisión se está llevando con gran secreto incluso internamente. Los ministros, o al menos la mayoría, no conocen qué cantidad les va a tocar recortar a cada uno. Y temen encontrarse con la mala noticia en pleno consejo del viernes. Solo saben que no todos los ministerios tendrán el mismo recorte. Eso sí, diversas fuentes apuntan que el decreto no detallará qué partidas hay que recortar, solo dirá cuánto le toca a cada ministerio y la concreción llegará después. El Congreso aprobará las medidas que se presenten mañana en un pleno el 11 de enero.

Si hay negociación, hoy será el día clave. En una clara demostración de la labor interna en la que está instalado el Gobierno, hoy la agenda de sus ministros que envía cada día está llamativamente vacía: solo se anuncia una entrevista de Jorge Fernández Díaz, ministro del Interior. No hay actos públicos de nadie.

El decreto lanzará un mensaje político muy claro: empiezan los recortes. Y también marcará una senda por la que el Gobierno quiere que discurra su primera reforma clave: la laboral. De momento ya ha dado una semana más, la segunda de enero, a patronal y sindicatos para negociar. El objetivo del Ejecutivo, no expresado abiertamente pero sí en privado, es el de lograr rebajar o contener los salarios para mejorar la competitividad. Es un punto relativamente claro en el programa electoral del PP cuando se habla de la reforma de la negociación colectiva. Y ayer quedó aún más en evidencia en la carta que envió el Ejecutivo a los sindicatos.

El texto, en el que se les anuncia —es obligatorio por ley comunicárselo— la intención de congelar el salario mínimo interprofesional en 2012, lo argumenta así: “Ante el difícil contexto económico actual es necesario adoptar una política salarial que obedezca al objetivo prioritario de la recuperación y la creación de empleo”. Esto es, el Ejecutivo argumenta que la congelación de salarios —en realidad, una bajada— puede facilitar la creación de empleo, como se apuntaba en su programa electoral.

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Los ministros siguen concentrados en la elaboración de sus equipos, que han quedado a medio hacer, tanto que la carta a los sindicatos la firma Mari Luz Rodríguez, secretaria de Estado de Empleo nombrada por el PSOE. Previsiblemente mañana se completará la estructura de segundo nivel del Ejecutivo.

Y ayer se conocía que el último hombre clave del equipo más cercano a Mariano Rajoy en la oposición, Víctor Calvo-Sotelo, hijo del expresidente del Gobierno, será secretario de Estado de Telecomunicaciones, un departamento que depende del ministro de Industria, José Manuel Soria, según avanzó Servimedia y pudo confirmar este periódico.

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