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Tribuna
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Un PSOE nuevo con los valores de siempre

La derrota del 20-N obliga a los socialistas a redefinir su proyecto y repensar su organización

La derrota del 20-N obliga al PSOE a redefinir su proyecto, repensar su organización, girar a la realidad y elegir nueva dirección; tarea que estamos obligados a hacer con acierto y procurando que contribuya a ganar las elecciones andaluzas.

Estos días hemos conocido dos documentos en los que uno aporta la necesaria autocrítica para ofrecer un mensaje de rectificación de nuestros errores al conjunto de ciudadanos progresistas, mientras que otro aporta una reivindicación sin complejos de los importantes logros sociales alcanzados en la etapa de Gobierno que lideró Zapatero. Ambas cosas, necesarias. Sin embargo, ese no es el camino. Nuestro mayor esfuerzo en este periodo precongresual y en el congreso ha de dirigirse a definir las bases de un nuevo PSOE que, contando con los valores de siempre, cree una nueva organización abierta a la sociedad y orientada a los problemas actuales. Se trata de definir un conjunto de nuevas ideas, crear una nueva estructura organizativa, para después elegir una nueva dirección que ejecute esas ideas y remodele nuestra organización.

Para eso, necesitamos cambiar totalmente nuestras agrupaciones locales incorporando en su organigrama la figura de alguien encargado de diseñar la modernización, la reorganización y la apertura de cada agrupación local a la sociedad en su propio territorio. Necesitamos hacer que los socialistas vuelvan a estar presentes en los movimientos sociales trabajando codo con codo con la ciudadanía que se articula en organizaciones vecinales, profesionales o no gubernamentales.

Hemos de actuar con más democracia interna en nuestro modo de funcionamiento y hemos de asegurar a la sociedad un compromiso claro de que vamos a elegir para las responsabilidades de dirección interna y en las de carácter institucional, a personas preparadas y que sean referente en cada sector en los que se organiza la sociedad. Y hemos de ofrecer respuestas a los problemas de la sociedad. En primer lugar, y en especial, el problema del desempleo. Nos corresponde a los socialistas proponer medidas activamente y colaborar con el Gobierno de Rajoy en todas las iniciativas eficaces que pueda desarrollar, para luchar con todas nuestras fuerzas contra el desempleo y sus nefastas consecuencias.

Necesitamos que los socialistas vuelvan a estar presentes en los movimientos sociales

El desempleo es hoy una emergencia nacional y crear trabajo de calidad es el objetivo al que debemos supeditar nuestra política de oposición, con un planteamiento predispuesto al consenso con el Gobierno y con los agentes sociales, en especial con los sindicatos. Y en esta lucha, las propuestas socialistas más relevantes han de estar dirigidas hacia los jóvenes. Es donde hemos de ganar con prioridad esta batalla, evitando la precariedad. En esta legislatura los ciudadanos han de percibir a los socialistas como agentes necesarios para la creación de empleo de calidad para cumplir así nuestra labor de servicio de la sociedad, al tiempo que ello favorecerá que podamos conseguir recuperar su confianza en las próximas elecciones generales.

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Y en segundo lugar, necesitamos un PSOE nuevo con los valores de siempre, para afrontar y proponer las medidas necesarias de reforma que aseguren las prestaciones sociales del Estado de bienestar en unos momentos de crisis económica, que pone en riesgo la sostenibilidad de la educación y la sanidad públicas, así como la atención a la dependencia. Estos servicios son imprescindibles para la sociedad y para el desarrollo económico del país. Pero necesitan reformas desde una gestión austera y eficiente que permitan responder a nuestras aspiraciones de igualdad. Y en esa tarea, el PSOE tiene que ser capaz de aparecer como protagonista y colaborador necesario.

Muchas de las medidas a desarrollar en esas áreas van a estar asociadas a una tercera prioridad en la que hemos de estar: una reforma de la Administración pública orientada a mejorar en simplificación, eficacia, eficiencia y transparencia. Gran parte de la ciudadanía reclama una Administración pública bien dimensionada que, además, ofrezca garantías de capacidad, mérito e igualdad en el acceso a la función pública.

En cuarto lugar, hemos de apostar por un cambio en el sistema electoral para hacerlo más representativo abriendo nuevos espacios para la participación social en la política ofreciendo propuestas innovadoras desde el liderazgo de la izquierda.

La persona que lidere al PSOE tras el congreso federal, tiene que contar con el máximo apoyo del conjunto del partido, así como con el mejor equipo para llevar adelante una trascendente y difícil tarea que, además, tiene en Europa una parte relevante de trabajo a realizar. El socialismo democrático requiere la articulación de una respuesta a los problemas actuales de la sociedad con perspectiva europea. Y esto tiene que hacerlo el PSOE con liderazgo, pero en colaboración con los partidos socialistas europeos para generar una política económica alternativa basada en la sostenibilidad, el equilibrio presupuestario y en una reforma fiscal que permita un reparto justo.

Nuestro congreso en Sevilla, antes de las elecciones andaluzas, ha de servir para poner en valor las políticas progresistas del Gobierno socialista de Andalucía, para contribuir a apoyar desde todo el partido a que el PSOE-A gane las elecciones autonómicas y hacer posible así que desde el Gobierno andaluz, el socialismo liderado por Griñán, muestre su nuevo proyecto a la sociedad.

José Martínez Olmos es diputado del PSOE por Granada.

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