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HOLANDA

Solo la reina y los príncipes herederos reciben un sueldo de Estado

El salario de Beatriz de Holanda es de 764.304 euros Los príncipes Guillermo y Máxima perciben 226.460 euros cada uno

Isabel Ferrer
Beatriz de Holanda, en una imagen de 2009.
Beatriz de Holanda, en una imagen de 2009.ULY MARTÍN

La Casa Real holandesa se reduce a tres personas: la reina Beatriz y sus herederos, los príncipes Guillermo y Máxima. Solo ellos reciben un sueldo oficial, libre de impuestos, que figura explicado en el sitio de Internet del Servicio de Información del Estado. Así, el salario de la soberana asciende a 764.304 euros anuales. Su hijo Guillermo recibe 226.460 euros, y su esposa, Máxima, igual cantidad. La reina reside, o bien utiliza para su labor, tres palacios (dos en La Haya y uno en Ámsterdam), sostenidos también por el Estado. Sobre sus bienes privados, entre los que aparece un castillo, un barco, casas de vacaciones y otras propiedades, sí debe pagar impuestos. Los mismos que el resto de los holandeses.

Otra cosa es el coste total de la monarquía holandesa, calculado en 114 millones de euros, un 0,04% de los Presupuestos Generales del Estado. Entre 2010 y 2011, los ingresos de la Casa Real se redujeron en un 4%, en medio de un gran debate sobre los privilegios fiscales del trío real. En concreto, se cuestionó que no pagaran derechos de sucesión para el traspaso del patrimonio familiar. El actual primer ministro, el liberal Mark Rutte, zanjó la cuestión aduciendo que todavía no hay fecha para la abdicación de la soberana. Era prematuro hablar de cambios.

Lo ajustado de la asignación real holandesa contrasta con la fortuna personal de la familia real. La revista holandesa Quote, que publica todos los años la lista de los 500 compatriotas más ricos, solía situarla en cabeza. Para ello, sus caudales privados debían superar los mil millones de euros. En 2009, la publicación ajustó sus cifras hasta los 800 millones de euros. Ambos cálculos han sido siempre negados por los Orange. En especial por el príncipe Bernardo, padre de la reina Beatriz, que los calificaba de errados y malévolos.

Aunque la transparencia no es total, y ha habido debates políticos sobre partidas difíciles de explicar, por ejemplo, los gastos de mantenimiento del yate real, a cargo de Defensa, el mayor punto de fricción no es la asignación. En los últimos años, las inversiones inmobiliarias de los príncipes Guillermo y Máxima ha sido objeto de críticas, dentro y fuera del Parlamento. Sobre todo dos de sus compras: una villa de vacaciones en Mozambique, que debieron poner en alquiler, y un rancho en Argentina. También levantó polvareda la supuesta evasión de impuestos de la princesa Cristina, hermana menor de la soberana. Utilizando la dirección postal del palacio real, la princesa desplazó sus ingresos a la Isla de Guernsey, propiedad de la Corona británica y considerada un paraíso fiscal.

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