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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

¿Qué le diría Trillo a Hinojosa?

El dueño del imperio textil tendrá que explicar por qué el exministro le fue a visitar en pleno estallido del caso

Hay un antes y un después de la investigación de la Fiscalía Anticorrupción en las tiendas de Milano y Forever Young. Delante del jurado y del juez Climent se están diciendo cosas tremendas. Da pavor oírlas. Órdenes (supuestas) para alterar apuntes informáticos de las tiendas y borrar huellas de albaranes, tiques y hojas de pedidos; nombres transmutados que acaban endosados en el capacho de Alvarito —El Bigotes, gran cancerbero de turbiedades ajenas—, y despidos de trabajadores esquivos a participar en la magia de hacer desaparecer lo que había.

Si el paso del expresidente valenciano y Cía. por los probadores de Milano y Forever Young estaba llamado a levantar ampollas futuras, el después de la visita de Federico Trillo al dueño de las tiendas activó un tsunami. ¿Qué le diría Trillo a Eduardo Hinojosa? Se dice de Trillo que suele estar allí donde surge una avería (si es judicial, seguro). Que es un reparador. Una especie de señor lobo de Pulp Fiction.

La visita fue en 2009. En ese momento el caso Gürtel estaba en su apogeo y Camps contra las cuerdas. La Fiscalía Anticorrupción le acusaba de aceptar gratis total trajes pagados por la red Gürtel.

¿Fue aquella una visita de cortesía? Solo Trillo e Hinojosa lo saben. Pero no pasó inadvertido el que fuera ministro de Defensa con Aznar en el reino textil de Hinojosa. Algunos trabajadores le vieron entrar al despacho. Y se lo contaron a las fiscales. Nadie culpa a Trillo de nada, pero tras su visita se sucedieron víctimas. La primera, José Tomás, el sastre. Fue despedido poco después de contarle a Garzón su verdad: que ni Camps ni los otros (Costa, Betoret, Campos...) pagaron los trajes y que el benefactor real fue la trama Gürtel.

Si no hay nuevos retrasos en el juicio, Hinojosa tendrá que explicar hoy ante el tribunal la visita de Trillo. Si al sastre lo espera el próximo lunes el abogado de Camps, Javier Boix, a Hinojosa lo esperan hoy los fiscales y, sobre todo, Virglio Latorre, el letrado que encarna la acción popular en nombre del PSOE. Los dos hilan fino y examinan a futuros abogados en la Universidad de Valencia. Boix quiere enterrar en fango las palabras del sastre. Le va culpar de falsificar facturas para poner en la picota a Camps. Pero no se anda a la zaga Latorre, que disecciona ante el jurado las imágenes de los papeles supuestamente alterados con bisturí de cirujano. Y enseñará una sentencia de un juzgado de lo social que dice que el sastre no falsificó nada.

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