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Rajoy nombra a Posada para presidir el Congreso y a García Escudero el Senado

El futuro presidente del Gobierno elige como portavoces a Alfonso Alonso y a José Manuel Barreiro

Carlos E. Cué

En su primera decisión sobre la siempre complicada política de nombramientos, el líder del PP se ha mojado finalmente y ha nombrado esta mañana a dos veteranos con un perfil muy poco polémico para presidir el Congreso de los Diputados y el Senado: Jesús Posada y Pío García Escudero. El futuro presidente del Gobierno va a proponer al vitoriano Alfonso Alonso y al gallego José Manuel Barreiro como portavoces, el primero en la cámara baja y el segundo en el Senado.

Mariano Rajoy ha comunicado estos nombramientos al final de su muy esperada intervención ante los miembros de la Junta Directiva Nacional del Partido Popular, reunida en Madrid. Jesús Posada y Pío García Escudero tomarán mañana posesión de sus cargos en las sesiones de constitución de ambas cámaras. Como vicepresidenta primera del Congreso se nombrará a Celia Villalobos y como vicepresidente primero del Senado a Juan José Lucas. Celia Villalobos, Dolors Montserrat, Ignacio Gil Lázaro y Santiago Cervera completan la lista de la Mesa del Congreso, y Ramon Rabanera y Matias Conde la del Senado.

Lo más relevante de estos nombramientos, además del tipo de político que Rajoy cree adecuado para dirigir los debates en las cámaras, es también lo que significa por los descartes ante su inminente Gobierno. Es decir, se había especulado con la posibilidad de que pudiera presidir el Congreso, por ejemplo, su amiga Ana Pastor, exministra de Sanidad en la época de Aznar, e incluso el actual alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón. Ambos son candidatos ahora para el Gobierno. También se había barajado la posibilidad de que el actual portavoz oficial del PP, Esteban González Pons, pudiera recalar como portavoz del Congreso. Pons entra ahora en la quiniela de los ministrables.

Las claves de los nombramientos hay que buscarlas en la obsesión de Rajoy por templar una legislatura que se espera muy delicada. Con un parlamento muy fragmentado, con Amaiur en el Congreso como gran protagonista, y una crisis económica y la previsión de tomar "medidas difíciles" de recortes y reformas polémicas como la laboral o la posibilidad del llamado banco malo, el líder del PP ha elegido a Posada, un hombre tranquilo que nunca se altera por nada, y a Alonso, un político con experiencia y perfil negociador, para intentar calmar unas aguas que ya vendrán revueltas por la situación económica. Perfiles como el de Fernández, por ejemplo, habrían quedado así fuera por su impronta muy conservadora y sus dificultades para ser visto como un hombre de consenso. A Posada y a Alonso les sobra mano izquierda. Rajoy quiere intentar evitar que el PP asuma en soledad el coste de la crisis, como le ha pasado al PSOE entre otras cosas porque los populares votaron en contra de sus medidas de recorte. Alonso será el encargado de intentar que partidos como CiU apoyen las medidas del PP. Nada más ser nombrado pronunció varias veces la palabra "diálogo". En clave interna, Soraya Saenz de Santamaría refuerza su poder ya que, como se esperaba, tiene en el portavoz a una persona de su absoluta confianza, de su núcleo duro.

El líder del PP ha querido lanzar un mensaje en este sentido a sus dirigentes, en el que les ha insistido mucho, tal vez pensando en la situación del PSOE, en que no deben abandonar el partido ahora que llegan al Gobierno, deben cuidarlo para que siga siendo fuerte. En un día en que arrancaba el juicio a Francisco Camps, al que el PP ha dejado solo después del apoyo sin fisuras que Rajoy le ofreció hasta que dimitió en julio, el futuro presidente del Gobierno no citó el caso, pero sí pidió a sus dirigentes ejemplaridad en sus comportamientos. "El PP tiene la responsabilidad de gobernar en muchas instituciones.

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No se va a entender que hagamos cosas de las que tengamos que avergonzarnos. Os pido que seamos austeros en el manejo de dinero publico, pero también con actitudes y gestos. Hoy eso es mas importante que nunca. Debemos darle toda la trascendencia".

Rajoy ha trufado de algunos golpes de humor la tensión vivida por muchos dirigentes del PP esta mañana ante la abarrotada sala de la Junta Directiva del partido. Primero ha dejado las sorpresas de los nombres para el final y luego ha empezado esa parte anunciando un acuerdo global... con el PSOE. Un acuerdo, sin embargo, solo para el reparto de los cargos en ambas cámaras y que significará que el PP dispondrá de 5 de los nueve cargos del Congreso, tres el PSOE y uno CiU. Ese reparto en el Senado será de 4 puestos para el PP, dos para el PSOE y uno para CiU:

En el PP todo el mundo lo sabía y lo dice hace muchos años, pero desde hace unas semanas empiezan a darse cuenta también los que están fuera: Mariano Rajoy es el único que manda en el partido. Lo demostró hace tres años y medio, cuando eligió como portavoz parlamentaria a Soraya Sáenz de Santamaría frente a los pesos pesados. Hoy lo ha vuelto a hacer.

Había muchas quinielas y casi todas apuntaban en el mismo sentido. Lo que sí estaba claro es que Rajoy iba a empezar hoy a molestar a mucha gente, precisamente lo que siempre intenta evitar. Porque hoy se han entregado, en el esquema de un partido con mayoría absoluta como el PP, los premios menores. Casi todo el mundo prefiere ser ministro, y los que se han nombrado hoy quedarán descartados para el Gobierno, que se conocerá el día 22 de diciembre. Ese casi va es por Pío García Escudero, uno de los pocos políticos de nivel, y el único miembro de la cúpula del PP, que había dejado muy claro que no ansiaba ser ministro, sino presidente del Senado. Y ese será su destino. Aún así, Rajoy incluso esta vez ha evitado grandes polémicas, y aunque por supuesto hay frustrados que no tienen el puesto que querían, los dos principales miembros de su cúpula que no querían quedarse en el Congreso, Gallardón y González Pons, han logrado evitarlo, por lo que el futuro presidente ha evitado de momento un problema. Pero sin duda lo tendrá al hacer el Gobierno, porque hay, como es lógico y sucede en todos los partidos, muchos más aspirantes que puestos de ministro disponibles.

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